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Descubren fascinantes canoas de 7.000 años de antigüedad que se usaban para navegar el Mediterráneo

Del asentamiento de La Marmotta (Italia) se han recuperado numerosos restos arqueológicos. Uno de los más destacados son unas antiguas piraguas que esgrimen un gran avance en ingeniería naval.

La arqueología ha demostrado durante décadas que a nuestro alrededor se encuentran rastros y huellas de nuestros antepasados tremendamente interesantes, como la construcción más antigua que las pirámides de Egipto o el pegamento de hace 40.000 años. Y lejos de lo que pudiera parecer, estos antepasados han demostrado grandes dotes y dominio de técnicas, algunas todavía misteriosas, como las pilas de Bagdad y otras más evidentes, pero igual de fascinantes, como las canoas de hace 7.000 años descubiertas en Italia. Un claro ejemplo de que en el neolítico ya había grandes ingenieros navales.

Las impresionantes canoas de La Marmotta de 7.000 años de antigüedad

Gracias un artículo publicado en el portal Discovery Magazine, sabemos que durante la última década un equipo de buzos dirigido por la arqueóloga María Antonietta Fugazzola Delpino, directora del Museo Nacional de Prehistoria y Etnografía Pigorini en Roma, ha estado descubriendo qué secretos deparan las ruinas de La Marmotta. Un asentamiento neolítico localizado en las aguas del Lago Bracciano, actualmente sumergido a unos 300 m de la orilla y a unos 8 m de profundidad, compuesto por casas de morfología rectangular y restos de animales y vegetales.

Según cuenta el equipo de Fugazzola, en la zona se ha hallado una aldea grande y rica que pudo haber sido fundada por peregrinos que habían llegado al centro de Italia desde muy lejos, puede que desde Grecia o tal vez el Cercano Oriente. Este asentamiento sobrevivió durante al menos cuatro siglos antes de ser abandonado repentinamente y sin explicación alrededor del año 5230 a. C. -las teorías apuntan a una posible subida del nivel del agua-.

No es la primera vez que Fugazzola realiza excavaciones en La Marmotta. Y es que precisamente en 1992 se descubrieron a una profundidad de 25 pies en el fondo del lago unos artefactos enterrados bajo otros 10 pies de arcilla densa que tuvieron que ser cuidadosamente aspirados durante meses. Para el invierno del 93, un buzo encontró un trozo de madera que parecía como la viga de un techo, y durante un tiempo, hasta el año 94, se tardó en identificar de qué se trataba realmente: una canoa de 35 pies de largo. Canoa que hoy día está expuesta en el Museo Pigorini de Roma.

Fechadas de entre 5700 y 5100 a.C., las canoas de La Marmotta son las únicas del Neolítico encontradas hasta ahora en los yacimientos de la cuenca mediterránea.

De un metro y medio de ancho en la popa y estrechándose hasta los dos metros y medio en la proa, esta extraña canoa fue tallada en un único tronco macizo de roble (a día de hoy aún se puede ver en el suelo rugoso y ondulado de la madera las marcas dejadas por hachas y azuelas de piedra). En su fondo también se encontraron sueltos tres bloques trapezoidales de madera con agujeros perforados, probablemente usados para sujetar velas.

"Estas personas navegaron arriba y abajo por el Mediterráneo. Sabían de velas", asegura Fugazzola. Tanto debían dominar el arte de la navegación esta sociedad neolítica, que por supuesto crearon más canoas. La antes descrita no es la única (aunque sí la más grande), ya que hay al menos otras cuatro piraguas recuperadas de las excavaciones. Aunque más pequeñas, estas siguen teniendo un tamaño considerablemente grande para el río que transitaban, con longitudes de 8,35 metros y 5,4 metros, por ejemplo. Dos de ellas, lamentablemente, se conservan fragmentadas e incompletas.

Se sabe que estas canoas fueron construidas a partir de troncos de haya, álamo, aliso y roble, evidentemente, lo que demuestra una gran inteligencia por parte de sus constructores, ya que optaron siempre por usar el tipo de madera con mejores propiedades para la navegación por masas de agua.

Una de las canoas tiene piezas en forma de seta y un agujero que podría ser un bolardo para asegurar la embarcación y que no se la llevase la corriente.

Sin duda, en La Marmotta aún quedan muchos secretos por descubrir, un lugar que guarda un montón de historia acerca de nuestro pasado y del que hasta ahora se han rescatado decenas de fragmentos de cetrería, herramientas de madera, pesas de telar o trozos de hilo. Laura Benedetti, que lleva buceando entre estas ruinas desde hace nueve años, lo tiene claro: "Cuando te sumerges, es como si pudieras leer un libro del pasado. Lo vemos todo. ¡Vemos su comida! Es un sitio extraordinario".