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En la primera ciudad romana de España, cuna de dos importantes emperadores, siguen apareciendo nuevos restos arqueológicos

La presencia de un circo en este yacimiento completa la tríada de edificios de espectáculos, junto al anterior teatro augusteo y el gran anfiteatro adrianeo.

En las proximidades de Sevilla, en el municipio de Santiponce, se halla Itálica, un espléndido tesoro arqueológico que nos remonta al apogeo del Imperio Romano en la Península Ibérica. Fundada en el año 206 a.C. por el general Publio Cornelio Escipión, esta antigua ciudad no solo fue la primera urbe romana en Hispania, sino que también se estableció como un centro neurálgico en el proceso de romanización de la región. Con una historia que se extiende sobre unas 52 hectáreas, Itálica ejemplifica la grandiosidad de Roma a través de sus imponentes ruinas y hallazgos arqueológicos, ofreciendo una inmersión sin igual en el pasado para quienes la visitan.

Entre las joyas arquitectónicas de Itálica destaca su anfiteatro, uno de los más grandes y mejor conservados de la antigüedad romana. Construido en el siglo I d.C. bajo el mandato del emperador Trajano, este colosal edificio podía albergar hasta 25.000 espectadores y servía como escenario para diversos espectáculos públicos, desde luchas de gladiadores hasta carreras de carros. A pesar de que algunas secciones han sido restauradas, la estructura mantiene gran parte de su diseño original, permitiendo a los visitantes apreciar la magnificencia de este emblemático recinto y revivir el esplendor de los espectáculos que antaño entretenían a la población.

Otra parada obligatoria en este yacimiento es la Casa de los Pájaros, una residencia que data del siglo II d.C. y que destaca por los delicados mosaicos de aves que adornan sus suelos. Esta lujosa morada, presumiblemente propiedad de una familia de alta alcurnia, refleja el refinamiento y la riqueza de sus habitantes a través de su impresionante arquitectura, decorada con frescos y estatuas. La visita a la Casa de los Pájaros ofrece una ventana al estilo de vida y al arte decorativo romano, subrayando la importancia de Itálica como centro cultural y económico en su época.

Origen de Itálica

El origen de Itálica se enmarca en el contexto de la consolidación del dominio romano en la Península Ibérica tras las victorias en la Segunda Guerra Púnica. Al fundar Itálica en el año 206 a.C., Escipión no solo buscaba recompensar a sus veteranos de guerra con tierras, sino también fortalecer la presencia romana en un territorio estratégico para el control y la romanización de Hispania. La ubicación de esta ciudad, cerca de la vía de comunicación entre las importantes ciudades de Hispalis (actual Sevilla) y Corduba (Córdoba), subraya su papel fundamental como centro administrativo, económico y cultural en la antigua provincia de Betica. La evolución de Itálica de un campamento militar a una próspera ciudad romana evidencia el éxito de la estrategia de romanización y la importancia de este asentamiento en el tejido político y social del Imperio Romano en la región.

Entre las notables edificaciones de Itálica, además de su famoso anfiteatro y la Casa de los Pájaros, destaca el conjunto de termas públicas, lugares esenciales en la vida social de la Roma antigua. Estas no solo servían como centros para el baño, el deporte y la relajación, sino que también funcionaban como puntos de encuentro para la interacción social y el intercambio de ideas. La presencia de estas instalaciones subraya el nivel de desarrollo urbano y la adopción de costumbres romanas entre la población local.

Lugar de nacimiento de los emperadores más influyentes del imperio romano

Más allá de su valor arqueológico, Itálica se distingue por ser la cuna de dos de los emperadores más influyentes de Roma: Trajano y Adriano. Ambos, nacidos en esta histórica ciudad, ejemplifican el legado duradero de Itálica y su contribución al imperio. La inclusión de Itálica en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO se propone no solo para reconocer su importancia universal, sino también para asegurar su conservación para futuras generaciones. A medida que Itálica continúa revelando sus secretos a través de excavaciones y restauraciones, su historia sirve como un recordatorio del pasado romano que moldeó la cultura y la sociedad de la Hispania antigua, ofreciendo lecciones valiosas y enriqueciendo nuestro entendimiento de la civilización romana.