El crucero más grande del mundo, el "Icon of the Seas" de Royal Caribbean, ha iniciado su viaje inaugural desde Miami, Florida, con un recorrido de siete días por el Caribe. Esta impresionante embarcación, que mide 365 metros de largo y puede albergar hasta 7.600 pasajeros (2.350 miembros de la tripulación), que se alojarán en los 2.805 camarotes distribuidos a lo largo de las veinte cubiertas del barco, ha generado tanto admiración como preocupación. A pesar de sus lujosas instalaciones, incluyendo siete piscinas y seis toboganes de agua, ha recibido críticas sobre sus emisiones de metano, ya que el barco utiliza gas natural licuado (GNL) como combustible que mueven 250.000 toneladas que pesa el crucero.
Aunque el GNL es más limpio en comparación con los combustibles marinos tradicionales, como el fuelóleo, la fuga de metano durante su uso representa una amenaza significativa para el medio ambiente. El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, atrapando 80 veces más calor en la atmósfera en un período de 20 años. De hecho, el uso de GNL en barcos puede emitir más de un 120% de gases de efecto invernadero en comparación con el aceite de gas marino. Además, las emisiones de carbono por pasajero de la industria de los cruceros son más del doble que las de las aerolíneas.
A pesar de las afirmaciones de Royal Caribbean sobre la eficiencia energética de este crucero que es cinco veces más grande que el Titanic, la industria de cruceros sigue siendo un foco de preocupación ambiental. Estudios recientes han revelado que los cruceros son grandes contaminadores, emitiendo tanto óxido de azufre como mil millones de automóviles y produciendo el doble de CO2 por pasajero en comparación con los viajes aéreos. El sector ha experimentado un crecimiento significativo, con una estimación de 36 millones de pasajeros en 2024, aumentando la presión sobre la industria para abordar sus impactos ambientales.
Una ciudad flotante
El "Icon of the Seas" no es solo un gigante del mar por su tamaño; también destaca por su amplia gama de instalaciones y actividades de entretenimiento. El barco cuenta con 20 cubiertas repletas de lujos y comodidades, incluyendo 19 pisos, más de 40 bares y restaurantes, y una diversidad de 28 opciones de alojamiento. Cada "vecindario" del barco ofrece experiencias únicas, desde Thrill Island con su parque acuático y toboganes de más de 14 metros, hasta Chill Island con siete piscinas y vistas al mar.
El barco también cuenta con Surfside, un área diseñada para familias y niños, y The Hideaway, que ofrece una experiencia con clubes de playa y una piscina suspendida sobre el mar. Además, el AquaDome es un punto destacado con espectáculos acuáticos en el AquaTeather, rodeado de cascadas, restaurantes, y bares. Por último, su construcción ha costado aproximadamente 1,65 mil millones de euros, reflejando la magnitud de esta inversión.