En 2016, Alan Moore tomó la decisión de abandonar la industria del cómic tras comunicar que ya había hecho bastante. El autor de La broma asesina o Top 10 quería explorar nuevos formatos para contar sus historias. Justo cuando eligió marcharse por la puerta grande, como uno de los guionistas más grandes de la historia del noveno arte, el género de superhéroes estaba en pleno auge en el campo cinematográfico, lo que con el paso de los años ha llevado a captar más y más personas interesadas en el mundo del cómic. Eso es bueno, desde luego, pero Moore ha querido advertir al público que estos superhéroes a los que tanto se idolatra pueden tener un punto siniestro (y adictivo).
El género de superhéroes en los cómics ha cambiado a lo largo de los años, sobre todo a partir de Watchmen
En una entrevista realizada para ScreenRant, Moore analiza cómo el género de superhéroes empezó a cambiar progresivamente tras la publicación de Watchmen, la que es considerada por lo muchos como el mejor cómic de la historia. No solo del género en cuestión, sino del medio en su totalidad. El autor de La cosa del pantano cree que su visión sobre esos superhéroes decadentes y situados en un contexto donde son repudiados y rechazados por el mundo es algo que se popularizó a raíz de su publicación de la obra protagonizada por Rorschach, Dr. Manhattan y compañía. A partir de ahí, la muchas figuras de superhéroes se tornaron oscuras.
"He llegado a sentir que los superhéroes son siniestros por varias razones... No creo que las personas que son adictas a estas cosas parezcan estar satisfechas con el golpe que reciben. Esa es una queja común entre las personas adictas, ¿sabes?... Hay una especie de rendimientos decrecientes, y particularmente las cosas en sí no son tan buenas como solían ser".
Por lo que indica Moore, parece que el género no está atravesando además uno de sus mejores momentos, y el público no parece estar satisfecho de todos modos con algunos de los enfoques que se dan. El problema se originó cuando se dijo que los cómics no eran solo para niños, y a partir de ahí casi todo lo que se escribía no era precisamente para estos.
"Una vez que la gente dijo 'los cómics no son solo para niños', parecieron decidir que eso significaba que los cómics no eran para niños en absoluto". Además, estos cómics más siniestros para Moore, como bien indica, parecen tener un punto de adicción extraño. Moore sigue retirado de la industria del cómic, pero puede que en algún momento aterrice de nuevo en el medio para contar una última historia. O puede que pase a explorar el campo cinematográfico, puesto que jamás ha quedado contento con ninguna de sus adaptaciones.