La comedia española del año en la plataforma tendrá continuidad. Con un brevísimo teaser, Prime Video confirmó la renovación de Su majestad más de siete meses después de su estreno (27 de febrero de 2025), una segunda vida que llega cuando pocos la esperaban y que conserva el pulso del dúo creativo Borja Cobeaga–Diego San José. La serie, que convirtió a Anna Castillo en una reina a su pesar y a Ernesto Alterio en su imprescindible contrapeso, regresará "próximamente" al catálogo global del servicio.
El nuevo arco parte donde quedó la primera tanda: Pilar ya no es la princesa díscola, sino una monarca recién coronada que quiere reconciliar a la institución con sus críticos más férreos —incluidos los republicanos— con un reinado cercano y humilde. Esa brújula chocará con Guillermo, ahora jefe de la Casa Real, y añadirá una figura con potencial de fricción: Amanda, antigua amante del anterior rey, que se perfila como aliada inesperada en la modernización de la Corona.
Una corona nueva, viejos choques
En la trastienda, Prime Video mantiene el bloque creativo y lo amplía. Cobeaga dirigirá los ocho episodios de la segunda temporada, mientras Diego San José repite como productor ejecutivo y la sala de guion suma a Víctor García León, Borja Glez. Santaolalla y Diana Rojo, junto a José Antonio Pérez Ledo. La producción ejecutiva corre a cargo de The Mediapro Studio (Laura Fdez. Espeso, Alejandro Flórez, Javier Méndez y el propio San José) y Sayaka Producciones (Nahikari Ipiña y Cobeaga).
El movimiento consolida la apuesta de Amazon por una sátira que ya nació con vocación de conversación pública —"los chistes sobre la monarquía estaban en la calle, no en pantalla", defendían sus creadores— y que la crítica recibió con entusiasmo por su tono, ritmo y reparto. Con la renovación, ‘Su majestad’ se alinea con otras originales españolas que Prime Video impulsa a largo plazo y refuerza el escaparate internacional de una ficción que ya debutó en más de 240 territorios.
Quedan por conocer fechas y nuevas incorporaciones frente a cámara, pero las líneas maestras están claras: continuidad de tono, músculo de guion reforzado y una premisa que sube el voltaje político y emocional del conflicto.