Ridley Scott, uno de los nombres más emblemáticos del cine contemporáneo, no tiene reparos a la hora de emitir juicios contundentes sobre la industria que lo vio crecer. En una reciente declaración, el director de clásicos como Gladiator y Blade Runner no ocultó su frustración: Hollywood y la industria cinematográfica en su totalidad, asegura, "está ahogándose en la mediocridad". Y no lo dice a la ligera.
Ridley Scott advierte: "El cine se ahoga en mediocridad; mis películas, en cambio, siguen siendo excelentes"
Scott, sincero como siempre, apunta a la abrumadora cantidad de producciones que se generan en la actualidad, no solo en Estados Unidos, sino a nivel global. "La cantidad de películas que se hacen hoy en día, literalmente en todo el mundo, es impresionante… millones. No miles, millones. Y la mayoría es basura", comentó, dejando claro que el problema no es solo la saturación, sino la calidad de lo que llega a las pantallas.
Para él, la industria ha perdido el equilibrio entre cantidad y excelencia, lo que genera una avalancha de productos que rara vez logran dejar una huella duradera. Curiosamente, la visión crítica de Scott lo ha llevado a un ejercicio inesperado: revisar su propia filmografía. "Es algo horrible de admitir, pero he empezado a ver mis propias películas. Y, en realidad, son bastante buenas", confesó con una mezcla de humor y sinceridad. Para él, hay un alivio en la constatación de que su trabajo resiste el paso del tiempo, algo que no puede decirse de muchas producciones contemporáneas.
En sus palabras subyace un mensaje doble: por un lado, la frustración de un creador que observa cómo la industria se inunda de mediocridad; por otro, la reafirmación de que el cine bien hecho, aquel que nace de la pasión y la técnica depurada, conserva su valor sin importar los años. Ridley Scott no solo critica, sino que también recuerda a todos, cineastas y espectadores, que el verdadero cine no es cuestión de cantidad, sino de compromiso con la calidad y la perdurabilidad de la obra. Y no, no piensa jubilarse.