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Parece ciencia ficción: alarma y preocupación por el microdrón de China 'como un mosquito' que destroza el equilibrio militar

Una universidad militar china ha desarrollado un nanodrón casi indetectable por radares, pensado para misiones de espionaje. La miniaturización tecnológica China irrumpe en el arte de la guerra.

China ha dado un paso más hacia una nueva frontera en la robótica militar con el desarrollo de un nanodrón casi tan pequeño como un insecto. Tras construir nuevos vehículos híbridos y preparar los temidos cazas de sexta generación, el dispositivo, diseñado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa en Hunan, promete cambiarlo todo.

Este diminuto artefacto, más pequeño que un mosquito real, representa un salto tecnológico en las capacidades de reconocimiento e inteligencia en zonas de conflicto. Con apenas 1 a 1,3 centímetros de longitud, el dispositivo cuenta con un cuerpo estrecho, tres patas tan delgadas como un cabello y dos alas verdes translúcidas, semejantes a las de una libélula. Para muchos, junto al desarrollo de armas electromagnéticas, supone el gran salto asiático que pone en peligro la predominancia de Occidente en el plano militar.

Alarma global por el microdrón chino del tamaño de un mosquito: una amenaza que parece sacada de la ciencia ficción y rompe el equilibrio militar

Elon Musk ya lo advirtió: los drones son el futuro de la industria militar. El primer prototipo, con cuatro alas, podía ser controlado mediante un teléfono móvil. Aunque no se ha mostrado funcionando en vídeo, se sospecha que las alas pueden moverse en varias direcciones para mejorar la maniobrabilidad.

Pero el auténtico desafío radica en su escala: todos los sistemas—desde sensores, baterías, cámaras, controladores y transmisores—deben integrarse en un espacio minúsculo, obligando a combinar robótica avanzada, microelectrónica, ciencia de materiales y diseño biónico.

Pekín no es la única potencia inmersa en esta carrera. El Black Hornet, fabricado en Noruega, es uno de los nanodrones más conocidos. Ha sido desplegado en el conflicto entre Rusia y Ucrania y fue premiado por el Departamento de Defensa de EE.UU. en 2025 tras lograr vuelos autónomos de 30 minutos con un alcance de dos kilómetros. Incluye cámaras HD, sensores térmicos y sistemas anticolisión. Por su parte, Israel ha desarrollado el Ninox 40 MT, un microdrón de menos de 250 gramos capaz de operar sin conexión GNSS.

China transformará el reconocimiento militar y la guerra encubierta con este nuevo dron

También destaca el proyecto RoboBee de Harvard, que experimenta con "músculos artificiales" para simular vuelo biológico, aunque aún limitado al laboratorio. El microdron chino aún no ha entrado en producción, pero podría evolucionar rápidamente gracias a su carácter dual: útil tanto para fines militares como civiles, médicos o científicos. Las ventajas son claras: vigilancia discreta en entornos urbanos, recolección de datos en tiempo real y apoyo en operaciones especiales.

China incluso explora modelos que pueden ser lanzados desde piezas de artillería para alcanzar zonas estratégicas a gran velocidad. No obstante, persisten los retos: combinar todos los sistemas en un formato tan pequeño, garantizar comunicaciones seguras, autonomía operativa y resistencia al entorno real. Si esta tecnología se perfecciona, transformará el reconocimiento militar y la guerra encubierta, al tiempo que plantea serias dudas éticas sobre privacidad, autonomía y el uso invisible de la fuerza.