Hay puentes que no buscan aliviar atascos, sino evitar tragedias silenciosas. Colorado acaba de abrir al uso de la fauna el Greenland Wildlife Overpass, una pasarela "verde" sobre la Interstate 25 en el condado de Douglas, entre Larkspur y Monument, pensada para que alces, ciervos y otros grandes mamíferos crucen sin jugarse la vida entre coches. La idea es simple y ambiciosa a la vez: volver a coser dos mitades de hábitat que una autopista llevaba décadas separando.
El dato que lo explica todo está en su escala. El paso mide 200 pies de ancho por 209 de largo (unos 61 por 64 metros), cubre cerca de una acre y salva seis carriles de tráfico con una "alfombra" de tierra y vegetación para que, desde arriba, parezca continuidad del paisaje más que una obra de ingeniería. No es un adorno: es un truco deliberado para que los animales lo perciban como terreno familiar y no como una estructura extraña.
Una infraestructura contra el choque cotidiano
La urgencia, además, no es retórica. Antes de completar este sistema, el corredor registraba una media de un choque al día con fauna durante las temporadas de mayor movimiento (primavera y otoño), un riesgo constante para conductores y animales. La administración estatal calcula que, con el conjunto de medidas ya desplegadas, las colisiones deberían caer en torno a un 90%, en una zona por la que pasan más de 100.000 vehículos diarios.
El diseño tiene un punto de psicología animal. No es casual que se hable de "líneas de visión" abiertas: alces y berrendos prefieren cruzar por espacios amplios, con horizonte, y tienden a evitar túneles o estructuras cerradas. Por eso el overpass se plantea como una loma suave con entradas anchas, y se acompaña de vallado que canaliza los desplazamientos hacia el punto seguro en lugar de dejarlos dispersarse junto al asfalto.
El "South Gap" y la carrera por el megapuente
La obra es también la pieza que faltaba en un puzzle mayor: el I-25 South Gap, un proyecto que ha ido sumando pasos inferiores, cercados y medidas de mitigación a lo largo de 18 millas entre Castle Rock y Monument, cerrando un "vacío" de 3,7 millas sin cruces preparados. La financiación, en buena parte, llega de un programa federal específico y de una alianza en la que se sientan desde la administración de carreteras a la gestión de vida salvaje y entidades locales de conservación.
Y hay un detalle curioso en el relato público: durante meses se vendió como "el mayor del mundo", pero en la comunicación reciente se enfatiza más el "mayor de Norteamérica", un ajuste que revela lo competitiva que se ha vuelto la etiqueta de "megapuente para animales".