La guerra mecanizada está avanzando a pasos agigantados. En el contexto en el que Donald Trump se prepara para una intervención armada en Venezuela, Estados Unidos sigue reforzando su plantel de carros blindados. España ha apostado por el Leopard 2E para renovar su parqué de tanques -así como con sus sus potentes variantes-, Norteamérica continúa con el Abrams en sus variantes M1A2 SEPv3 y la evolución SEPv4, considerado por muchos como el carro de combate más avanzado y letal del planeta.
No es para menos: al combinar un cañón de 120 mm, una planta de 1500 caballos y una electrónica de tercera generación pensada para la guerra conectada. Estas iteraciones no solo actualizan sensores y comunicaciones; reescriben la supervivencia del tanque frente a drones, municiones merodeadoras y misiles guiados anticarro.
M1 Abrams M1A2 SEPv3/SEPv4: 120 mm de poder, 78 toneladas y 1500 caballos en el blindado más inteligente de EE. UU.
La letalidad empieza en el tubo de 120 mm, preparado para proyectiles de nueva generación y enlace de datos que optimiza la balística y amplia la paleta contra blindajes reactivos y objetivos móviles. El paquete SEPv4 impulsa un visor del artillero mejorado, telémetro actualizado e imagen térmica de tercera generación, elevando la detección y el tiro todo tiempo más allá del alcance visual. El M1A2 Abrams SEPv3 alcanza entre 67,6 y 78 toneladas en orden de combate, dependiendo de configuraciones y blindaje adicional, lo que lo sitúa entre los tanques más pesados del mundo actual
En protección, el salto clave es la integración de sistemas de protección activa junto a mejoras en blindaje compuesto y reactivo, con un foco explícito en amenazas vistas en Ucrania: ATGM avanzados, FPV y sensores ISR persistentes. La gestión de firmas térmica y electrónica reduce la exposición del carro a la adquisición enemiga, mientras los lanzafumígenos y contramedidas refuerzan la ocultación.
La arquitectura digital del SEPv3/SEPv4 permite compartir objetivos y telemetría en tiempo real, comprimiendo el ciclo sensor-tirador y multiplicando la eficacia de sección y compañía. Esto facilita también el entrenamiento sintético sobre el propio vehículo y abre la puerta a integrar municiones futuras sin rediseñar todo el casco, gracias a buses y computación modernizados.
La movilidad de 1500 hp conserva la aceleración característica del Abrams, pero con una hoja de ruta que persigue aligerar y reducir la huella logística sin sacrificar protección CBRN. El concepto operativo evoluciona hacia "letalidad con menos carga": blindaje inteligente, protección activa de serie y kits modulares que se adaptan al teatro, desde desiertos abiertos hasta ciudades saturadas por drones.
En el corto plazo, el Ejército mantiene al SEPv4 como cúspide de la línea mientras transita hacia un Abrams más ligero y aún más conectado para la guerra multi-dominio de 2030. La combinación de 120 mm con enlace de datos, 1.500 hp y defensa activa consolida al Abrams como la punta de lanza blindada en un campo de batalla dominado por sensores, enjambres y fuego de precisión.