Málaga tiene nombres que todo turista reconoce al instante: la Alcazaba, el Gibralfaro, su imponente Catedral. Pero si Hesperia y el fondo catarí Al Alfia logran sacar adelante sus planes, pronto la ciudad también se recordará por un nuevo protagonista de su skyline: la Torre del Puerto. Un proyecto que, aunque lleva años sobre la mesa, vuelve a colocarse en el centro del debate gracias a la reciente luz verde otorgada por la Autoridad Portuaria.
Los promotores aprovecharon la ocasión para dar fechas, cifras y detallar inversiones, dejando claro que no tienen intención de rendirse. Pero gran parte de la sociedad malagueña está en contra y no son pocos los que se quejan de que puede dañar el paisaje. Sea como sea, al igual que en Madrid Nuevo Norte, los megarascacielos van a formar parte de la geografía españolas en muchas ciudades.
El megarascacielos de Málaga que revoluciona el skyline de España y la Costa del Sol: 144 metros y 150 millones en juego
La Torre del Puerto no es un rascacielos cualquiera: hablamos de 144 metros de altura, 59 de ancho y 19 de fondo, erigidos al final del dique de Levante, junto a la estación marítima donde amarran los cruceros. Su función principal será un hotel de 382 habitaciones dirigido a un público de alto poder adquisitivo, operado por una cadena internacional de lujo. Pero Hesperia insiste: la torre no es un proyecto aislado, sino el eje de un desarrollo urbano de 54.000 metros cuadrados que busca revitalizar una zona actualmente deprimida. "Recuperaremos ese entorno para la ciudad y los ciudadanos", aseguran desde la compañía.
El complejo irá más allá de las habitaciones. Contará con un auditorio de 2500 m², aparcamiento subterráneo, restaurante, plaza y un bulevar de 1,3 km con miradores, zonas verdes y carril bici. Todo pensado para integrar la torre en la vida de Málaga y no solo en su skyline. La inversión estimada asciende a unos 200 millones de euros, cifra que refleja tanto la magnitud del proyecto como su carácter transformador. Para asegurar su viabilidad, los promotores contemplan fondos europeos y colaboración institucional, aunque antes deberán sortear el visto bueno definitivo del Consejo de Ministros.
El camino no ha sido fácil: el proyecto lleva casi una década encadenando trámites y cambios de arquitecto. De José Seguí se pasó recientemente a David Chipperfield, premio Pritzker 2023, cuya visión marcará la imagen final de la torre. La noticia ha vuelto a surgir ahora por dos motivos: la aprobación de la Autoridad Portuaria y un acto de los promotores para confirmar su compromiso, con planes de iniciar obras en 2026 y una duración estimada de tres años. La Torre del Puerto vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate: No obstante, Málaga no es Nueva York.