La extinción de los dinosaurios tuvo un claro perdedor, pero de ese evento y desastre natural colosal, otro muchos animales salieron muy favorecidos. Este evento o solo fue clave para que los mamíferos pequeños proliferaran y para que muchos millones de años después, los humanos prosperáramos. Otros animales aún más diminutos, sacaron ventaja. Un reciente estudio dirigido por Ted R. Schultz, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales en Washington D. C., ha revelado un impacto inesperado de la extinción de los dinosaurios: la mejora en las prácticas agrícolas de las hormigas. El asteroide que impactó en la península de Yucatán hace millones de años no solo extinguió a más de la mitad de las especies que habitaban la Tierra, sino que también alteró profundamente la vegetación del planeta. En medio de este cambio climático global, las hormigas encontraron una forma de sobrevivir desarrollando el cultivo de hongos, una práctica que ha evolucionado durante millones de años.
Tras la extinción masiva a finales del Cretácico, varios organismos lograron sobrevivir a las condiciones adversas, entre ellos las hormigas y los hongos. Estas especies establecieron una relación simbiótica, en la que ambos organismos dependían unos de otros para subsistir. Según el estudio publicado en National Geographic, las hormigas comenzaron a cultivar hongos como fuente de alimento, una estrategia que evolucionó con el tiempo y se convirtió en una de las prácticas agrícolas más antiguas del mundo animal.
Diversidad en las prácticas agrícolas de las hormigas
El estudio destaca que, a lo largo de los últimos 60 millones de años, las hormigas han desarrollado al menos cuatro sistemas agrícolas distintos. El más antiguo, conocido como agricultura inferior, surgió hace aproximadamente 60 millones de años y es practicado por unas 85 especies de hormigas. Posteriormente, surgió la agricultura de levaduras, que data de hace 30 millones de años y es llevada a cabo por 19 especies. Estos sistemas agrícolas han permitido a las hormigas adaptarse a diversos entornos y prosperar a lo largo del tiempo.
Otra técnica desarrollada por las hormigas es la agricultura de hongos coralinos, practicada por 30 especies distintas y con una antigüedad de 20 millones de años. Sin embargo, la técnica más avanzada es la llamada agricultura superior, que ha sido adoptada por hasta 113 especies de hormigas. Esta variedad de sistemas agrícolas demuestra la capacidad de estos insectos para innovar y adaptar sus métodos de cultivo a lo largo de millones de años, garantizando así su supervivencia.
Este estudio no solo ofrece una visión fascinante de la evolución de las hormigas, sino que también subraya cómo eventos catastróficos como la extinción de los dinosaurios pueden dar lugar a nuevas oportunidades evolutivas. En un mundo donde la vegetación y las condiciones climáticas cambiaron drásticamente, las hormigas encontraron la manera de no solo sobrevivir, sino prosperar, mediante la domesticación de hongos. Este descubrimiento resalta la complejidad y la resiliencia del reino animal frente a los desafíos globales.