La generación Z sigue estando al pie del cañón formando parte de la actualidad informativa. Tras saberse que sus componentes no quieren ascender en el trabajo, debido a que consideran que la responsabilidad no está bien pagada, desde Psychology Today señalan que los nacidos entre mediados de los 90 y la primera década de los 2000 tienen una fuerte adicción a las compras compulsivas. Este "vicio" nace debido a la facilidad de adquirir todo tipo de productos mediante los dispositivos móviles y se potencia debido a las redes sociales y el bombardeo de publicidad constante. Pero las raíces de esta adicción, según los expertos, reside en las bajas expectativas que tiene esta generación con su futuro por culpa de diversos factores.
El 'doom spending', la adicción que padece la generación Z y parte de la Milenial, tiene solución y los expertos la desvelan
No poder comprar una casa, tener dificultades para independizarse y formar una familia y lo complicado que parece poder asentar las bases de su futuro conduce a la generación Z y a parte de los Millenials a gastar de forma compulsiva en Internet, sea comprando ropa, videojuegos, merchandising, dispositivos electrónicos, etc. Este vicio conocido como doom spending no parece que vaya a frenarse a corto plazo.
De hecho los profesionales indician que esto no va a hacer más que agravarse debido a la situación que atraviesan miles de jóvenes. Esa obsesión por gastar en pequeñas cosas, que acaban sumando un gran cantidad de dinero, se relaciona con la imposibilidad de adquirir realmente bienes mayores como casas o coches. Digamos que es una especie de paliativo para llevar mejor la mala situación económica. Sin embargo, es preocupante y tiene solución.
Tal y como recogen desde 3DJuegos, haciéndose eco de los expertos que han compartido su opinión a CNBC sobre este asunto, la clave está en evitar comprar desde el móvil y obligarse a hacerlo de forma física, puesto que eso requiere de una implicación mayor por parte de los compradores: "Los puntos de decisión adicionales, como elegir la tienda, viajar hasta allí, evaluar el artículo en persona y luego tener que hacer fila para comprarlo, te ayudarán a frenar y pensar de manera más crítica sobre tus compras".