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Una tribu de Papúa Nueva Guinea tiene a un mítico superhéroe como símbolo por culpa de la Segunda Guerra Mundial

El querido superhéroe de Lee Falk es el emblema espiritual de una tribu de Papúa Nueva Guinea y la Segunda Guerra Mundial es la causa.

Son incontables la cantidad de superhéroes que podemos encontrar en cómics, series y películas. Gracias a Marvel y DC Studios estos encapuchados lideran la industria cinematográfica y encabezan, desde hace algunos años, la cultura popular con su presencia en todo tipo de productos, parques y acontecimientos. Estos personajes tan buscados y queridos por el público suelen quedarse, generalmente, enmarcados en la ficción, pero existe una tribu en Papúa Nueva Guinea que tiene a un héroe en concreto como símbolo absoluto, y todo es por culpa de la Segunda Guerra Mundial y su expansión al Pacífico.

El fantasma se convirtió en el símbolo de los guerreros Wahgi de Papúa Nueva Guinea tras la Segunda Guerra Mundial: es la representación de la valentía y la fuerza

El legendario Fantasma, el personaje creador por Lee Frank en 1936 que ha pasado por televisión, cines e incluso videojuegos con un extenso legado en los cómics, se convirtió en el símbolo de los guerreros Wahgi de Papúa Nueva Guinea tras la Segunda Guerra Mundial. Puede que ahora mismo este particular personaje pase un tanto desapercibido, puesto que ha quedado eclipsado por la Casa de las Ideas y la mencionada DC Studios, pero lo cierto es que continúa siendo un personaje que cuenta con miles de lectores en todo el mundo y no son pocos los que disfrutaron de sus heroicidades mediante su singular serie de televisión.

El Fantasma es sin duda uno de los superhéroes más especiales del género porque a diferencia del resto de personajes con los que comparte oficio (sí, él también tiene como fin luchar contra el crimen y frenar el avance del mal) no tiene ningún tipo de poder, y tampoco es el típico millonario que puede construirse armaduras o gadgets: depende al completo de su fuerza, agilidad, destreza e inteligencia, lo que le convierte en un héroe único. Inspirándose en personajes históricos como el Cid o el Rey Arturo, Lee Frank parió a El Fantasma como una especie de mito para los criminales. Su origen se remonta a 1536, cuando un barco mercante inglés es atacado en aguas del Pacífico por los piratas Singh. Christopher Walker es el único superviviente y tras llegar a tierra apenas con vida es atendido y salvado por pigmeos de la tribu Bandar, y sobre la calavera del asesino de su padre realiza un juramento que pasará de generación en generación: acabar con toda forma de crueldad e injusticia. De ahí que se diga que El Fantasma es inmortal, puesto que siempre hay una figura en la familia que adquiere el rol de esta especie de vengador.

Ejemplo de escudos de los Wahgi con representaciones de El Fantasma.

Estas historietas llegaron al Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, con los Aliados haciendo frente al enemigo japonés. Los soldados americanos recibían cómics para entretenerse, y por supuesto leían eran los de Lee. Estos tebeos pasaron a manos de los habitantes de las tribus que con los que los militares compartían territorio, y los que sabían inglés quedaron sumamente impresionados por la iconografía y el significado de las aventuras del personaje. El Fantasma llegó para quedarse para siempre. Los Aliados marcharon, pero las historias de esos cómics se seguían explicando de boca en boca entre los miembros de las tribus y la popularidad del superhéroe alcanzó tal nivel que se convirtió en un símbolo de fuerza y valentía durante los conflictos tribales de Papúa y Nueva Guinea a lo largo de 1970.

Los Wahgi fueron quienes incluyeron en sus escudos de guerra, hechos a base de madera, la representación iconográfica de El Fantasma gracias al artista Wahgi Kaipel Ka. Con la introducción de las armas de fuego esos escudos no fueron demasiado útiles y quedaron enterrados, pero la simbología del personaje se siguió rescatando para otros objetos. La obra de Lee Frank sigue muy viva en el mundo y logró traspasar las barreras de la ficción para convertirse, realmente, en un emblema de esperanza, fuerza, valentía y lucha contra la tiranía y el mal en nuestra realidad. ¿Volveremos a ver alguna película o serie de Fantasma ahora que los superhéroes están dominando Hollywood? Quién sabe, muy lejos queda la versión de acción real que representó Billy Zane en 1996 bajo la dirección de Simon Wincer.