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Assassin's Creed se cuela en los Juegos Olímpicos de París en una celebración que ha sido criticada en redes

La inauguración ha contado con todo tipo de actuaciones, desde Gojira a Céline Dion y Lady Gaga, incluso con un homenaje a 'Assassin's Creed'.

La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, que tuvo lugar el viernes por la noche, a generado una gran controversia y críticas, especialmente desde sectores de la extrema derecha francesa pero también por parte de todo tipo de usuarios en Internet y conservadores norteamericanos. Marion Maréchal, eurodiputada de extrema derecha, nieta del líder histórico de la extrema derecha francesa Jean-Marie Le Pen y sobrina de Marine Le Pen, no dudó en calificar el evento como "propaganda woke" y se mostró particularmente crítica con la inclusión de elementos como drag queens, la decapitación de María Antonieta y la participación de la cantante franco-maliense Aya Nakamura. Según Maréchal, estos elementos representaban un intento desesperado por celebrar valores progresistas y no reflejaban la verdadera cultura francesa.

Momento Assassin's Creed

La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 destacó por sus numerosas referencias culturales y deportivas, atrayendo la atención, especialmente de los aficionados a los videojuegos. Un momento que captó la atención fue la aparente alusión a la popular saga de videojuegos Assassin's Creed. Los jugadores encontraron, en concreto, una referencia a Assassin's Creed Unity. Ya que, durante el evento, una figura encapuchada realizando acrobacias de parkour mientras portaba la antorcha olímpica recordó a muchos el estilo característico de los protagonistas de esta saga.

Aunque entre el atuendo, la capucha blanca y el parkour, parecía una referencia clara, lo cierto es que confirmaron que se trataba de una referencia al Fantasma de la Ópera. Este guiño generó un notable revuelo en las redes sociales, donde muchos usuarios, incluyendo la cuenta oficial de Assassin's Creed Brasil, interpretaron la escena como una referencia a Unity, ambientado en la Revolución Francesa. Sin embargo, la intención real detrás de la figura encapuchada quedó abierta a interpretación, aumentando la interacción y el entusiasmo entre los fans. La reacción de Ubisoft a través de un mensaje sutil en X (Twitter), "Me resulta familiar", añadió un toque de misterio y complicidad, confirmando la fuerte conexión cultural del evento con el mundo de los videojuegos.

Momentos polémicos

En cuanto al resto de momentos polémicos, la actuación de Nakamura junto a la Guardia Republicana fue uno de los momentos más controvertidos de la noche. Conocida por su mezcla de francés con argot juvenil y palabras de otros idiomas, fue duramente criticada por figuras de la ultraderecha como Julien Odoul. Quién consideró que Nakamura no representa a Francia y calificó su actuación como un saqueo de la cultura francesa. Estas críticas no solo se centraron en su estilo musical, sino también en sus orígenes, argumentando que una cantante nacida en Mali no debería ser el rostro de Francia en un evento de tal magnitud.

Philippe de Villiers, fundador de los parques temáticos Puy de Fou, también expresó su indignación por la ceremonia. Este describió el evento como una vergüenza y un suicidio cultural, señalando específicamente la representación de la Última Cena con drag queens y la decapitación de María Antonieta. Para él, estas actuaciones no solo eran de mal gusto, sino que también representaban una burla a la historia y a la identidad nacional francesa.

El ultraderechista Éric Zemmour reconoció que hubo algunas escenas estéticamente agradables, pero en general consideró que la ceremonia fue un espectáculo político diseñado para promover una agenda progresista. Zemmour criticó la presencia de una María Antonieta decapitada y la canción revolucionaria "Ah! ça ira", afirmando que estos elementos eran innecesariamente provocativos y no representaban la verdadera Francia. Además, Zemmour acusó al presidente Emmanuel Macron y a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de querer imponer una visión de Francia que muchos no comparten.

Lady Gaga y Céline Dion

La ceremonia, dirigida por Thomas Jolly, se destacó por su llamativa extravagancia y la incorporación de múltiples referencias históricas y culturales francesas. Lady Gaga rindió homenaje al cabaret francés con una interpretación de "Mon truc en plume", mientras que Aya Nakamura y la Guardia Republicana buscaron conectar diferentes generaciones y estilos musicales. A pesar de estas intenciones, las críticas se centraron en la percepción de que la ceremonia era demasiado provocativa y carecía de coherencia visual.

La ceremonia culminó con una emotiva interpretación de Céline Dion de "L'Hymne à l'amour" desde la Torre Eiffel. Este tributo a Edith Piaf celebró no solo a dos de las más grandes voces de todos los tiempos, sino también la belleza y el romanticismo de París. Un momento que celebraron teniendo en cuenta su lucha contra una rara enfermedad neurológica conocida como síndrome de la persona rígida.

Otro momento destacado fue la reinterpretación de La Marseillaise desde el techo del Grand Palais, dirigida por la soprano Axelle Saint-Cirel. Vestida con los colores de la bandera francesa, Saint-Cirel emocionó a los espectadores con una interpretación poderosa del himno nacional. Simultáneamente, estatuas doradas de heroínas históricas emergieron del Sena, rindiendo homenaje a figuras influyentes como Olympe de Gouges y Simone de Beauvoir. Este segmento subrayó el papel crucial de las mujeres en la historia francesa.

Un desfile de moda con draq queens y una representación de Dioniso

La moda y la gastronomía también tuvieron su lugar en la ceremonia, con un desfile de moda y un banquete en el puente Debilly. Este evento destacó a jóvenes diseñadores franceses y culminó en una pista de baile al ritmo de la DJ Barbara Butch. Este segmento celebró la vitalidad de la moda y la cultura contemporánea francesa, aunque fue visto por algunos críticos como una desviación innecesaria de la tradición olímpica.

Gojira y su tributo a la Revolución Francesa

La actuación del grupo de metal Gojira en la Conciergerie fue otro momento notable de la noche. Con ventanas llenas de figuras sin cabeza de María Antonieta, retroiluminadas en rojo, esta actuación recordó los tumultuosos eventos de la Revolución Francesa. Aunque algunos lo vieron como un homenaje oscuro y simbólico, otros criticaron la inclusión de elementos tan perturbadores en una ceremonia olímpica.

El grupo interpretó "Ah, ça ira", una icónica canción revolucionaria francesa. Esta pieza tiene un profundo significado histórico, evocando la lucha por la libertad y la resistencia contra el despotismo aristocrático. Con letras como "Ah! ça ira, ça ira, ça ira, Les aristocrates à la lanterne! Ah! ça ira, ça ira, ça ira, Les aristocrates on les pendra!" (¡Ah! ¡Estará bien, estará bien, estará bien! Los aristócratas con la linterna (refiriéndose a las farolas de las que se les colgaron). ¡Ah! ¡Estará bien, estará bien, estará bien! Los aristócratas serán ahorcados), la canción resuena con un llamado a la justicia y la resistencia del pueblo francés contra la aristocracia, reflejando el espíritu combativo de la Revolución Francesa.

La antorcha olímpica que también portó Snoop Dog

El encendido del pebetero, uno de los momentos más esperados, fue realizado por Marie-José Pérec y Teddy Riner en los Jardines de las Tullerías. Este pebetero, diseñado por Mathieu Lehanneur, se elevó hacia el cielo como un anillo de fuego coronado con un globo aerostático, creando una imagen memorable mientras flotaba sobre París. La Torre Eiffel, iluminada con los anillos olímpicos originales, simbolizó la unión de los continentes a través del espíritu olímpico.

Las redes sociales estallan

Las reacciones en redes sociales fueron variadas, con muchos usuarios criticando la decisión de celebrar la ceremonia en el río Sena en lugar de en un estadio. La ceremonia fue calificada de "bizarra" y "desconectada", y muchos consideraron que habría sido más coherente visualmente en un estadio. Sin embargo, líderes mundiales como Ursula von der Leyen y Olaf Scholz elogiaron el evento por su celebración de la cooperación y la solidaridad global.

Algunas personalidades, como el presidente de Laliga, la tachan de "Inaceptable, irrespetuoso, infame" e incluso señalan todo tipo de supuestas referencias espirituales y sacrílegas. ¿A ti te gustó?