Es normal que después de una pandemia se publiquen series y películas basadas en esa cruda realidad que, ya en menor medida, nos sigue acechando. Infiesto ha escogido el mejor momento para estrenarse en Netflix, puesto que utiliza la pandemia del coronavirus como escenario de una investigación policial que busca ponerse al nivel de proyectos como La isla mínima, True Detective e incluso Seven: "Durante el primer día del estado de emergencia, dos inspectores de policía son llamados a un pequeño pueblo minero de la montaña asturiana en donde ha aparecido una joven que llevaba meses dada por muerta". Patxi Amezcua, cineasta a cargo de la película, usa con gran acierto el miedo y el desconocimiento que había alrededor del COVID-19 en aquellos primeros compases de confinamiento mundial a la par que teje de fondo un thriller que casi puede tacharse de película de terror.
Dos policías, un caso macabro y una pandemia comiéndose al mundo: Patxi Amezcua siembra el pánico en Netflix
Infiesto presenta una puesta en escena maravillosa acompañada de una fotografía bastante habitual en los thrillers de nuestro país (oscura, tenebrosa, iluminada solo por linternas en sus momentos más terroríficos y casi bañada por una especie de filtro amarillento en este caso), que aun así logra mantener el tipo y generar secuencias de terror que ponen los pelos de punta. La mayor virtud del largometraje reside en sacar a la luz aquel miedo que todos tuvimos hace dos años, cuando nos confinaron por el COVID-19 sin saber exactamente lo que iba a pasar, y a partir de ahí construir una historia prácticamente fantasmagórica digna del mejor Oriol Paulo (sin tantos giros de guion, lo que se agradece) donde reina la escasez de personajes y las referencias que emplea: como El Silencio de los Corderos.
De un modo u otro, gracias probablemente a esa atmosfera tan opresiva que ejecuta la obra, las sensaciones amargas que se nos despiertan son incontrolables y rápidamente nos hacen regresar en el tiempo y pensar cómo estábamos cuando Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, emitió un comunicado de emergencia ordenando el cierre absoluto del país para contener la infección de un virus que se llevó a miles de personas. Infiesto no cuenta ninguna historia novedosa ni que no hayamos visto antes, de hecho es bastante repetitiva en ese aspecto, pero gracias a ese fondo que tiene, con la subtrama del virus creciendo y comiéndose parte de la investigación criminal, hace que se sienta como un proyecto más cercano y no tan de ficción.
Además, la investigación que siguen en este caso Castro (Iria del Río) y Samuel (Isak Ferriz) juega con lo sobrenatural y las sectas que buscan cumplir algún tipo de profecía relacionada con el fin del mundo, lo que hace que ese juego entre pandemia y crimen vayan aun más de la mano. Infiesto es una película con una duración más bien escueta (96 min.) teniendo en cuenta los tiempos que corren, por lo que su visionado se hace suave y muy llevadero. En caso de que actualmente estéis disfrutando de The Last of Us, tampoco es mala opción para complementar la ficción de HBO, dado que se trata de una buddy movie y en ambas el fin del mundo está presente. No del mismo modo, pero los códigos de terror que se emplean en ambos proyectos son grosso modo los mismos. Y en ambos casos funcionan muy bien.
Infiesto se estrenó el pasado 3 de febrero en Netflix.