Andrew Stanton cree que Wall-E, desgraciadamente, contenía muchos elementos de ficción que acabarán convirtiéndose en una realidad en nuestro futuro más próximo. La cinta de Pixar, un enorme éxito cuando se estrenó en los cines en el año 2008, obtuvo el Oscar a la Mejor Película de Animación, siendo una de las que mejores críticas ha cosechado en toda la historia del estudio. Con un argumento ecologista, hablaba del incierto futuro de la humanidad y de cómo un robot es capaz de cambiarlo.
¿Es Wall-E una película profética? Su director cree que adelantó varios temas clave
En la mítica cinta de Pixar conocemos al pequeño robot Wall-E, que es el encargado de limpiar la basura de la Tierra, un planeta que se ha convertido en un enorme vertedero y que espera que los humanos regresen cuando pasen cientos de años. La misión es clara: limpiar para que los seres humanos se encuentren su hogar bien aseado.
Sin embargo, descubrirá que no está solo y por amor, junto a EVE, emprenderán un viaje por el espacio. Wall-E hablaba sobre la contaminación y el consumo exagerado de nuestra sociedad, haciendo hincapié en el impacto de nuestra cultura en el medio ambiente.
Stanton, 14 años después del estreno del filme, cree que no se ha puesto remedio a nada de lo que se denunciaba en la cinta.En Slashfilm afirma que, pese a ser considerada una película infantil, se concibió con un importante sentido crítico. Con motivo del lanzamiento de la película en una nueva edición 4K bajo el sello de Criterion Collection, Stanton se lamenta al ver que muchas de las predicciones exageradas que se hicieron en su cinta se han ido cumpliendo o se van a cumplir próximamente.
''Lo dije en el documental que acompaña a la película: no me gusta tener razón en tantos de esos temas. De verdad, no estaba tratando de predecir el futuro. Es ciencia ficción, no ciencia real. Solo estaba tratando de predecir un futuro creíble que fuese lógico para el espectador para que pudiéramos aceptar que tal vez la humanidad abandonó la Tierra y este personaje estaba solo'', comenta el cineasta. Una humanidad que, en la película, acaba teniendo obesidad y viajando de un lado a otro en una enorme nave espacial mientras se obsesionan con sus pantallas y sus gadgets.
Pese al mensaje pesimista de su primer tramo, Wall-E también brinda esperanza y habla que, de una manera u otra, siempre hay un camino para enderezar el rumbo y que la vida siempre encuentra la forma de abrirse paso.