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Un anuncio en la nevera inteligente de Samsung manda a una mujer al hospital: era la promo de una serie de ciencia ficción de Ap

En contextos de salud mental frágil, ese tipo de ajustes puede marcar la diferencia entre una vida cotidiana llevadera y un desencadenante de crisis.

La anécdota podría sonar a broma negra, pero para una familia británica ha sido todo menos graciosa: una mujer con esquizofrenia acabó ingresando en urgencias convencida de que estaba sufriendo un brote psicótico… y el origen de todo era un anuncio en la pantalla de su frigorífico inteligente. El mensaje, parte de la campaña de Apple TV+ para la serie de ciencia ficción Pluribus, aparecía en su Samsung Family Hub con un inquietante "WE’RE SORRY WE UPSET YOU, CAROL", justo el nombre de pila de la paciente. Sin saber que se trataba de una promo, interpretó que alguien –o "algo"– se estaba comunicando con ella a través del electrodoméstico, y decidió hospitalizarse de inmediato.

La historia se ha conocido porque su hermana contó el caso en Reddit, explicando que Carol, diagnosticada de esquizofrenia y con antecedentes de ingresos, la llamó alterada convencida de que la nevera le enviaba mensajes. Ella misma condujo hasta el hospital, permaneció dos días en observación y le ajustaron la medicación. Solo después, ya en casa, la hermana se topó en Facebook con el anuncio del frigorífico: un fondo amarillo chillón y la frase dirigida a "Carol" como anticipo de Pluribus, donde la protagonista –interpretada por Rhea Seehorn– también se llama así. Fue entonces cuando encajaron las piezas, según reocge The New York Post.

El anuncio entra en la cocina

El caso ha reabierto un debate incómodo: ¿hasta qué punto es razonable que un electrodoméstico doméstico lance mensajes personalizados o que puedan parecerlo, sin contexto, en un entorno tan íntimo como la cocina? La hermana se preguntaba directamente si algo así es siquiera legal en Reino Unido y pedía consejo, recordando que su familiar no es capaz de gestionar sola sus asuntos y que el susto había sido mayúsculo. Varios usuarios le recomendaron acudir a la Advertising Standards Authority (ASA) para presentar una queja formal y, sobre todo, desactivar las funciones "smart" del frigorífico o sustituirlo por un modelo sin pantalla conectada.

Las respuestas en redes han mezclado empatía y crítica. Muchos señalaban que, incluso sin un diagnóstico psiquiátrico, a más de uno le daría un vuelco el corazón si su nevera apareciera de repente con un mensaje directo usando su nombre. Otros ponían el foco en la propia lógica de estos productos: ¿realmente necesitamos una pantalla conectada con anuncios en un electrodoméstico básico como el frigorífico? Samsung, por su parte, recuerda en su documentación de soporte que es posible desactivar los anuncios con una "X" o desactivarlos por completo desde el menú de ajustes tras actualizar el software, pero esa información no siempre llega a los usuarios más vulnerables.

Un punto ciego en la publicidad conectada

Más allá del morbo de la anécdota, el incidente señala un punto ciego en el despliegue de la publicidad en la era de los objetos conectados: los anuncios se diseñan para llamar la atención, provocar una reacción emocional y quedarse en la memoria… pero rara vez se piensa en cómo pueden percibirlos personas con trastornos psicóticos, delirio, demencia o ansiedad severa, sobre todo cuando aparecen en dispositivos que hasta hace nada eran neutros y "mudos". El salto de la pantalla del móvil o la tele a la puerta de la nevera introduce el mensaje comercial en un espacio doméstico que se percibe como seguro y previsible.

El caso también entronca con una conversación más amplia sobre accesibilidad y diseño responsable: igual que las plataformas de streaming incluyen ya modos de alto contraste, descripciones de audio o avisos de contenido sensible, cada vez suena más razonable pedir que los sistemas conectados del hogar tengan modos sencillos para minimizar estímulos, apagar notificaciones o limitar mensajes invasivos.