La fractura entre J.K. Rowling y parte del reparto de Harry Potter sigue viva. Después de que Emma Watson intentara rebajar tensiones en una entrevista reciente, la autora británica ha respondido con ironía en redes sociales, dejando claro que no hay acercamiento entre ambas. "Lista para TODAS las parodias 😂", escribió la creadora de la saga al citar un tuit de una imitadora de la actriz, lo que fue interpretado como una burla más que como una apertura al diálogo.
El desencuentro no es nuevo. Desde 2020, Rowling se ha convertido en una de las voces más mediáticas contra las leyes y políticas que reconocen derechos a las personas trans, lo que le ha granjeado críticas de actores que dieron vida a los protagonistas de su saga, como Daniel Radcliffe, Rupert Grint o la propia Watson. Mientras que la autora defiende que sus opiniones forman parte de un debate legítimo sobre sexo y género, muchos intérpretes han preferido desmarcarse públicamente para mostrar su apoyo al colectivo trans.
Origen y evolución del conflicto
En este contexto, las palabras de Watson durante el pódcast On Purpose de Jay Shetty sonaron como un intento de tender puentes. "Puedo quererla. Sé que ella me ha querido. Y estoy agradecida", dijo la actriz, que interpretó a Hermione Granger. Reconoció que el distanciamiento le resulta doloroso y expresó su deseo de que, algún día, puedan resolver sus diferencias o al menos aprender a coexistir.
Sin embargo, la reacción de Rowling no invita al optimismo. Su tuit irónico no solo parece ridiculizar el gesto conciliador de Watson, sino que confirma la línea dura que mantiene con quienes han criticado sus posturas. En el pasado, la escritora ha afirmado que no perdonará a los protagonistas de la saga por haberse posicionado en su contra, algo que, según ella, "ha arruinado" el legado de Harry Potter.
Puentes fallidos y posiciones firmes
La polémica refleja un choque generacional y cultural que va más allá de la saga. Mientras Watson, activista feminista y defensora de la igualdad de género, ha participado en campañas de Naciones Unidas como HeForShe, Rowling se ha alineado con corrientes que critican las políticas inclusivas hacia las personas trans, lo que la ha convertido en un referente para movimientos que se oponen a los avances en materia de derechos LGTBIQ+. El debate sobre su figura sigue dividiendo a los fans y ha tenido impacto en la propia franquicia, desde estrenos hasta encuentros públicos con el reparto.
A falta de una reconciliación visible, el distanciamiento parece consolidarse. Watson insiste en la empatía como vía de entendimiento —"espero que yo pueda seguir queriendo a las personas que no comparten mi opinión", dijo—, mientras que Rowling opta por la ironía y el rechazo público. Entre ambas posiciones, queda en entredicho el futuro de cualquier gesto colectivo en torno al universo Harry Potter, que hoy se ve inevitablemente atravesado por un debate social y político mucho más amplio que la magia de sus novelas.