Rumanía quiere que los fans de Drácula tengan una nueva "tierra prometida" a partir de 2027. A las puertas de Bucarest se prepara Dracula Land, un gigantesco resort temático que aspira a convertirse en el parque vampírico más grande del mundo y en un reclamo turístico de primer orden para el país. El proyecto, impulsado por los empresarios rumanos Dragoș Dobrescu y George Toader junto a socios internacionales, prevé una inversión superior a los 1.000 millones de euros y ocupará unas 160 hectáreas, una escala que lo coloca directamente en la liga de los grandes complejos de ocio europeos.
Lejos de limitarse a un par de montañas rusas decoradas con colmillos, Dracula Land quiere exprimir hasta el último hilo de la mitología creada por Bram Stoker. El plan pasa por levantar un parque temático con más de 40 atracciones repartidas en seis áreas inmersivas, desde una Transylvania de montaña rusa y niebla permanente hasta un Dracula’s Castle pensado como gran laberinto gótico, pasando por zonas más familiares como The Family Kingdom o una London Town de aire victoriano que recuerda a la novela original. La idea es que el visitante pueda saltar de la Europa del Este legendaria a los muelles de un Port of New Orleans reinterpretado en clave vampírica, con espectáculos y pasajes interactivos.
Un parque total para el mito
El complejo, además, nace con vocación de resort integral, no solo de parque de atracciones de día. El proyecto incluye tres hoteles, un parque acuático, spa, áreas de restauración y un centro comercial de corte premium, pensado para captar tanto al turista internacional como al público local con eventos, congresos y ferias. Sus promotores hablan de unos 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos y de un impacto económico estimado de unos 5.000 millones de euros en una década, cifras que encajan con la estrategia de Rumanía de reforzar su marca país más allá del turismo low cost y los tópicos del Este europeo.
La apuesta tiene también un componente tecnológico que la distancia de los parques clásicos. Dracula Land se apoyará en una plataforma digital propia con experiencias gamificadas y multisensoriales, un metaverso desarrollado sobre Unreal Engine 5 y hasta una divisa virtual llamada DraculaCoin, que permitirá trasvasar parte de la experiencia física al terreno digital. La promesa es que los visitantes puedan "llevarse" el parque a casa: seguir misiones, desbloquear contenido y coleccionables virtuales o interactuar con el universo del conde antes y después del viaje, una fórmula que otras compañías de ocio están explorando, pero que aquí se plantea como parte central del negocio.
Del resort físico al universo digital
En el mapa global de parques temáticos, el movimiento tiene sentido: personajes clásicos del terror como Drácula o Frankenstein llevan años funcionando como reclamo en áreas concretas de complejos como Universal, pero nadie había intentado hasta ahora levantar un destino entero articulado alrededor del vampiro más famoso de la literatura. Si la jugada sale bien, Bucarest podría colocarse en el circuito de "peregrinaciones frikis" al nivel de lo que suponen hoy Orlando para Disney y Universal o Leavesden para los fans de Harry Potter, reforzando al mismo tiempo el vínculo entre la figura de Vlad el Empalador, la novela de Stoker y el imaginario turístico de Rumanía.
Si Dracula Land logra esa mezcla, los fans del vampiro tendrán a partir de 2027 algo más que castillos ruinosos y tours en Transilvania: tendrán su propio "reino de las tinieblas" a escala industrial.