X
  1. Vandal Random
  2. Noticias
  3. Trump liquida en silencio Doge, el Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. que regaló a Elon Musk hace un año

Trump liquida en silencio Doge, el Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. que regaló a Elon Musk hace un año

La salida de Musk de Washington marca el fin de una etapa en la que el hombre más rico del mundo llegó a tocar con la mano el centro neurálgico del poder político estadounidense.

Donald Trump ha puesto punto final, casi de puntillas, a uno de los experimentos políticos más llamativos de su regreso a la Casa Blanca: el Departamento de Eficiencia Gubernamental, bautizado DOGE y entregado a Elon Musk al inicio del mandato. Un año después de venderlo como la gran palanca para "adelgazar" el Estado y aplicar la lógica de Silicon Valley a la administración federal, el propio Gobierno admite que el departamento "ya no existe" como entidad centralizada.

Lo ha confirmado Scott Kupor, director de la Oficina de Gestión de Personal (OPM), certificando de facto la disolución del organismo que Musk y el aspirante presidencial Vivek Ramaswamy habían convertido en su laboratorio de reformas radicales.

La desaparición de DOGE llega tras el deterioro acelerado del "bromance" entre Trump y Musk, una relación que fue clave en la campaña de 2024. El multimillonario apoyó abierta y económicamente al republicano —con más de 200 millones de dólares, según las estimaciones— y puso al servicio de su candidato el altavoz de X, la antigua Twitter, para amplificar mensajes y atacar a rivales. A cambio, obtuvo poder ejecutivo sin precedentes para un empresario privado: un departamento hecho a medida dentro del organigrama federal. El romance político empezó a agrietarse cuando Musk se desmarcó públicamente de la "Big Beautiful Bill", la gran ley económica de la Administración, y Trump respondió con una de sus frases más comentadas: "Quizá ha llegado la hora de que vuelva de donde vino".

El legado de un experimento opaco

Más allá del ruido político, el legado de DOGE sobre el terreno es cualquier cosa menos limpio. El departamento se estrenó con una agenda de "reforma estructural a gran escala" que se tradujo en más de 200.000 empleados públicos despedidos y otros 75.000 empujados a abandonos incentivados, además de recortes abruptos en el presupuesto de numerosas agencias. Sin embargo, el organismo nunca publicó auditorías independientes ni informes detallados que permitieran comprobar los supuestos ahorros multimillonarios que proclamaba. Medios como Reuters y The Guardian han señalado que la opacidad fue la norma: decisiones sensibles sin trazabilidad clara, reestructuraciones exprés y una cadena de mando muy concentrada en Musk y su círculo.

Las primeras señales de desbandada llegaron a comienzos del verano: testigos describen a trabajadores empaquetando en silencio sus pertenencias y vaciando despachos mientras el propio Musk reducía sus apariciones en Washington. En paralelo, crecía entre exmiembros del departamento el temor a que futuras investigaciones pusieran bajo la lupa despidos masivos, contratos rescindidos y ahorros inflados sin base documental. La solución de la Casa Blanca ha sido absorber de nuevo las competencias de DOGE en la OPM y otras agencias, devolviendo el control de los recursos humanos federales a los cauces tradicionales y rebajando el perfil de aquellos experimentos de gestión "a la Musk".

Lo que queda después de DOGE

Eso no significa que el ecosistema creado en torno al departamento haya desaparecido del todo. Varias figuras clave han reaparecido recolocadas en otros puestos de la Administración: Amy Gleason asesora ahora en el área de Salud, Zachary Terrell ejerce como CTO del mismo ámbito y Rachel Riley ha pasado a dirigir programas de investigación naval. Quizá el fichaje más simbólico sea el de Joe Gebbia, cofundador de Airbnb, reconvertido en arquitecto de la "estética digital" del Gobierno: diseña portales oficiales de reclutamiento policial o páginas de propaganda sobre el plan de precios farmacéuticos, una señal de que la cultura del diseño de producto ha calado aunque DOGE haya sido enterrado.