Durante décadas, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone representaron los dos colosos enfrentados del cine de acción. Su rivalidad trascendía la gran pantalla y se colaba en entrevistas, taquillas y gimnasios. Pero como en toda buena historia de enemigos íntimos, con el tiempo los puños dieron paso al respeto. Y el respeto, a la amistad. Hoy en día, la relación entre Arnold y Sly es muy especial: distintos en esencia, pero unidos por un vínculo que solo los grandes pueden forjar.
Schwarzenegger, con una trayectoria más diversa y laureada —desde Depredador hasta Mentiras arriesgadas, pasando por Terminator— es el estratega frío, el titán que planifica cada paso. Stallone, en cambio, ha cimentado su leyenda en torno a dos iconos indiscutibles: Rocky Balboa y John Rambo, dos héroes que no ha querido enterrar jamás. Ahora, mientras promociona la fallida FUBAR en Netflix, Schwarzenegger revela qué piensa de su compañero de Hollywood.
Arnold Schwarzenegger, sincero sobre su amistad con Stallone: "Cuando se enfada, hay que andarse con cuidado"
En una reciente entrevista con People, el propio Arnold se ha abierto sobre las diferencias entre ambos. Y lo ha hecho sin filtros. Lo admira profundamente, pero reconoce que son como el día y la noche. “Lo quiero de verdad. Es un tipo distinto a mí. Mucho más impulsivo, más visceral. Cuando se enfada, lo hace de inmediato", indica el intérprete.

"Es como una mecha corta: boom. Yo tardo un par de días en explotar”, explica el actor de origen austríaco. Y sí, se confirma: Stallone actúa desde las tripas, con esa energía volcánica que lo define dentro y fuera del set. Arnold, en cambio, es más contenido, casi robótico —como su T-800—, un hombre que rumia el enfado hasta que estalla con precisión quirúrgica.
Y no solo en lo emocional son polos opuestos. También en sus gustos: mientras Sly disfruta de surcar los mares en su yate, Schwarzenegger prefiere quedarse en tierra firme, disfrutando del campo o pedaleando en bicicleta como un auténtico Terminator ecológico. Pero más allá de sus diferencias, ambos comparten algo esencial: el carisma inagotable de las leyendas. Da igual que vistan uniforme militar, calzón de boxeo o chaqueta de cuero. Cuando aparecen en pantalla, el tiempo se detiene. Schwarzenegger y Stallone son historia viva del cine de acción.