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¿Qué son realmente los tiránidos y por qué atacan la Vía Láctea en el universo de Warhammer 40.000?

En el despiadado universo del lejano futuro solo hay guerra... y una raza alienígena que supone una de las mayores amenazas que jamás hayan existido.

Cuando se estrenó Warhammer 40.000: Space Marine 2 era complicado imaginarse las posibles implicaciones que podría tener en el juego de mesa. Quién sabe si realmente el Emperador volverá a la "vida" finalmente. Pero al ser el videojuego canon y tener lugar durante la Cuarta Guerra Tiránida, está claro que la variante futurista de las minis se van a ver afectadas de alguna forma. Pero volviendo al evento que nos importa, esa nueva guerra contra los tiránidos... ¿qué son realmente los tiránidos?

Uno podría limitarse a pensar "Pues una raza alienígena más. Es un futuro de fantasía y hay aliens, no hay más que decir". Nos quedamos un poco lejos de la realidad. Los tiránidos son una de las mayores amenazas que existen en el universo y estamos hablando de un contexto en el que hay marines espaciales corruptos, grietas interdimensionales y la propia fuerza aniquiladora del Caos.

¿Qué son exactamente los tiránidos y de dónde vienen?

Uno de los primeros errores en los que se puede caer al hablar de esta raza alienígena es pensar que son fuerzas del Caos, que sirven a los demonios. Nada más lejos de la realidad. Los tiránidos no sirven ni se alían con nadie, y tampoco vienen de otra dimensión. Se trata de una especie alienígena que nació más allá de la Vía Láctea. Es decir, no dejan de ser otra forma de vida natural en el contexto de este universo.

Ahora que sabemos que no son una fuerza mágica, ni extradimensional, ni el producto de la furia de los Dioses del Caos; ¿qué son y por qué son así los tiránidos? Las respuestas a estas preguntas son muy simples: hormigas, langostas y evolución.

En primer lugar, los tiránidos son un enjambre. De hecho, las formaciones que viajan por el espacio se denominan Flotas Enjambre y se organizan con una mente colmena. Cada flota tiene una reina que cría a su enjambre, pensad en las hormigas y las colonias que forman. Aunque cada criatura puede actuar de forma independiente, todos obedecen a esta mente superior. Sus órdenes bajan por escalones de autoridad hasta las legiones de monstruos más básicos. Si habéis jugado a Space Marine 2 ya conocéis al Tirano del Enjambre (y puede que veamos alguna aberración más en futuros DLCs del juego), que es el "oficial de mayor rango" conocido de estos ejércitos de monstruosidades.

En cuanto a por qué hacen lo que hacen, la realidad es que siguen simplemente el imperativo biológico básico de sobrevivir y reproducirse que dicta la reina del enjambre. Son una plaga, son como langostas que invaden cada lugar con material biológico (o sea, cualquier cosa que esté viva), lo consumen, lo asimilan y pasan al siguiente mundo. Algo así como los segadores de la saga Mass Effect, a los que posiblemente veamos en la serie que Amazon Prime Video prepara.

Cuando los tiránidos consiguen material biológico y genético, lo asimilan para que la siguiente generación evolucione y mejore. Es decir, que se van adaptando a cada amenaza que encuentran y se vuelven cada vez más peligrosos, hasta crear al depredador perfecto. Esto se aplica incluso a sus naves, que también son formas biológicas. Las llamadas Bionaves con las que los tiránidos viajan (incluso a través de la Disformidad, aunque sigue sin estar claro si realmente la atraviesan o solamente se aprovechan de ella y sortean sus peligros) son un tipo de tiránido colosal, que se alimenta de escombros espaciales adaptando su organismo para poder aprovechar cualquier tipo de nutriente, al tiempo que sirve de método de transporte y fábrica de más monstruos.

¿Por qué llegaron los tiránidos a nuestra galaxia?

El motivo más obvio es para darle vidilla al juego de mesa. En estos entornos siempre hace falta una fuerza natural que no obedece a más propósito que el de la supervivencia. En términos de lore hay más de una teoría. Por un lado tenemos la que dice que han acabado con la vida del universo entero... salvo en la Vía Láctea, así que la única masa biológica que pueden consumir ahora está precisamente aquí. Sin embargo, hay una explicación firme en la historia que nos permite conocer el motivo real.

Antes de la Herejía de Horus, el Imperio descubrió el Pharos. Se trata de una estructura creada por los Necrones que se usaba como baliza para atravesar la Disformidad. Todo esto era desconocido tanto para los ejércitos de la Humanidad como los del Caos, y simplemente se usó como una manera de atraer a sus respectivas fuerzas al mecanismo. Una especie de Astronomicón, pero de mucha menor efectividad.

Esto convierte el Pharos en un valor estratégico para ambas facciones. El punto álgido llegaría cuando uno de los imperiales se sacrificaría para sobrecargarlo y deshabilitar una de las flotas del Caos. Aunque después de esto Gillaume ordenaría desmantelar el Pharos, la sobrecarga emitió una señal que cruzó el tiempo y el espacio y que fue captada por los tiránidos. Aunque el viaje les llevó 10.000 años, merecería la pena al encontrar toda una nueva galaxia que devorar y así, los comepiedras voladores (si pueden volar y pueden comer piedras, son comepiedras voladores) se metieron de lleno en un conflicto como nunca antes habían conocido.

¿Quiénes son los enemigos de los tiránidos?

Los tiránidos no tienen un enemigo natural. No sirven al Caos, y desde luego no sienten ningún tipo de simpatía por ninguna otra forma de vida inteligente. Otras especies alienígenas o la propia Humanidad no son más que otra fuente de vida de material genético para ellos. Y desde luego, tienen cuentas pendientes con el Caos desde que la Flota Enjambre Leviatán decidió consumir Baal (el hogar de los Ángeles Sangrientos, uno de los Capítulos de los marines espaciales). Las fuerzas del Caos decidieron que ese honor debía ser suyo, arrasaron a gran parte de la flota y la llegada de los marines espaciales terminó por sellar el destino de la Leviatán en una amarga y seguramente recordada derrota.

Aunque pueda parecer que son organismos carentes de inteligencia tal y como la entendemos, lo cierto es que son capaces de llevar a cabo complejos planes de infiltración. Por supuesto, todo ello basado en la necesidad primaria de reproducción. Una de las tácticas más habituales antes de invadir un mundo es infiltrarse en naves de ese mundo y, llegado el momento, dejar al menos un superviviente al que infectan con una semilla genética. Esa semilla se irá transmitiendo durante generaciones y deja una impronta que obliga a sus portadores a obedecer a la mente del enjambre. Llegado el momento, los propios habitantes del planeta sembrarán el caos para facilitar la llegada de la flota tiránida.

Así, en términos generales; al hablar de los tiránidos podemos pensar en una especie de xenoformo de la saga Alien o un yautka de Predator pero en una cantidad inimaginable. Depredadores perfectos, sin motivaciones ideológicas, políticas ni económicas. Simplemente llegar, arrasar, evolucionar, reproducirse... y avanzar hacia el siguiente mundo. Langostas espaciales, justo lo que hace falta en una guerra cósmica.

Los tiránidos son la principal amenaza natural en lo que al lore de Warhammer 40.000 se refiere. Son una forma de vida más que aunque arrase con todo, no deja de ser una fuerza más. No son ni los buenos, ni los malos. Solamente son una facción que obedece a las necesidades de su especie.

Redactor de guías