La actriz Nicole Kidman, quien ha explorado una gran variedad de papeles a lo largo de su carrera, ha confesado que Babygirl, su nueva película, la llevó a enfrentarse con facetas desconocidas de sí misma. En una entrevista reciente con The Sun, la actriz expresó que siempre busca "dónde no ha estado" como intérprete, y que este proyecto le ofreció esa oportunidad única de exploración. Este thriller erótico dirigido por Halina Reijn, narra la historia de una ejecutiva de alto nivel que arriesga su vida familiar y profesional al involucrarse en una apasionada relación con un joven becario. La actriz explicó que esta temática representaba para ella un territorio inexplorado: "Esta era un área a la que nunca había llegado", admitió en una conferencia de prensa en Venecia.
Durante la filmación, Kidman se enfrentó a uno de los rodajes más desafiantes de su carrera, tanto en términos físicos como emocionales. La actriz reveló que las escenas íntimas, cargadas de un alto contenido sexual, llegaron a agotarla al punto de necesitar detener el rodaje en repetidas ocasiones.
"Hubo momentos en los que pensé: ‘No quiero tener más orgasmos’. No quería que nadie se acercara a mí", apuntó a The Sun. Explicó que esta necesidad de espacio no solo respondía al cansancio físico, sino también a la carga emocional que implicaban las escenas intensas de la trama.
A pesar de los desafíos, destacó la importancia de la confianza entre los miembros del elenco, especialmente con Harris Dickinson, quien interpreta a su amante en la ficción. Durante la promoción de la película en un evento en octubre, comentó que la "enorme cantidad de confianza" fue clave para poder rodar las escenas íntimas de manera auténtica y cómoda. "Nos ayudamos mutuamente en todo momento, y esa confianza fue crucial", aseguró. Estas dinámicas de apoyo, según Kidman, le permitieron profundizar en el personaje sin sentirse vulnerable o expuesta de forma innecesaria.
La dirección femenina fue un factor decisivo para aceptar el papel
La actriz también valoró la sensibilidad de Reijn como directora y el enfoque que aportó al proyecto. Para ella, la dirección femenina fue un factor decisivo, ya que se sintió protegida al enfrentar un género tan delicado como el thriller erótico. La actriz admitió que no habría podido abordar este tipo de escenas si el proyecto hubiera estado en manos de un director hombre. "Halina me prometió que nada de lo que se mostrara en la película sería algo con lo que no me sintiera cómoda, y eso me permitió explorar libremente", confesó. Este ambiente de seguridad y comprensión fue fundamental para que Kidman pudiera profundizar en las complejidades emocionales y físicas del personaje.
Su interpretación en Babygirl fue reconocida con la Copa Volpi a la Mejor Actriz en el Festival de Venecia. A sus 57 años, la actriz continúa demostrando por qué sigue siendo una de las intérpretes más comprometidas y valientes de su generación, llevando a la pantalla interpretaciones cargadas de autenticidad y vulnerabilidad.