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El Tapón de Darién: el paso más peligroso del mundo que aísla el norte de América del sur y no tiene ni carreteras

En la actualidad, su peligrosidad ha hecho imposible la construcción de una carretera como la Panamericana.

Hay un lugar en la Tierra que aún conectando puntos geográficos tan importantes y poblados como el norte de América y toda la zona sur, es imposible de atravesar por carretera y a pie, se convierte en la caminata más peligrosa del mundo. Este es el Tapón del Darién, una franja de selva que une Colombia con Panamá, representa uno de los límites geográficos más hostiles y menos recorridos del planeta.

Un lugar hostil de pantanos y selva tropical

Con una extensión de cerca de 160 kilómetros de terreno devastado, esta región se encuentra llena de pantanos, picos montañosos y una abundante selva tropical. Con el paso del tiempo, esta zona ha adquirido un gran interés, tanto para los migrantes que buscan atravesar entre América del Norte y del Sur, como para los expertos en biodiversidad y geopolítica, debido a sus retos singulares.

La fauna en esta zona es tan peligrosa como los grupos armados que campan a sus anchas

Lo que hace tan peligroso al Tapón del Darién no solo es su geografía extrema, sino también los múltiples peligros a los que se enfrentan aquellos que buscan cruzarlo. La selva alberga animales salvajes y enfermedades tropicales como el dengue o la malaria, pero también es famosa por la existencia de grupos armados ilegales, narcotraficantes y traficantes de personas. Estos riesgos han transformado esta franja en un obstáculo mortal para numerosos migrantes que, en su desesperación, optan por emprender el viaje con el objetivo de alcanzar mejores posibilidades.

Un lugar sin infraestructura donde se tuvo que cortar el proyecto de la carretera Panamericana

Uno de los motivos que impiden un intercambio constante entre América del Norte y del Sur es precisamente la ausencia de infraestructura. En contraste con otros segmentos de la carretera Panamericana, que une prácticamente todo el continente, no hay una vía que cruce esta región. A lo largo de los años, se han planteado proyectos para edificar una vía, sin embargo, las inquietudes acerca de la devastación del medio ambiente y los altos costes han obstaculizado su ejecución. Además, hay científicos que sostienen que la edificación de una carretera por la selva solo empeoraría la circunstancia de inseguridad y promovería el tráfico ilícito.

Un paso que ha provocado una crisis humanitaria migratoria

El aislamiento geográfico y la ausencia de un camino oficial han provocado un incremento en el tráfico de migrantes y refugiados que, al carecer de alternativas jurídicas para atravesar, optan por rutas peligrosas gestionadas por grupos delictivos. Esto ha provocado una crisis humanitaria en la zona, con decenas de miles de individuos tratando de cruzar el Tapón del Darién anualmente. Las narrativas de supervivencia son tan habituales como las de tragedia, con numerosos individuos desaparecidos o fallecidos durante el esfuerzo.

Desde familias que escapan de la pobreza y la violencia en sus naciones natales, hasta quienes persiguen oportunidades en el norte, el recorrido por esta zona es uno de los más peligrosos en el hemisferio occidental. Pese a los riesgos, la desesperación impulsa a miles de individuos a incursionar en este terreno complicado.