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Crítica de 'La sustancia' - Demi Moore es la reina del gore en esta brutal propuesta sobre el precio de la eterna juventud

Esta reinterpretación de 'Dr. Jekyll y Mr. Hyde', que se estrena este mismo viernes, es tan sangrienta que ha provocado que gente se salga de las proyecciones.

Una de las propuestas más impactantes del año, La sustancia, es una fábula sobre el ozempic, el adrenocromo, Elizabeth Bathory y Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Un colorido horror sobre lo que Hollywood le hace a las mujeres, un día eres guapa y aceptada y cuando cumples 50 años, te despiertas hecha un escarabajo gigante como en la peor pesadilla de Franz Kafka. La propia Demi Moore, quien protagoniza el filme junto a Margaret Qualley, llegó a comparar la trama y su personaje, Elisabeth Sparkle, con su propia carrera y cómo su físico ha marcado la valoración que se ha tenido de ella como intérprete.

La cinta, inspirada en ya clásicos de horror corporal como La mosca, Society e incluso Re-Animator, inyecta una alta dosis de crítica social y total desmadre en su tercer acto que hace que las dos horas y veinte que dura se pasen en un suspiro. La propuesta de Coralie Fargeat, que ya revolucionó el género con Revenge (2017), explora la conexión entre el cuerpo y la identidad, poniendo en duda las reglas del cine tradicional. Moore y Qualley se ven obligadas a compartir piso y 'vida' en dos cuerpos separados. Qualley es la mejor versión de Moore, más joven, más fuerte, solo que la exextrella de programas de fitness a la que encarna desconoce el precio del trato.

El cuerpo femenino como centro

Fargeat no oculta su activismo, situando al cuerpo femenino en el núcleo del relato y mostrándolo como objeto de veneración, pero también de represión. Planos de nalgas, pechos, tanto juveniles como maduros, piel, vísceras, sangre y potingues verdes (el color del cutrerío), que no dan tregua al espectador que no querrá parara hasta las últimas consecuencias, igual que la protagonista. La película se transforma en una 'alegoría' acerca de la tiranía de la imagen y la juventud, donde las mujeres son las que padecen las más graves repercusiones de este veredicto social y a la vez, son sus peores enemigas.

Horror corporal en su máxima expresión

Una de las mayores virtudes de La sustancia radica en su uso del terror para representar las angustias y las demandas que impone la industria. Esta dinámica evoca el "horror corporal" de Cronenberg, pero con un toque más contemporáneo y político. La película no solo provoca indignación con sus representaciones de cuerpos decrépitos y pustulosos, sino que también emplea ese grotesco para transmitir un mensaje: la belleza, el triunfo y la juventud son venenosas fantasías.

A sus 61 años, Moore, que interpreta a una mujer 10 años más joven (lo nunca visto en Hollywood) exhibe un coraje sorprendente al mostrar su propio cuerpo y manipular su imagen pública. El film, más que un crítico a Hollywood, es una sátira que destaca la superficialidad de una sociedad que ignora la ancianidad y la decadencia. Además llega en un momento perfecto en el que las imágenes de Lindsay Lohan y Christina Aguilera, luciendo 15 años más jóvenes de un mes para otro, ha despertado todo tipo de teorías más allá del ozempic.

Aunque La sustancia puede realizar comparaciones con películas clásicas como las mencionadas al principio, la película se desenvuelve en su propio ámbito de hiperrealidad. Fargeat parece tener interés en superar la violencia de forma pop, otorgándole a cada escena un carácter sobredimensionado y estilizado. Este enfoque visual halla su balance en la tensión dramática que se forja en el conflicto interno de sus personajes.

Los hombres de la industria, liderados por Dennis Quaid, son representados como personajes grotescos, además el actor parece gozar de su rol de jefe televisivo grosero y desagradable, brindando instantes de humor en medio del caos visual. La sustancia es un trabajo que polariza. No es un film para todos, y su enfoque puede ser excesivo para aquellos que no estén familiarizados con este tipo de cine de terror. No obstante, para quienes están preparados para explorar su propuesta radical, brinda una experiencia singular que pone en duda las normas sociales y estéticas desde un punto de vista brutalmente auténtico y visualmente perfecto que está ya disponible en el cine.