La actriz Dakota Fanning, quien saltó a la fama a una temprana edad tras su actuación en la película Yo soy Sam en 2001, ha compartido recientemente en una entrevista con The Cut sus reflexiones sobre las experiencias incómodas que vivió con la prensa siendo apenas una niña. La actriz, ahora con 30 años, recuerda cómo, durante sus primeros años en Hollywood, fue sometida a preguntas inapropiadas y desconcertantes que, a pesar de su corta edad, la forzaban a lidiar con expectativas imposibles. "La gente me hacía preguntas súper inapropiadas. Recuerdo que en una entrevista alguien me preguntó: '¿Cómo es posible que tengas amigos?'" comenta con cierta incredulidad.
El fenómeno no era aislado ni accidental. Fanning explicó que había una especie de fascinación en la prensa por ver a las estrellas infantiles caer en espirales de decadencia. "Sentía como si quisieran que me pasara lo mismo, que fracasara de alguna manera. Eso hace que te pongas a la defensiva y te sientas constantemente observada", confiesa. Para la actriz, muchas de esas preguntas parecían más diseñadas para provocar que para comprender, y remarca cómo ese tipo de trato era común hacia las jóvenes estrellas de la época, quienes se enfrentaban a una presión mediática desproporcionada.
La exposición mediática y el acoso eran un habitual de Hollywood incluso en estrellas infantiles
Aunque la industria ha evolucionado desde entonces, señala que la situación en aquel momento reflejaba la falta de sensibilidad hacia la infancia de quienes trabajaban en Hollywood. La exposición mediática y el acoso eran una norma que se aplicaba sin reparos a niños y adolescentes. "Era como si quisieran vernos fracasar. Cuando era muy pequeña, eso no me afectaba tanto, pero a medida que fui creciendo, me di cuenta de que no era normal que te trataran de esa manera", explica. Ella atribuye su estabilidad emocional a la protección y apoyo de su familia, quienes siempre se aseguraron de mantenerla enfocada y lejos de los excesos de la fama.
Se libró de convertirse en un juguete roto de Hollywood
Fanning también reconoce la suerte que tuvo de no convertirse en un "juguete roto de Hollywood", como les ha sucedido a otras celebridades que compartieron sus inicios. Señala con empatía los casos de Lindsay Lohan o Britney Spears, figuras que sufrieron un escrutinio implacable. "Tengo mucha compasión por las personas a las que se les ha usado para dar ejemplo. Si la sociedad y los medios no hubieran hecho su parte, ¿quién sabe? No creo que esté necesariamente conectado al cien por cien con estar en este negocio; hay otros factores, también", añade, reflexionando sobre cómo el entorno puede influir en el destino de muchos jóvenes actores.
Hoy, con una carrera consolidada y una reputación libre de escándalos, la actriz mira hacia atrás sin arrepentimientos. Cumplir 21 años "se sintió como si se hubiera quitado un peso de encima" porque había una presión enorme para que la estrella "no se equivocara" ante el ojo público. Su experiencia le permitió aprender a mantenerse fiel a sí misma y a no dejarse llevar por la presión externa. "Estoy bastante orgullosa de la persona que fui entonces", afirma. Aunque asegura que ha cometido errores, los hizo de manera privada, protegida de las cámaras y la crítica pública.