El actor Tyrese Gibson, estrella de Hollywood y una de las figuras más predominantes en el género de la acción, ha tenido que aparcar momentáneamente la película final de la saga Fast & Furious, cuya filmación está programada para 2025, para enfrentar una disputa legal que lo ha llevado a ser arrestado. Gibson, quien interpreta a Roman Pearce en la saga protagonizada por Vin Diesel, se divorció en 2020 de su exesposa, Samantha Lee, con quien comparte una hija llamada Soraya. El proceso de divorcio se enquistó con una batalla legal por parte de la pareja que culminó en 2022, cuando se ordenó que el actor debía pagar una manutención mensual de 10.690 dólares por su hija. El intérprete ha estado ingresando una cantidad menor y eso ha acabado en una polémica detención.
Tyrese Gibson, estrella de la saga Fast, arrestado por impago de la pensión alimenticia
La situación, según ha informado The Hollywood Reporter, ha sido dantesca. El actor habría estado entregando solo 2200 dólares al mes, una cantidad que representa menos del 25% de lo establecido por el juez Kevin Farmer, con quien Gibson ha tenido varios enfrentamientos a lo largo del caso y que ha sido el que ha emitido la orden de detención.
El mismo juez le condenó a pagar los pagos atrasados desde el momento en que se oficializó el divorcio, algo que no se ha materializado. Sin mediar palabra, el pasado lunes, Tyrese Gibson fue arrestado.
El actor fue detenido en Atlanta y solo evitaría la cárcel si paga más de 73.000 dólares, lo que incluye parte de la manutención atrasada y los costos legales cubiertos por Lee. Durante el pasado domingo, Gibson había expresado en su cuenta de Instagram que este desenlace era posible, compartiendo con sus seguidores su frustración al sentir que los tribunales suelen perjudicar a los padres en estos casos.
También manifestó su descontento con la manera en que el juez Farmer ha manejado el caso, destacando que en dos ocasiones se intentó apartar al magistrado mediante mociones de recusación, debido a su amistad cercana con los abogados de Lee. Sin embargo, estas mociones fueron desestimadas por el propio juez. Gibson lleva cuatro años inmerso en esta disputa legal, que podría agravarse si continúa negándose a pagar, lo que podría llevarlo a prisión durante más tiempo mientras sus abogados intentan resolver el caso en los tribunales. Teniendo en cuenta que el asunto va para largo, en estos momentos no está claro cómo este conflicto afectará la producción de Fast & Furious 11 si la situación se prolonga, ya que es parte vital de la saga.