El pasado fin de semana, por imposible que parezca creerlo, el cielo de España estuvo gobernado por bellas auroras boreales que pudieron ser vistas desde diferentes puntos del país, como Valencia, Cataluña y hasta algunos puntos de Madrid donde la contaminación lumínica es menos agresiva. La comunidad científica prevé ahora que pronto, durante los próximos meses, llegarán a los cielos de nuestro país más fenómenos de este tipo, por lo que es hora de prepararse para no perderse, en esta ocasión, estos coloridos escenarios.
¿Cuándo y dónde se podrán ver las nuevas auroras boreales desde España? Los expertos todavía no lo tienen claro
Recientemente, como os comentábamos, se observaron auroras en España debido a una potente tormenta geomagnética, algo muy poco común asociado generalmente a las condiciones de alta actividad solar, períodos en los que el Sol puede experimentar explosiones masivas conocidas como llamaradas solares o eyecciones de masa coronal liberando grandes cantidades de partículas.
Los expertos ahora señalan que dentro de unos pocos meses, como muchísimo justo cuando entremos en 2025, se van a poder ver más auroras boreales desde nuestro país, sobre todo desde los territorios más elevados y alejados de la contaminación lumínica. En estos meses venideros el Sol alcanzará su pico máximo, desatando así nuevas tormentas solares que ayudarán a que las auroras boreales invadan nuestros cielos.
Las auroras boreales, también conocidas como las luces del norte, son fenómenos luminosos que se manifiestan en forma de cortinas, arcos o bandas de colores brillantes en el cielo nocturno, predominantemente en las regiones cercanas a los polos magnéticos de la Tierra. Desde España, lo ideal para disfrutar de este fenómeno es estar lo más al norte posible, a bastante altura con respecto al nivel del mar, aunque puede haber excepciones como las que tuvimos en nuestro territorio hace relativamente poco. Recordad que hay auroras boreales de varios colores y varía dependiendo la composición de la atmósfera y la altitud. Las verdes, por ejemplo, son resultado a causa del oxígeno a unos 100 kilómetros de altura, mientras que los tonos rojos emergen de colisiones a alturas mayores, por encima de los 200 kilómetros.