Las olas monstruo, también conocidas como "rogue waves", son fenómenos marinos excepcionalmente grandes y espontáneos, que durante mucho tiempo fueron considerados simplemente como leyendas de marineros. Estas olas pueden alcanzar alturas superiores a los 20 metros, siendo considerablemente más altas y más energéticas que las olas que las rodean. Su estudio es relativamente reciente en la ciencia oceánica, y se cree que surgen debido a la combinación de varios factores, como fuertes corrientes, cambios abruptos en la profundidad del fondo marino y la convergencia de varias olas que se desplazan en diferentes direcciones.
Hasta hace poco, no había pruebas científicas que respaldaran su existencia. Lo aterrador es que estudios recientes sugieren que, lejos de ser fenómenos extremadamente raros, las olas monstruo ocurren con mayor frecuencia de lo que se pensaba anteriormente.
Uno de los ejemplos más conocidos de los efectos destructivos de las olas monstruo es el caso del MS München, un carguero alemán que desapareció en el Atlántico Norte en 1978. El barco, considerado en su momento como uno de los más seguros y modernos, fue encontrado posteriormente con daños severos que sugerían el impacto de una ola gigante. Aunque no se encontraron supervivientes ni restos significativos del barco, los análisis de los restos y los registros meteorológicos de la zona apuntaron a una ola monstruo como la causa más probable del hundimiento.
Una ecuación clave
Ahora, el poder analítico de la inteligencia artificial ha conseguido dar al hombre un arma probablemente definitiva para predecir su formación y así evitar desgracias como la del carguero alemán. Los modelos de inteligencia artificial (IA), comparables a oráculos modernos, son herramientas matemáticas flexibles capaces de identificar cualquier patrón y resolver problemas complejos. Se utilizan en áreas como la predicción meteorológica, el mantenimiento vial y el diagnóstico de enfermedades.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Victoria han abordado este desafío en el contexto de las "olas monstruo". A través de un estudio innovador, han logrado entrenar redes neuronales de IA para analizar más de mil millones de olas, identificando las condiciones que conducen a la formación de estas olas. El equipo restringió su red neuronal a unos doce factores basados en matemáticas oceánicas, lo que les permitió rastrear cómo la IA llegaba a sus conclusiones.
El resultado fue una ecuación comprensible para los humanos que sintetiza las causas de las olas gigantes, lo que representa un avance significativo en la modelización de estos fenómenos. Esta ecuación, que combina teorías existentes con nuevos hallazgos, predice estos peligrosos fenómenos con mayor precisión que los modelos anteriores. Además, incluye elementos que no se encuentran en los modelos estándar y excluye otros que la IA encontró innecesarios.
Información disponible públicamente
Este estudio tiene aplicaciones prácticas significativas, especialmente en la seguridad marítima. Al poder predecir mejor las olas gigantes, se pueden planificar rutas de navegación más seguras, minimizando así los riesgos para los barcos en alta mar. La investigación, disponible públicamente, facilita a las compañías navieras la utilización de estos hallazgos para realizar evaluaciones de riesgo y ajustar sus rutas en consecuencia.