Diez años después de El despertar de la Fuerza, Daisy Ridley vuelve a tener a Rey Skywalker en el horizonte. La actriz ha aprovechado el aniversario para recordar en televisión que el proyecto de la película sobre la Nueva Orden Jedi sigue vivo y, en sus palabras, "va en la buena dirección". No da fechas ni confirma explícitamente el arranque de rodaje, pero sí despeja la duda principal: ella sigue atada a la galaxia muy, muy lejana como maestra Jedi y rostro central de esta nueva etapa.
En lo creativo, Lucasfilm mantiene el plan que anunció en la Star Wars Celebration de Londres: una película ambientada unos 15 años después de El ascenso de Skywalker, con Rey intentando levantar de cero una nueva Orden Jedi en un contexto de "Jedi en desorden" y sin la vieja guardia como red de seguridad. La idea es explorarla ya no como heroína novata, sino como mentora, en un momento en que la galaxia todavía arrastra las secuelas de la Primera Orden y del regreso de Palpatine.
Una maestra Jedi en construcción
Detrás de las cámaras, el proyecto ha tenido una vida bastante agitada. La directora sigue siendo Sharmeen Obaid-Chinoy, pero el guion ha pasado por varias manos: primero Damon Lindelof, después Steven Knight (Peaky Blinders) y ahora George Nolfi, responsable de títulos como The Adjustment Bureau o The Banker, es quien está escribiendo la versión actual del libreto. Esos relevos, sumados a los bailes de fechas en el calendario de Disney, explican por qué, desde fuera, el proyecto ha dado sensación de "never-ending development" pese a las señales de calma que envía Ridley.
La película de Rey no llegará sola. Lucasfilm ha reordenado su estrategia para cines y, antes de esa Nueva Orden Jedi, veremos The Mandalorian & Grogu (mayo de 2026) y Star Wars: Starfighter, dirigida por Shawn Levy y ambientada apenas cinco años después de Episodio IX, con Ryan Gosling al frente de una historia más bélica y desligada de los Skywalker. El regreso de Rey funcionaría, así, como salto temporal mayor dentro de la cronología, y como prueba de que el futuro de la saga no renuncia del todo a sus caras más reconocibles.
Una galaxia sin red de seguridad
En paralelo, el contexto de la franquicia también ha cambiado: Mark Hamill ha dejado claro que no volverá como Luke, ni siquiera como espíritu de la Fuerza, lo que refuerza la idea de que la nueva película deberá sostenerse sin el recurso fácil de mirar constantemente al pasado. Ridley, que en estos años ha intentado diversificar su carrera lejos de Star Wars, se encuentra ahora con la oportunidad de redefinir a Rey sin el ruido de la trilogía de secuelas ni la presión de compartir plano con los mitos clásicos.
Por ahora, entre declaraciones medidas, guiones que se reescriben y un calendario de estrenos muy cargado, la sensación es de transición controlada. La frase de Daisy Ridley —"estamos yendo en la buena dirección"— no despeja todas las dudas industriales, pero sí marca el tono.