Siempre pa’lante: la breve pero intensa vida entre viñetas de America Chavez

Mientras esperábamos con ganas para descubrir los secretos de ese Multiverso de la Locura prometido por Marvel Studios, prácticamente oliendo las palomitas y sintiendo el asiento de las butacas bajo nuestras posaderas, nuestra atención se centraba (como los trailers y carteles promocionales de la película) en sus principales protagonistas, de quienes ya hemos hablado en otras ocasiones: el Doctor Extraño (desde sus enfrentamientos de antaño hasta sus aventuras más recientes) y la Bruja Escarlatapero había otra figura debutante que nos despertaba inmensa curiosidad por ver cómo era traducida a la gran pantalla. Hablemos hoy pues de quien seguramente sea el gran descubrimiento de muchos espectadores, pero que lleva ya una década dando guerra: la joven Miss America Chavez.

¿Quién es America Chavez? Una crack, es lo que es, joven vengadora defensora multiversal que antaño respondió al nombre de Miss America para pronto pasar a responder a sus propios ideales e impulsos, atravesando mundos, dimensiones, páginas y nuestros propios corazones a golpe de puño, que es como abre sus portales interdimensionales con forma de estrella. Joven, arrojada, latina, bisexual, única, ella marcha a su propio son, siempre pa’lante. Así es como lleva una década teniendonos en la palma de su mano, y así es como esperamos que brille en su salto transmedia encarnada, esta vez, por la actriz Xochitl Gomez (y decimos “esta vez” porque ya ha tenido adaptación animada, como parte del elenco de Marvel Rising… créenos cuando te decimos que esta chica empezó pisando fuerte).

El nacimiento de America

El debut de America Chavez se dio en una inesperada miniserie, Vengeance (recopilada en España como La Venganza de los Villanos), que en 2011 ofreció un curioso vistazo al estado de las fuerzas del mal del Universo Marvel y al peso del legado, honrado por unos y reclamado a la fuerza por otros. Es así como conocimos a nuestra heroína como Miss America, haciendo uso del nombre superheróico bajo el que, en los años cuarenta, operó Madeline Joyce Frank como parte de Los Invasores. Hasta ahí las similitudes, que se quedaban sólo en el nombre. Firmaban esta miniserie Joe Casey y Nick Dragotta, y en ella presentaban a toda una nueva generación de adolescentes con superpoderes que tomaban las riendas de los mayores, a ambos lados del espectro moral. Por un lado, estaba la nueva Brigada Juvenil (sí, como aquella que llevaba Rick Jones), liderada por Miss America Chavez y por el Anulador Definitivo. Por otro lado, conocíamos a los Jóvenes Maestros del Mal, herederos autoproclamados de los principales villanos marvelitas, a quienes pretenden jubilar… letalmente. Y en mitad de todo ello, se encuentran las fuerzas del Orden y el Caos, un equilibrio que los héroes deberán defender.

En esta miniserie se producen encuentros curiosos que, más adelante, apreciaríamos con nuevos ojos. Por ejemplo, es aquí donde se produce el primer encuentro entre America y el joven Loki, y digamos que no quedan en muy buenos términos. De hecho, este encuentro enfrenta a la heroína a un decadente villano de la galería del Doctor Extraño, Tiboro. En estos números America también tiene un pequeño flirteo con el Anulador Definitivo, aunque pronto quedaría clasificado como “experimento, una vez otros guionistas explorasen su sexualidad. Por su parte, Joe Casey rodeó a America de personajes clásicos y modernos por igual, y aunque no estableció muchas de las características que definirían su personaje, algo que sí dejó patente desde aquellos tebeos fue su inconfundible voz, bilingüe y deslenguada.

Su diseño, sin embargo, fue una mezcla extraña de todo aquello por lo que la reconocemos (su melena rizada, su cazadora estrellada y sus pantalones y botas, nada de mallas superheroicas) con una cierta hipersexualización que no encaja mucho con los retratos posteriores del personaje (su camiseta es más un corpiño del que su pecho parece querer escapar, sus pantalones abrazan sus caderas justo al límite de las mismas). Esto, más que una interpretación discutible de quien escribe estas líneas, fue parte de una serie de decisiones muy concretas y muy deliberadas por parte del equipo creativo. En una entrevista con el portal CBR en mayo de 2011, Casey hablaba abiertamente de ello y recalcaba en más de una ocasión que Miss America Chavez, por decisión suya, no llevaba ropa interior. “Lo creáis o no, es una decisión creativa muy importante. Creo que dice algo de su personalidad, el hecho de que decida ir a luchar sin ropa interior. Podéis comprobarlo en el arte. ¿Qué os parece como reclamo?”. La decisión (de nuevo, de los autores) era nombrada en más ocasiones como motivo de venta, de interés para los lectores. Dejando ese detalle insustancial de lado, el arte de Nick Dragotta era súper dinámico, limpio y, acompañado del color de Brad Simpson, funcionaba de lujo.

La OTRA America

Casi diez años después del debut de su creación, en verano de 2020, Casey nos sorprendió, junto al artista Dustin Nguyen, con un one-shot muy particular publicado por Image: All-America Comix #1. Este especial nos presentaba a una heroína que quizás te suene de algo, pero que no es quien parece. Su nombre es America, America Vasquez. Sus poderes son… muchos, ya sabes, superfuerza, vuelo, creación de portales interdimensionales, chulería, lo típico en las Americas. Pero esta America era, según su nick en su cuenta de Instagram, TheRealAmerica1. ¿Lo pillas? Esta America se encontraba con héroes cuyas pintas te sonarían, como aquel vestido de azul que presumía de un patriótico escudo, y villanos también familiares, como cierto monarca déspota, pero nadie es nadie que conozcas, este mundo es tu mundo, no el otro mundo, y esta America verdadera e inimitable llegaba dispuesta a jugar con los límites de la realidad comiquera.

En entrevistas, Casey decía querer recrear la energía pura de la presentación de un superhéroe en una sóla entrega, la promesa que emana de ese único número. Este es un propósito que cumple. El resto de las referencias, guiños y pequeños codazos confidentes hacia el lector parecen críticas algo meta a los aspectos que más le hayan frustrado a lo largo de los años en Marvel, como queriendo volver a tomar a su creación en sus propias manos, para mostrar lo que podría haber sido de la chica a la que escribió diciendo jocosamente que nadie podría pagarle lo suficiente para unirse a Los Vengadores… y que sin embargo, poco después, formaría parte de su alineación juvenil. Pero, lejos de deconstruir el género como otros autores han hecho, a su salida de las grandes editoriales, All-America Comix se quedó en lo anecdótico, al menos por ahora, en una curiosidad para los fans de America y en una posible promesa de algo más.

Casey, por cierto, nos ha dejado en el último mes declaraciones en las que habla de sus sentimientos respecto al debut cinematográfico de su creación y sobre cómo repercutirá (o no) en él. Ver a America Chavez en la gran pantalla le hace ilusión, igual que haberla visto saltar entre medios, de la adaptación animada Marvel Rising a juegos como LEGO Marvel’s Avengers, Marvel Avengers Academy o Marvel Strike Force, e incluso el lanzamiento de figuras de acción y demás merchandising del personaje. Pero también sabe al personaje en posesión de la editorial, no suya. “Probablemente no fue el movimiento más inteligente por mi parte, crear personajes nuevos para Marvel, teniendo en cuenta su historial a la hora de tratar a sus creadores de manera justa. Pero en el caso de America Chavez fue lo que hice”, dice. Co-creador de la serie de Cartoon Network Ben 10, y co-fundador del estudio Man of Action, responsables de la realización de títulos como The Avengers: Earth’s Mightiest Heroes, Ultimate Spider-Man o Big Hero 6: The Series, Casey sabe perfectamente cómo funciona el negocio y ve este debut cinematográfico como una oportunidad de dar una plataforma insuperable a un personaje que es a la vez tan única como representativa de las características más clásicas de los héroes Marvel… así como el momento ideal para quedarse con lo mejor del personaje y limar lo que el llama cualquier “residuo creativo” que haya podido acumular a lo largo de la década.

El titular más escandaloso surgió de la entrevista en la que reveló no haber recibido más pago por America Chavez que el de las páginas en las que Dragotta y él la crearon. Casey nunca firmó con Marvel ningún documento en lo relacionado con el personaje y sus derechos, y siempre comprendió que Marvel poseía cualquier creación que saliera de su trabajo para la editorial, desde finales de los noventa. Decidió, de hecho, no crear personajes nuevos para Marvel, aunque no siempre cumplió su palabra consigo mismo, pues el ímpetu creativo es demasiado fuerte. Aun así, cuando se enteró de los planes de incluir a America en Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, Casey contactó con la editorial para negociar una compensación por sus apariciones transmedia y recibió una oferta que el definió como “miseriay que, aunque él no desvela, otros creadores han cifrado en torno a los 5.000$. Casey la rechazó, y explica en su entrevista para The Hollywood Reporter sus motivos:

“El hecho es que Marvel posee a America Chavez. Eso no es discutible, pero aún hay fallos sistemáticos en cómo los creadores siguen sin ser respetados ni remunerados. (…) Para mí, esto no va de dinero, ni siquiera de respeto. No esperaría nunca ser respetado por una corporación. Pero si estoy en la posición de poder permitirme no aceptar su insultante oferta, y hablar públicamente sobre ello, quizás quien venga después –y a quien ese dinero pueda de verdad cambiar la vida– tenga una oportunidad más justa. Yo estoy feliz, no estoy contrariado ni amargado, porque ya sé que esto va así. Y también sé que así es como se cambian las cosas, hablando de ello”.

En buena compañía

Volviendo a las aventuras de America entre viñetas, tras dejar la Brigada Juvenil la siguiente parada de la heroína fue la encarnación más variopinta, inclusiva e increíblemente genial de Los Jóvenes Vengadores, narrada por Kieron Gillen e ilustrada por Jamie McKelvie, dúo dinámico donde los haya, desde enero de 2013 en el marco editorial de Marvel NOW!. Rodeada por Wiccan, Hulkling, Noh-Varr, Kate Bishop, Prodigy y el Joven Loki, America Chavez fue central en esta alineación, una especie de capitana sin quererlo, y su carisma floreció a lo largo de las quince entregas de la serie. Loki no dudó en acudir a America, entonces en la Tierra-212, y tratar de seducirla para su alineación dream-team con una proposición no muy afortunada, pero que funcionó a las mil maravillas. Y así fue como pasó a formar parte de un mismo equipo junto a su mejor amiga, Kate, enrrollada entonces con Noh-Varr, o con Hulkling y Wiccan, futuros esposos (y, en el caso de Billy, futuro Demiurgo… es una larga historia). Aquello, para ella, fue una familia en un momento en el que necesitaba sentirse rodeada de algo así.

Sus poderes, además, resultaron perfectos en la lucha que les esperaba contra un parásito interdimensional, Madre, que se alimentaba de cualquier fuente de poder, fuera un ser o una realidad, valiéndose de difuntas figuras paternas con las que controlar y manipular a los héroes. Madre abusa de varios de los miembros del equipo, como Hulkling, Loki o Wiccan, y en la tercera entrega de la serie toma la forma de las madres de America, antes de que conociéramos en profundidad su pasado. Esta fue una de las aportaciones de la serie a la mitología creciente de la heroína, junto a la evolución de su carácter, de testaruda cabecita loca a decidida y motivada por sus fuertes valores. No descubriríamos mucho de su pasado, y tampoco ella misma, pero sí iría definiendo su personalidad, su individualidad, como mujer latina, lesbiana, y muy orgullosa.

Un año después del número final de la etapa de Gillen y McKelvie, en verano de 2015, vimos a America formar parte de otra alineación… en un rinconcito del Mundo de Batalla generado en Secret Wars, una isla nación llamada Arcadia y protegida por la Fuerza-V, un supergrupo de todopoderosas mujeres guionizadas por G. Willow Wilson y retratadas por Jorge Molina. Claro que aquello no duró y, una vez recuperamos el Multiverso Marvel, America pasó a ser fichada en “el equipo definitivo para resolver problemas definitivos”, los Ultimates, por sugerencia de Monica Rambeau y junto a ella, Pantera Negra, Maravilla Azul, y la Capitana Marvel. Con guión de Al Ewing y arte de Kenneth Rocafort, el equipo trató con entidades colosales, de la envergadura de Galactus… Pero, después de cinco años saltando entre supergrupos, America Chavez ya tenía un nombre y un seguimiento tales que no tardaría en ganarse una muy merecida cabecera propia.

This is America

Gabby Rivera, escritora autodefinida como latinx y queer, y el artista Joe Quinones, espectacular en todo lo que hace, fueron los encargados de recrear, en 2016, la que probablemente sea la versión más icónica y reconocible  de America Chavez, tomando lo que ya estaba ahí (su chulería y salero, las pistas sobre su origen simpar, y una identidad sexual que invitaba a ser explorada más aún) y elevandolo a la enésima potencia hasta ser los hilos principales con los que tejer la preciosa herencia vital de la heroína. Lo hicieron en su propia serie, ya como heroína titular –recogida en dos volúmenes en su edición española, La vida y los tiempos de America Chavez y Rápida y fuertona–, la cual decidieron comenzar enviando a America al lugar en el que todo joven estadounidense se descubre a sí mismo, o eso nos dicen sus pelis y series: ¡la universidad!

En la Universidad Sotomayor vimos a America estudiar en el Departamento de Mujeres Radicales y Gente Indígena Intergalactica, mientras continuaba acompañada por la Capitana Marvel y Spectrum en su intento por hallar y vencer la fuerza que amenazaba al planeta Maltixa. La vimos aprender a utilizar sus estrellados portales interdimensionales para viajar en el tiempo, habilidad que le vino de perlas para ayudar a su yo futura en su liberación de dicho planeta. La vimos reconectar con su ex-compi, David Alleyne, a.k.a. Prodigio, con cuya inestimable ayuda logró capturar al ser que tanta guerra le dió. E incluso la vimos propinar un magnífico puñetazo a Hitler que por poco no le dejó un boquete en forma de estrella en todo el careto (Hitler, por cierto, ya se había paseado por el número que vió nacer a America, Vengeance #1… así que podríamos decir que, si se estaba rifando esa h*stia, el dictador genocida había acaparado el 100% de las papeletas).

A lo largo de una docena de entregas, en las que además de Quinones también disfrutamos de artistas de la talla de Ramon Villalobos, Flaviano Armentaro, Jen Bartel y Stacey Lee, se amplió el lore de America empezando por su particular galería de villanos, al enfrentarla a la Corporación Midas y su líder, de estética BDSM, la Exterminatriz. Pero la aportación que hizo de esa mitología algo absolutamente único e irrepetible fue la revelación del pasado de la heroína, su infancia, su proveniencia, y su legado. Y la clave de todo fue un encuentro con una luchadora emergida de uno de sus portales que se presentó como la Abuela Madrimar. Abuela, claro está, de America.

Y esa sería sólo la primera de sus revelaciones sorpresa. America, que durante un viaje con su BFF Kate Bishop había sido secuestrada por su ligue (siempre es complicado, con esta chica) fue rescatada por su Abuela Madrimar, y esta le contó toda la verdad sobre su familia. Madrimar, y su hija Amalia, venían de Planeta Fuertota. Este planeta, por desgracia, cayó invadido por la Legión y Madrimar y su hija huyeron a otra dimensión, un lugar fuera del espacio y tiempo y nacido de la magia del ser conocido como Demiurgo (sí, el mismo que mencionamos antes). Este reino mágico era el Paralelo Utópico, y allí vivieron felices, y allí Amalia conoció a Elena, y tuvieron a una niñita a la que nombraron en honor al lugar donde nació aquel a quien tanto debían, el Demiurgo: América.

Pero todo lo bueno toca a su fin, y también este paraíso estaba destinado a la destrucción, la cual Elena y Amalia trataron de evitar. Su sacrificio sirvió para que America se salvase, y para inspirarla de por vida a convertirse en una heroína, como sus mamás, cuyo recuerdo la impulsó a lo largo de su infancia y adolescencia entre dimensiones, hasta unirse a la Brigada Juvenil y, más tarde, a los Jóvenes Vengadores. Este origen no sólo supuso una carga dramática para el personaje, también se reflejó en cada característica que hace de ella quien es. Sus poderes de creación de portales interdimensionales le venían de su herencia de Planeta Fuertona y, aunque no fueran habituales ahí, sí eran poseídos por unas cuantas de sus habitantes que recibían el nombre de Starlings. El resto de sus habilidades superheróicas encontraban su origen en la magia cósmica con la que el Paralelo Utópico había sido creado.

Y su sexualidad, una vez conocíamos su origen, parecía aún más normalizada, si es que era necesario. Era un aspecto que aún hablaba de su personalidad, como individuo, pero a la vezla unía aún más al legado de sus mamás. Y pasaba a ser incorporado en su historia no como algo que la diferencie o la separe, sino desde la aceptación, como uno más de los rasgos que hacen de las historias que protagoniza algunas de las más inclusivas de La Casa de las Ideas. Aspecto que, como suele ocurrir en estos casos, llenó de mensajes cargados de odio y bilis ciertas secciones de comentarios online, pero también le valió una legión de seguidores que, al fin y al cabo, es lo que cuenta.

America tuvo una novia, terminó su relación, compartió muchísimo con la mejor de las amigas, y sus interacciones con todas ellas fueron abriendo más y más el abanico de sentimientos y relaciones que todos vivimos pero que a veces caen en saco roto cuando se representa la homosexualidad de manera más estereotipada. Entre los guiones de Gabby Rivera, y su adición en 2018 a las filas de los Vengadores Costa Oeste junto a su queridísima Kate Bishop, ya en manos de Kelly Thompson y Stefano Caselli y con aún más compis, como el otro Ojo de Halcón, Aleación, y el delicioso dúo cómico/romántico formado por el Chico Omega y Masacre-Gwen, este retrato de America fue continuado en sus distintas apariciones como, en apariencia, su versión definitiva.

Born in the U.S.A.

Llegamos al último título protagonizado por America Chavez, la miniserie que firmaron en 2021 la guionista Kalinda Vazquez y el artista Carlos Gomez, America Chavez: Hecho en América. En estos cinco números, nos esperaba una revelación aún más sorprendente que todas las anteriores, y es que todas ellas, todo lo que había aprendido en el metafísico plano ancestral con su Abuela Madrimar, Planeta Fuertota, las diosas Berraca y Sanar, el Paralelo Utópico, conformaban una historia de origen fantástica e irreal imaginada por la pequeña America al tratar de reprimir sus traumáticos recuerdos reales. La verdad verdadera la iría encontrando, poquito a poco, al investigar un incidente que comienza la historia poniendo en peligro a la familia Santana y su comunidad en Washington Heights.

Esta miniserie nos da una de cal y una de arena. Perdemos, nosotros y la propia America, su origen multiversal, todo lo que ella creía hasta entonces. El Paralelo Utópico resulta haber estado siempre en la Tierra-616, siendo este un centro de investigación súper secreto ubicado en Long Island, propiedad de un científico millonario (y hombre, y blanco), Mr. Gale. Las madres de America sí son reales, pero lejos de venir de otros mundos, son dos investigadoras que acceden a prestar sus servicios en dicho centro para poder tratar a su pequeña America, diagnosticada con una enfermedad rara, el Síndrome de Edges, para la cual Amalia y Elena buscan un tratamiento. También es real su sacrificio, al descubrir la verdad oculta en este sitio y tratar de rescatar a America y el resto de sujetos de estudio, también llamadas starlings, y también sigue siendo cierto que las habilidades de la joven se deben a la exposición a la energía interdimensional del Demiurgo.

Pero, por triste que sea decir adiós a toda esa fantasía de origen, también es cierto que America gana una familia, al descubrirnos a los Santana, quienes la encontraron en la playa de pequeña, sola, perdida y amnésica, y la acogieron como una más para evitar que acabase olvidada en el sistema como huérfana y posible inmigrante ilegal (otro tipo de alien muy diferente al que acostumbramos, en jerga estadounidense). También encuentra a su hermana perdida, Catalina, quien quedó atrás cuando America escapó del centro de investigación, retenida por Gale y durante años su sujeto de estudio. Y, aunque acaba la miniserie habiendo perdido gran parte de sus habilidades (¿nerfeada, quizás en preparación a su versión cinematográfica?), no deja de ser un fin que promete ser un nuevo comienzo. De qué, tendremos que esperar para averiguarlo.

En cualquier caso, pase lo que pase, sea cual sea tu título favorito protagonizado por Miss America Chavez, o incluso si aún no has catado sus historias pero has picado con este breve vistazo a su trayectoria comiquera, ya habrás notado la constante que permanece inmutable en cada versión de cada equipo creativo, algo que probablemente se vea traducido a su adaptación cinematográfica y siga, proyectado a su futuro editorial: America Chavez nació, si no en algún lugar del firmamento, como una estrella en sí misma. Y, como tal, siempre ha estado y estará destinada a brillar, como una más.