Todas las películas de Batman, ordenadas de mejor a peor

El estreno el año que viene de una nueva incursión de Batman en el cine con Matt Reeves al cargo, es algo que está generando tanta expectación como crítica. Nada nuevo bajo el sol. Pero, ante ello, cabe recordar que tan solo será una visión nueva sobre un personaje que ya ha tenido varias. Algunas de ellas jamás llegaron a existir, desgraciadamente, como ese malogrado proyecto de Darren Aronofsky, y otras tantas han llegado a materializarse. Eso demuestra que Bruce Wayne es alguien versátil y que acepta multitud de cambios en su carácter. 

Para ir calentando el motor del batmóbil, nunca está de más poner en valor todas las películas previas. Con sus más y sus menos, todas y cada una de ellas han marcado una época y han alargado todavía más la sombra de un personaje con más de ochenta años de Historia. Por ese motivo, toca ponderar cuáles han sido las mejores y peores incursiones del Señor de la Noche en la gran pantalla.

Así pues, a continuación, se podrá observar el top de películas de Batman. Como siempre, cabe anunciar de que se trata de un orden absolutamente personal y ese es el único criterio que se ha seguido para hacer esta lista. Evidentemente, cada uno tendrá la suya personal, con lo que desde que aquí se anima a que se compartan vuestras preferencias.

Sin mayor dilación, aquí va el ranking del antihéroe de Gotham. Tened cuidado ahí fuera y no os metáis en problemas con los payasos y demás perturbados. Son peligrosos y se escapan de sus terapias cada dos por tres.

  • 9.- El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (2012)

Lo que debería haber sido un colofón de una trilogía destinada a cambiar no solo el género de superhéroes, sino una manera de entender el personaje, terminó siendo una de las experiencias más decepcionantes del cine reciente. Christopher Nolan pareció tomar esta tercera entrega como si fuese un trámite que debía realizar con cierto hartazgo. Es insólito cómo muchas de las características de las anteriores entregas estaban completamente difuminadas aquí, siendo esta la película más bombástica.

Bebiendo directamente de historias tan recordadas y queridas como son La Caída del Murciélago, El Regreso del Caballero Oscuro, Tierra de Nadie y de distintas sagas de Ra’s al Ghul, Nolan lanzó un barullo de escaso sentido dramático y de pobre construcción argumental. Lo peor de todo es la sensación de que tenía mimbres para contar una de las adaptaciones definitivas del personaje y que, por desgana o por otros factores, decidió quedarse a medio camino. Lo que podría haber sido y no fue.

  • 8.- Batman y Robin (1997)

Con la segunda intentona a Joel Schumacher le salió el tiro por la culata. Intentó hacer un triple salto mortal, el más difícil todavía y terminó perdiendo completamente el equilibrio. A pesar de mantener algunas de las cosas interesantes de la anterior entrega, se les fue de la mano con los excesos. Encontrar cualquier sentido a esta película es un error y es que se maneja entre la comedia más histriónica, trazas de oscuridad y un tono que no sabes distinguir hasta qué punto se lo tomaban en serio. Con un George Clooney más desubicado que el espectador y Uma Thurman y Arnold Schwarzenneger rompiendo más de una regla interpretativa, esta película llegó para terminar de hundir el barco.

Habiendo dicho todo lo anterior, lo cierto es que es muy difícil odiar algo que fue consumido como un todo durante la infancia y, a pesar de todo, le guardo cierto cariño naïf a esta película. Tiene un aspecto kitsch y una escenografía que, de algún modo, se añoran en un cine de superhéroes contemporáneo más obsesionado con hacer las cosas realistas que de tratar de ser fantasías sin sentido. Y, por si fuera poco, sigue teniendo el honor de ser la única película en aceptar y sacar a relucir el homoerotismo implícito y extraño que siempre ha acompañado al personaje. Estás más que perdonado, Joel.

  • 7.- Batman V. Superman: El Amanecer de la Justicia (2016)

Si se buscase un Batman pasado de vueltas en la definición, sería la visión que tiene Zack Snyder de él. Interpretado por Ben Affleck, este Batman se ajusta a la perfección con la idiosincrasia de este director hasta terminar siendo el más irreconocible de todas estas versiones del personaje. Un Batman taciturno de más, obsesivo y lleno de una ira asesina hasta tal punto que antepone ello a cualquier acto que demuestre algo de raciocinio.

Batman V. Superman: El Amanecer de la Justicia es un filme que intentó abarcar mucho y que, en lugar de centrarse en hacer un desarrollo de personajes en condiciones, optó por presentar multitud de tramas que se desarrollarían más adelante. A pesar de tener cierto carisma y ser la iteración más visceral del personaje, no ha conseguido que se profundice lo suficiente en ella como para resultar mínimamente memorable. Había un gran potencial en este peculiar acercamiento al personaje (no en vano, el filme era una pseudoadaptación de El Regreso del Caballero Oscuro), pero se desaprovechó tomando una serie de decisiones que provocaron que no terminara de cuajar.

  • 6.- Batman Forever (1995)

Joel Schumacher tenía la papeleta de seguir espiritualmente una franquicia tan marcada por el carácter de otra persona (Tim Burton) y, a la vez, alejarla del tono que se le dio en Batman Vuelve. El estudio estaba atemorizado a causa de que se creyó que, si seguían ese sendero, perderían al público. ¿Cuál fue su reacción? ¡Fuegos artificiales!

Ya desde el casting, se nota que se buscaba hacer una obra que resultara excéntrica como a ella sola. ¿Qué resultado se esperaba obtener de la unión entre Jim Carrey (en su momento de máximo esplendor de expresividad facial exageradísima) y Tommy Lee Jones? Pues, seguramente, el que se obtuvo: una pieza absolutamente reloca que en ningún momento se toma en serio a sí misma. Lógicamente, el Batman de Val Kilmer y su mundo queda engullido por el carisma explosivo de los antagonistas del filme. Y la película funciona mejor cuanto más entiende eso.

Aunque deudora de algunos de los hallazgos de Burton, Schumacher optó por anteponer la teatralidad y una escenografía de Gotham todavía más recargada y noventera. Esa estética, por hortera que sea, consiguió que estas películas tuvieran algo de personalidad. Un Batman que volvió a ser colorista, pero cambiando la alegre iluminación televisiva por unos neones y por halos provenientes de ninguna parte. Obviando que no es una película que se esfuerce en lanzar el producto más afilado, tiene un encanto obtenido queriendo llamar la atención todo el rato.

  • 5.- Batman (1989)

El éxito de la franquicia creada por Richard Donner para Superman solo podía significar que Batman llegaría al cine tarde o temprano. Y Warner le encomendó la misión a un director que ya estaba comenzando a hacer un nombre: Tim Burton. Con cierto repudio al material original y tomando como referencia principal, La Broma Asesina, el realizador entendió que para que la película funcionase debería seguir una serie de patrones más cinematográficos aunque sin obviar que este es un personaje de cómics, con todo lo que ello conlleva. Y lo cierto es que resultó ser el primer ensayo de las adaptaciones de superhéroes tal y como son concebidas actualmente.

Con un reparto estelar formado por Michael Keaton (quien recibió multitud de críticas en su momento por el personaje), Jack Nicholson (una decisión absolutamente brillante para interpretar al Joker) y Kim Bassinger (una de las actrices de moda en el momento) la película fue todo un éxito y consolidó al personaje en el imaginario colectivo. Con un origen del Joker un tanto discutible opacado por esa bestia interpretativa que es Nicholson y un Michael Keaton más diluido, pero igualmente efectivo a la hora de marcar una huella en el espectador, la película demostró que era posible ver una adaptación de este personaje con entidad. Son películas de Burton en la medida en que siente una mayor fascinación por los monstruos que por los héroes, pero consigue equilibrarlo todo para que resulte un producto verdaderamente satisfactorio.

  • 4.- El Caballero Oscuro (2008)

La película intermedia de la trilogía de Christopher Nolan partía de un punto verdaderamente complicado. Era quien hizo que el personaje resurgiera de sus cenizas con una película que conectó con su público y fue de un agrado mayoritario. Y lo logró con un trabajo, hasta cierto punto, autoral. ¿Qué camino se debía seguir? Especialmente teniendo que todas las segundas partes de este personaje habían descarrilado la franquicia cinematográfica… Por lo que el realizador optó es por ser grandilocuente y virtuoso técnicamente, pero, a la vez, optar por tener una coherencia absoluta con el discurso expuesto en el primer filme.

Hablar de esta película es hablar de una de las mejores interpretaciones del siglo. Una que le costó la vida a su intérprete pero que le hizo ganar un indiscutible Oscar. Heath Ledger fue quien se atrevió, por primera vez, en ahondar en la parte más oscura del Joker y sorprendió a propios y a extraños dando un papel completamente portentoso. Su trabajo es la película y si la película funciona a estos niveles es, principalmente, gracias a él.

Habiendo señalado ese aspecto, Nolan dobló la apuesta con un thriller de acción construido minuciosamente que rompió el molde del gran público respecto de lo que se puede hacer con el personaje. La influencia de esta aportación en todo lo que ha venido después (tanto en películas de género, como en thrillers y otras películas de vocación palomitera) es más palpable. Es una obra clave en la primera década del siglo XXI. Simple y llanamente. Si se pregunta cuál es la mejor película del murciélago se debería responder que es la que está por hacer. Pero de las ya existentes, es esta, sin duda. Una de esas películas que no te ven, si no que te arrollan sin ningún tipo de compasión. Y sí, puede que ni la estética ni la caracterización sea la más fiel al medio, pero, desde luego, no dejar indiferente debería ser la misión de cualquier trabajo que se precie. 

  • 3.- Batman Vuelve (1992)

Es más interesante la segunda incursión de Tim Burton en la medida de que es más irregular, oscura e inequívocamente autoral. El hecho de que sea más cruda e imperfecta, seguramente, sea una consecuencia directa del éxito de la primera parte de sus películas. Esta película no es ni más ni menos que producto de la libertad: una película de gran presupuesto con un autor con ganas de soltarse la melena y de hacer uno de los blockbusters más insólitos de la década.

Bebiendo todavía más del art decó y pasándolo por un filtro gótico, Burton abrazó una posición todavía más esteticista que la primera de sus películas. Con una Michell Pfeiffer dispuesta a convertirse en la Catwoman principal y en uno de los primeros mitos eróticos de la generación. Ella y un Danny DeVito que nunca ha dado tanto miedo se comen por completo esta película en la que Batman tiene menor peso dramático en la trama. Burton, de nuevo, decide focalizarse todavía más en los antagonistas y trata de darles ciertos matices. Con ello, estableció unos tropos que han sido emulados hasta la saciedad en otras películas posteriores. Una película muy autoconsciente en sus intenciones y que rompía significativamente con el tono más festivo y el tipo de narrativa de su predecesora para lanzar un producto para el cual el público del momento no parecía estar preparado. No en vano, es una película cuya intencionalidad completamente icónica se ha estimado con el paso del tiempo. 

  • 2.- Batman (1966)

Reconozcámoslo: pocas cosas son más ridículas que un tipo en mayas dando mamporros a otro tipo disfrazado creyéndose que está impartiendo justicia. El mismo concepto de superhéroe es ridículo de base, a pesar de que se acepten las convenciones de este género. Y de todas las adaptaciones que ha tenido el murciélago, esta es la que ha llegado a abrazarla con mayor desparpajo y desvergüenza.

Es cierto que esta película es un claro producto de su época y que la planificación es un tanto televisiva (no en vano, es un producto derivado de una serie). Pero es un hecho que este filme se ha convertido, por derecho propio, en un icono de la cultura pop. Fue una de las primeras tomas de contacto con el personaje para más de una generación y eso es algo difícilmente borrable.

Cuando se dice de películas imposibles de hacer a día de hoy, siempre se obvia esta. Y es un tanto injusto obviar un ejemplo de slapstick, absurdez y campy tan ejemplar como esta. En los primeros minutos, Batman se enfrenta a un tiburón mientras sube unas escaleras de cuerda. ¿Qué otra película de superhéroes de acción real ha abrazado este tremendo despiporre? Y ese es, tan solo, el primer acto de una majadería maravillosa que no deja de ir a más. Puede que choque con la visión que se tiene hoy de Batman. Y seguramente sea porque es el público el que ha envejecido mal.

  • 1.- Batman Begins (2005)

La primera película de Christopher Nolan al frente del murciélago consiguió reactivar una franquicia como Batman tras los desbarajustes de Joel Schumacher. Era necesario darle una vuelta de tuerca y proporcionar una manera de entender tanto al personaje como al género nueva y refrescante en el cine.

Es una película que busca encontrar el significado de lo que es Batman y de porque sigue siendo relevante en el presente. A su vez, se ahonda en la influencia que tienen tanto los iconos como el miedo en el inconsciente y, cómo estos, pueden llegar a marcar el devenir de toda una sociedad. Todo ello en un relato que cuestiona la moralidad gris del antihéroe por excelencia de Gotham. Es un acercamiento que busca plantear y desarrollar temas complejos y adultos de un modo en el que nunca se había hecho hasta el momento en este tipo de películas. Todo ello con una trama construida más a modo de cine negro que a una obra de superhéroes al más puro estilo Año Uno, de Frank Miller de David Mazzucchelli.

Otro de los grandes aciertos es que, al fin, Batman es el protagonista absoluto del filme. No hay ningún actor carismático que le “robe” la película, ni el director busca entender otra cosa que no sea a este personaje y su pertinencia como respuesta y motor de cambio de una sociedad profundamente corrupta y decadente. Nolan opta por mostrar todo esto una sobriedad que alejó al personaje de los excesos que le precedieron y optó por un acercamiento naturalista, dentro del tipo de película que es.  Fue la película que el personaje y el público necesitaban. Y todas las películas de orígenes que vinieron después son deudoras directas de este trabajo.

Nolan jamás volvería a tener la frescura para reinventar géneros que mostró aquí. Ya sea porque lo han imitado hasta la extenuación o porque es difícil superar una primera impresión excelente, el resto de aportaciones del director británico a la franquicia tienen otros méritos completamente distintos a los que aquí se han expuesto. Pero nadie puede restarle el mérito de que si el Batman cinematográfico ha llegado a ser lo que es hoy es porque ha sido él quien ha conseguido que lo sea. Guste más o guste menos.

Bola Extra 1: Batman: La Lego Película (2017)

La principal heredera del espíritu festivo y loco del personaje. Un espectáculo metalingüístico que busca constantemente la complicidad del espectador. Todo un desfile de las distintas versiones en un producto que es condenadamente entretenido y que no busca ser más que un homenaje tanto a Batman como a la cultura popular. Un divertimento muy efectivo e ingenioso en la línea de las películas de Lego.

Bola Extra 2: Batman: La Máscara del Fantasma (1993)

Sería completamente injusto y una omisión imperdonable hablar de cualquier ranking del Batman cinematográfico sin mencionar esta joya de la animación tradicional. La heredera directa de Batman: The Animated Series se atrevió con una película a la que poco o nada se le puede llegar a achacar. Un misterio interesantísimo, manejado con mucho acierto, unas composiciones perfectas y con un ritmo muy ágil que sirve para mantener el interés. Es elegantísima y muestra un amor impresionante hacia al personaje. Y todavía hoy sigue teniendo la mejor banda sonora de cualquier adaptación del personaje. Una joya de la que por mucho que se pueda hablar, jamás de hablará lo suficiente.

Fuera se quedan otros productos del propio universo como la reciente película del Joker, Escuadrón Suicida o La Liga de la Justicia o la infinidad de películas de animación dedicadas al personaje que, si bien merecerían estar (especialmente la primera de las mencionadas), eternizarían este top y son más anecdóticas que significativas en lo que respecta al Batman cinematográfico.

El hecho de que haya perdurado tantas décadas en el cine del mismo modo en el que lo ha hecho en el cómic es la demostración definitiva de que este personaje es una tabula rasa, de algún modo, en el que es tan rico como lo es la propia imaginación. Si le preguntas a dos lectores o espectadores de las distintas películas (o series) sobre el personaje, seguramente haya divergencias a la hora de tratar de definirlo. Y ahí está la clave de por qué ha habido y seguirá habiendo películas sin que cause hartazgo: cada nueva versión es como empezar de cero.

Queda poco más de un año para comprobar que impronta dejará Robert Pattinson y Matt Reeves sobre el murciélago y su entorno. Pero lo que no se puede negar es que tienen un legado muy digno que mantener. Solo el tiempo dirá si el Señor de la Noche vuelve a alzar el vuelo.