Top 10 Mejores cómics de Frank Miller

Uno de los grandes autores americanos dedicados en cuerpo y alma a este medio es, sin lugar a dudas, Frank Miller. Si hay cómics adultos, en el mejor sentido de la palabra, él es uno de los principales culpables. Al contrario de sus coetáneos británicos, él supo impregnar sus tintas de una visceralidad y una crudeza impropia del cómic mainstream. Sus cómics despiertan cierto inconformismo y consiguen transmitir el enfado de sus creaciones.

Si hay un tema común es el de la lucha individual frente a sistemas que son opresores. Lejos de ser manifiestos políticos, este autor se ha movido siempre en una ambigüedad (salvo ese desliz discutible que fue Holly Terror) y en abstracciones inaplicables a la realidad. Tiene un ideario inconfundible y es de esos autores que siempre han ido más allá de donde se le ha permitido. Todo ello desde un aspecto de tragedia, de profecía autocumplida a la que se dirigen personajes en búsqueda de una redención inalcanzable. 

Su sombra es alargada y en más de una ocasión ha sido terriblemente interpretado. Es alguien que siempre ha abrazado cierta ambigüedad en la que deja clara una ideología, pero que no intenta imponer nada a nadie. Es alguien inteligente y que saber cómo moverse. Su tratamiento de los personajes ha conducido a una tendencia que supuso un alejamiento, en muchas ocasiones, de la esencia de determinados personajes. Pero eso nunca es achacable al autor. No debería responsabilizarse por ello. Más cuando es evidente que es alguien que ha hecho más bien que mal por el medio.

A continuación, una selección absolutamente subjetiva y personal de las mejores obras del de Maryland y los motivos por los que son estas y no otras:

  • 10. Ronin

La idea de mezclar ciencia ficción con el género samuráis sigue siendo innovadora hoy en día. Bebiendo del gran referente de este autor: Lobo Solitario y su Cachorro, se permite realizar una esteta subversión de algunos géneros. El resultado es su cómic más lisérgico y divertido de su plantel.

Lucy in the Sky with Diamonds.

El arte que Miller expone en esta obra tiene la fuerza de un huracán y la agilidad de una katana. Su trabajo más influenciado directamente tanto por los grandes autores de manga como por la fértil imaginación de Moebius. Un trabajo personalísimo y de los más inaccesibles de este autor. Pero también de los más genuinamente disfrutables.

  • 9. Hard Boiled

El término hard boiled se acuñó para designar a las novelas baratas de género negro que se produjeron en los años veinte. Eran relatos sórdidos en los que se permitían hacer mordaces análisis de la sociedad imperante. El título es una declaración de intenciones respecto a lo que este cómic da de sí. Pero trasladan el concepto a un nuevo horizonte que no tiene nada que ver. Aquí la acción manda. Pero eso no quiere decir sea vacua.

Tiene mala cara.

Se tiende a comprender esta obra como un vehículo de lucimiento del barroco artista Geoff Darrow. Pero, detrás de la violencia y de la fisicidad, se oculta un ideario extremista y nihilista alrededor de qué es lo que define a la humanidad en una sociedad deshumanizada, propias del subgénero en el que se enmarca: el cyberpunk. Un cómic con que no busca tu amabilidad y que te agita con un frenetismo difícil de encontrar.

  • 8. Elektra Asesina

¿Frank Miller y Bill Sienkiewicz en total libertad creativa haciendo un trabajo ambicioso en lo creativo? ¿Hace falta decir algo más? Sí, se puede decir que Elektra es una de los mejores personajes que han poblado el Universo Marvel. Uno que, tras mucho tiempo, fue digna de lanzar una novela gráfica de mayor enjundia. Una deuda pendiente que había que saldar.

La imagen más icónica para el personaje.

Ambos artistas ya colaboraron haciendo una revisión de los cimientos de Daredevil con su divisiva Amor y Guerra, y se nota la inercia y la sinergia del entendimiento mutuo. Aunque la forma, de algún modo, canibaliza al fondo, eso no quiere decir que esta no sea interesante. Aquí se aprecia una cara rabia y una aproximación a los esqueletos que dejó detrás el belicismo de Reagan. No se busca agradar a ningún lector.

  • 7. Lobezno: Honor

Si se juntan a dos autores en su mejor momento para disfrutar de un proyecto que conecten las filias de ambos de una forma simétrica, lo que se obtiene es algo así como Lobezno: Honor. El carismático mutante llevaba pidiendo a gritos tener sus propias aventuras, pero la editorial hizo bien esperando encontrar tanto la historia como el momento adecuado para hacerlo.

Cuando Lobezno hizo migas con La Mano.

Esta fue la obra que lo consolidó del todo como una voz a tener en muy en cuenta en la industria. Pero también ayudó a configurar lo que el imaginario público tiende a asociar y a esperar de Lobezno: misiones sucias y encubiertas, manchadas de sangre y protagonizadas por un personaje trágico y resiliente. Un perfecto matrimonio de dos voces que, al cantar una misma canción, lejos de sonar mal, se produce una inesperada armonía.

  • 6. Saga Martha Washington

La epopeya de una mujer negra estadounidense se ha estado reivindicando últimamente, debido a la situación política por la que se está transitando. Aunque sus secuelas hayan tenido resultados un tanto dispares, lo que nadie puede negar es que Give Me Liberty ha tenido un ingenio y una capacidad predictiva fuera de toda duda. Pero no es el único mérito y es que aquí se ha sabido hacer un retrato distorsionado, pero certero, de la idiosincrasia americana.

Pasarlas canutas.

Tal vez sea el trabajo más naturalista y con menor artificio (aunque eso no quiere decir que esté exento de él). A lo largo de los distintos volúmenes Frank Miller y Dave Gibbons transicionan a través de distintos géneros para tratar de estudiar las políticas americanas y qué es lo que hace que dicha potencia te califique como un héroe. Manejan distintos tonos y es un trabajo bastante amplio y con una de esas verdades que, por mucho que no vayan a ser de las más agradables, conviene escucharlas. Independientemente de si se está de acuerdo o no, es un cómic que tiene algo que decir y que siempre te mira con ganas de desafiarte.

  • 5. Sin City

Si tuviese que decir una obra con la que definir a este autor, probablemente, sería esta. Un autor lanza una serie de volúmenes en la que volcar todos sus vicios y fobias de manera desenfrenada en clave de un cine noir posmoderno. Las tramas demuestran un gran conocimiento de los temas que está tratando y el modo en el que lo hace. Sin embargo, esta respira un espíritu muy propio.

Si esta página doble de lo más impactante que habéis visto…

Pero si por algo destaca es por haber sido capaz de crear una atmosfera de blanco y negro con algunas expresivas explosiones de color. Esta es una de las más representativas, influyentes y originales piezas de género negro que ha dado este medio. Muchas veces imitado, ninguna igualado.

  • 4. DKR

No hace falta que se haga una película crepuscular con Batman. Con DKR hay de sobra. Seguramente sea su obra de mayor predicamento en la cultura popular y considerada universalmente como una de las mejores piezas jamás realizadas de Batman. En él, vuelve a ahondar en temáticas político-sociales para mostrar una Gotham futura y descontrolada. Ante ello, un jubilado Bruce Wayne se ve forzado a volver a recuperar su manto por una última vez.

Batman a caballo. Ese es el pie.

El desarrollo de esta obra ha concedido la posibilidad de mostrar distintas versiones de los personajes que rodean al Caballero Oscuro y hacer un homenaje a dicho personaje, presentando la versión más fascista y consecuente posible. Esta novela gráfica hizo que no se pudiera volver a ver con los mismos ojos a este personaje. No es uno cualquiera, sino uno con un recorrido de décadas de publicación ininterrumpida. Ya no se podía retornar a las historias ligeras protagonizadas por Batman de la misma manera.

Esta obra contó con irregulares secuelas de entre las que destaca El Chico Dorado o DKR 2, que supuso un paso de gigantes en el mundo del color (imposible no mencionar a otra genia en este punto: Lynn Varley). De cualquier modo, esta versión del personaje es una constante vital y la evolución de los distintos volúmenes es la del propio Miller.

  • 3. 300

Si se tuviese que definir la épica en el sentido más clásico de la palabra en una obra reciente, debería salir este ejemplo. Hay pocas a que puedan hacer frente a la versión de Frank Miller de la Batalla de las Termópilas. A pesar de las licencias históricas, y de lo discutible respecto a la masculinidad, esta novela gráfica recoge toda la espectacularidad testosterónica que puede llegar a aceptar el medio. No trata de ser un reflejo histórico, sino un ejercicio de exceso, en el mejor sentido de la palabra.

Probablemente en estas páginas apaisadas residan algunas de las ilustraciones más barrocas y bellas de este intenso artista.  Fue cocinada a fuego lento y desembocó en una oda a aquellos que, aun sabiendo que van a perder una batalla, nunca lo pondrán fácil. Al fin y al cabo, no es poco lo que está en juego. 

Generals gathered in their masses.

Este cómic contó con una estimable precuela centrada en Xerxes, el antagonista de esta historia. En ella se permite ahondar en el otro punto de vista y consigue redimir cierto maniqueísmo que sí que estaba presente en 300, algo que ha sido fuertemente criticado (especialmente tras el lanzamiento del célebre filme dirigido por Zack Snyder que adaptó este material.)

  • 2. Batman: Año Uno

Al contrario de otros trabajos, como los aquí mencionado, es en esta relectura del origen del hombre murciélago donde se encuentre su trabajo más contenido y sobrio. Una aproximación que pone el foco en los procesos psicológicos que llevaron a Bruce Wayne a abrazar su verdadera identidad, mientras en paralelo se hace un retrato sórdido de la corrupción policial y de la decadencia moral y social que se reside en Gotham, pero que podría ser cualquier ciudad.

Cuando el hombre conoce al murciélago.

Es de los primeros acercamientos desde una perspectiva realista al nacimiento de este mito del cómic. Lanzándonos a un punto de vista inusual: el de un Gordon primerizo recién llegado a la ciudad. El contraste y la correlación directa en la vida de ambos es donde reside el corazón de una obra de gran calado emocional.

El arte de David Mazzucchelli impregna a las páginas de cierto pesimismo y realismo terrorífico. Es un artista más que adecuado para esta tarea y el guion parece ajustarse exactamente a sus habilidades gráficas. Un tratamiento sugerente que demuestra las infinitas modalidades que tiene este medio para causar un impacto en el lector.

  • 1. Daredevil: Born Again

Tras dejar Daredevil, volvió para poner una guinda final a un pastel totalmente delicioso. Un célebre director de la plantilla de Marvel Studios afirmó en su momento que Daredevil es el personaje que ha concentrado las historias mejor construidas dramáticamente de La Casa de las Ideas. Y es muy difícil no darle la razón cuando se observa a este personaje con perspectiva. Y en el centro de todo esto, está Frank Miller como principal desarrollador del personaje.

Su etapa, por sí sola, ya es un imprescindible. Como lo es la miniserie Un Hombre sin Medio, diseñada para reelaborar el origen del personaje y, automáticamente, tomado en consideración como el canónico. Pero es que lo que hizo en Born Again sigue siendo revolucionario. Y todo parece indicar que lo seguirá siendo los días que pasen.

Si algo es esta obra es un via crucis personal destinado al héroe católico por excelencia del universo. Al igual que Cristo, vive la historia en la que tiene todo en juego. Desde el destino de la humanidad (el mundo de Daredevil acaba y empieza en La Cocina del Infierno, con lo que… Ya me entendéis.), su integridad física y moral y su sistema de valores y creencias.

Homenaje a La Piedad de cierto artista renacentista…

La premisa parte de una traición y sigue una estructura, como es lógico, de caída y renacer. De ahí se pasa a llevar a cabo un proceso de destrucción hasta finalizar con una nueva vida para el Diablo Guardíán de la Cocina del Infierno.

Aunque el autor ya viniera de una etapa en el personaje que marcó un estándar muchas veces imitado y pocas veces alcanzado, es esta colaboración posterior con Mazzucchelli la que tuvo una mayor depuración en todos los sentidos. Una creación totalmente redonda a la que nada se le puede achacar más allá de la frustración a la que conduce que el deseo de que cualquier cómic de superhéroes tuviese esta ambición. Esta es una maravillosa excepción, no una norma.

  • ¡Vida extra!

Eisner/Miller. Una de las mejores y más profundas conversaciones entre dos artistas jamás registradas. Si el Hitchock/Truffaut es la mejor masterclass que hay de cine, ese libro es su equivalente para el noveno arte.

Los motivos por los que la sala no estalló por la grandiosidad de este encuentro y otros misterios de la humanidad…

Sí, es trampa. Pero es un libro teórico imprescindible y no un cómic. Y la dicha es buena.

Fuera quedan su etapa en Spider-Man, la co-creación de Maldita, su  visión del origen de Superman, sus aportaciones a la dirección cinematográfica (y a la publicidad), su trabajo en Robocop u otras piezas de menor envergadura. Lo que está claro es que la próxima vez que veáis a un señor con sombrero negro de apariencia siniestra en un callejón, no podréis dejar de pensar en este señor.

Guste más o menos, Frank Miller es alguien que es Historia viva del cómic. Fue alguien que hizo madurar a los superhéroes y se atrevió a llevarlos a otros niveles a extremos a los que nadie se habría podido imaginar.