La compra de JDE Peet’s por parte de Keurig Dr Pepper (KDP) por 15.700 millones de euros marca un antes y un después en el negocio global del café. No es solo una operación corporativa: es un movimiento que coloca bajo el mismo paraguas a marcas históricas para el consumidor español como Marcilla, Saimaza, L’Or, Senseo y Hornimans, junto con etiquetas internacionales como Douwe Egberts, Jacobs o Peet’s.
El acuerdo implica la creación de Global Coffee Co., con sedes en Burlington (EE. UU.) y Ámsterdam, que nace con 16.000 millones de dólares en ventas anuales y presencia en más de 100 países. El nuevo gigante se posiciona así frente a Nestlé, que hasta ahora dominaba el mercado con una cuota cercana al 20% en café envasado. Con esta integración, la competencia promete intensificarse en los lineales de supermercados europeos y españoles, donde el café es un producto de consumo cotidiano.
Nace un gigante cafetero
El movimiento llega en un contexto complejo: la volatilidad de los precios del grano por las sequías en Brasil, Vietnam y Colombia, y las tensiones comerciales, como el arancel del 50% de EE. UU. al café brasileño. Según analistas citados en Reuters y Financial Times, esta fusión es también una estrategia defensiva: blindar la cadena de suministro, garantizar contratos de compra a largo plazo y diversificar el riesgo geográfico.
En paralelo, la operación conlleva un reordenamiento interno. KDP ha anunciado que separará su negocio en dos compañías cotizadas:
- Beverage Co., que seguirá gestionando marcas de refrescos como Dr Pepper, 7UP, Schweppes o Canada Dry.
- Global Coffee Co., que se enfocará exclusivamente en café, consolidando marcas históricas y nuevas, con un fuerte músculo en innovación y distribución.
Sinergias y efectos en el mercado
La prima del 33% pagada sobre el valor medio de JDE Peet’s en los últimos tres meses demuestra la apuesta de KDP por el sector cafetero. Además, esperan 400 millones de dólares en sinergias operativas en tres años, lo que permitirá ganar eficiencia en producción y distribución. En la práctica, esta integración podría abaratar costes y mejorar la rentabilidad por acción desde el corto plazo.
Para el consumidor español, el impacto más inmediato será ver cómo marcas familiares como Marcilla o Saimaza pasan a formar parte de un conglomerado global con capacidad de marcar tendencias en precios, formatos y productos. Expertos señalan que, con esta escala, es previsible una mayor inversión en cápsulas, café premium y sostenibilidad, áreas clave en las preferencias actuales.