En Noruega han logrado calentar hogares largos inviernos de forma eficiente y barata gracias a la bomba de calor, que traslada calor del aire, del agua o del subsuelo al interior con un consumo eléctrico muy contenido. La IEA resume la clave técnica: un COP típico ≈4 implica que por cada kWh eléctrico se entregan ≈4 kWh térmicos, muy por encima de radiadores eléctricos o calderas convencionales. En climas fríos el rendimiento baja, pero sigue siendo competitivo si el equipo está bien dimensionado e instalado.
El liderazgo nórdico es cuantificable. Noruega encabeza Europa con más de 600 bombas de calor por cada 1.000 viviendas (estimaciones recientes sitúan la cifra en 604–632/1.000), muy por delante de la media europea. Esa masificación no fue casual: tras la crisis del petróleo de los 70, el país encadenó impuestos al gasóleo de calefacción, electricidad hidroeléctrica barata y subvenciones, y acabó prohibiendo las calderas de fuel en 2020 para empujar la transición.
De la anécdota al modelo
El resultado práctico se ve en consumos reales. Como contaba Reasons to Be Cheerful según recoge Europa Press, una rehabilitación típica en Oslo (aislamiento + ventilación con recuperación de calor + bomba de calor) redujo el uso anual de 35.000 a 8.500 kWh, menos de una cuarta parte, ilustrando que el ahorro depende tanto del equipo como de la envolvente del edificio. Por eso, el "truco nórdico" no es solo la máquina: es sistema + vivienda.
¿Se puede aplicar en España? En buena parte del país ya lo hacemos: muchos aires acondicionados split son bombas de calor aire-aire reversibles; basta activar el modo "heat/calor" para calefactar con un rendimiento estacional SCOP muy superior al de estufas eléctricas. El IDAE dispone de guías técnicas que explican rendimientos, selección de equipos y buenas prácticas de uso y mantenimiento para climatización por bomba de calor.
Dónde encaja y cómo elegir
Dónde encaja mejor. Las aire-aire son ideales para pisos pequeños o medianos y climas de invierno templado (gran parte de la península y litoral), mientras que las aire-agua o geotérmicas brillan en viviendas unifamiliares con radiadores de baja temperatura o suelo radiante. Con un COP 3–4 realista, el ahorro frente a resistencias eléctricas supera el 60%, especialmente si se acompaña de aislamiento, control a 20–21 °C y cierres de infiltraciones.
Para replicar el modelo noruego sin obras, aprovecha tu split en modo calor, programa temperaturas moderadas y revisa filtros y mantenimiento; si vas a renovar sistema, consulta las guías del IDAE y pide cálculo térmico y SCOP certificados. El salto a bombas de calor —empezando por la versión "doméstica" que muchos ya tenemos— recorta factura y emisiones hoy, y prepara el edificio para medidas más profundas mañana.