Por muy idealizada que esté gracias a las películas, Nueva York es una ciudad que desde hace años está invadida por ratas. La presencia de estos roedores en las calles y el metro es el pan de cada día para los residentes de la mítica urbe y, lo peor de todo, es que en los últimos tiempos se está comprobando que cada vez es más difícil hacerles frente. No solo eso, si no que otras grandes ciudades del planeta están viendo un aumento de ratas importante. ¿Podrían llegar también de forma masiva a ciudades españolas? ¿Por qué está ocurriendo esta invasión roedora?
La invasión de ratas en Nueva York afecta también a otras ciudades, aunque en España todavía hay un buen control
Juan Carlos Santiago, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas y Sanidad Ambiental (ANECPSA), comentaba recientemente para El Confidencial lo siguiente: "Hay que dejar claro que en España en general la situación con las ratas es buena, hay un control exhaustivo de las zonas públicas". Aunque el experto en control de plagas advertía: "Es cierto que los animales cada vez son más resistentes a los raticidas y hay problemas para encontrar productos que funcionen".
Y esto último, en parte, es el principal problema contra el que se están enfrentando en Nueva York en los últimos meses. "También hay que tener en cuenta el asunto de los controles medioambientales y el uso indiscriminado de estas soluciones. Todo eso hace que los roedores puedan ir generando resistencias", explica Santiago.
Nueva York lleva ya invertidos más de 5 millones de dólares en un plan para acabar con las ratas. Ya el pasado mes de mayo el medio Fortune anunciaba que el alcalde Eric Adams estaba convocando una cumbre nacional de cara al próximo mes de septiembre para abordar el problema. El evento promete reunir a expertos y líderes de todo el país para "comprender mejor a las ratas urbanas y cómo gestionar sus poblaciones".
Las plagas de ratas son un asunto que lleva dando quebraderos de cabeza a Nueva York desde hace mucho tiempo. La infestación de estos roedores comenzó a desarrollarse alrededor del siglo XVIII cuando las ratas noruegas, también conocidas como ratas de alcantarilla, llegaron de Europa, y desde entonces el asunto no ha hecho más que complicarse.
Según una estimación realizada en 2023 por la empresa de control de plagas MMPC, existen hasta 3 millones de ratas en Nueva York, lo que equivale a 1 millón más de lo estudiado en 2020. Desde la pandemia de COVID, el problema se ha agravado fuertemente, en especial debido a la mala gestión de la basura y la enorme cantidad de desechos que produce su ciudadanía.
"Todos los que alguna vez han estado en Nueva York conocen su vibrante atmósfera. Pero además de Time Square, Central Park y la Estatua de la Libertad, Nueva York es famosa por la abundancia de basura en las calles", comentó Nicole Carpenter, presidenta de Black Pest Prevention a Fortune. "Estos desechos, que a menudo se dejan en bolsas de plástico en las calles, proporcionan amplias fuentes de alimento para las ratas, lo que lleva a su rápida proliferación".
Para combatir esta invasión, en la ciudad de Nueva York se están poniendo en práctica nuevos métodos que mejoran la gestión de residuos, incluyendo camiones de basura automatizados y una estrategia mejorada de "contenedorización" que determina mejor el tipo y tamaño de los contenedores necesarios para los distintos edificios de la ciudad. Por otro lado, Nueva York también está considerando la esterilización de las ratas. "Deshacerse de las ratas en la ciudad implica otras medidas como el uso de raticidas y trampas", aseguró Carpenter.
Un problema que también está empezando a suceder en otras grandes ciudades el mundo
No solo Nueva York tiene este problema. Ciudades de todo el mundo como Toronto, París, Londres o Roma están dando la voz de alarma acerca del aumento de ratas. La capital francesa, por ejemplo, insiste en la gestión de la basura para evitar su descontrol. En España, por suerte, la situación parece bastante menos preocupante, aunque ciudades grandes como Barcelona son las que muestran más indicios de roedores.
En nuestra capital, Madrid, el número de actuaciones de control sobre las ratas ha ido creciendo en los últimos años. En 2018 estos no llegaban a los 1.600, pero en el último dato ofrecido superan los 3.000. El mayor problema radica, tal y como han comprobado los expertos, en que muchas de las ratas comunes han desarrollado resistencia a los raticidas anticoagulantes -los venenos más comunes-, sufriendo mutaciones en alguna secuencia de su gen Vkorc1 que les confiere resistencia.
Por lo tanto, el veneno no solo deja de ser efectivo, sino que además plantea un problema medioambiental, puesto que se está viendo que ciertos depredadores de ratas pueden acabar envenenándose de los raticidas antes que los propios roedores, lo que podría poner en grave riesgo a especies en peligro de extinción, como el lince ibérico, el turón patinegro americano o el zorro gris y el lobo rojo.