Con el furor de las nuevas tecnologías también se ha extendido el debate de la ciberseguridad y de la necesidad de tomar precauciones con las cámaras y los micrófonos de nuestros dispositivos que pueden ser un suculento punto de ataque para muchos desalmados en la red que puede querer obtener imágenes o audios comprometidos para nuestras personas.
El problema, tal y como cuentan en Omicrono, es que la posibilidad de espiarnos ya no sólo radica en tomar el control de nuestra webcam sino que ahora, gracias a la minaturización de la tecnología, son muchos los dispositivos que nos pueden grabar sin que nos demos cuenta.
Uno de los que más están triunfando en diversas webs de venta online como Amazon son los cargadores USB que incorporan una cámara oculta que puede grabar vídeos de hasta 1080p y 30 FPS por un precio que ronda los 21 dólares.
Estos dispositivos funcionan tal y como lo haría un calgador normal pero con el añadido de poseer una cámara que puede grabarnos en todo momento y que, pese a que está diseñada para utilizar como una cámara de seguridad en nuestro hogar, también puede usarse para fines más problemáticos como el espionaje.
Eso sí, por el momento estos cargadores no emiten el vídeo a través de ninguna señal de internet y directamente lo almacenan en unas pequeñas tarjetas micro SD en el interior del cargador por lo que el "espía" solo podría tener nuestras imágenes si le devolvemos el cargador en cuestión aunque no es de extrañar que en un futuro no muy lejano encontremos dispositivos de este tipo que retransmitan directamente las grabaciones en la red.
