A principios de este 2018 nos encontramos con Spectre, uno de los mayores agujeros de seguridad de la historia de la informática que afectaba a la mayoría de los procesadores del mercado.
Para solucionarlo, los fabricantes de procesadores actualizaron su firmware a la par que sistemas operativos como Windows se parcheaban para corregir, vía software, esta vulnerabilidad, protegiendo a nuestros equipos.
El problema es que, meses más tarde, se descubrió una nueva variante de Spectre, Spectre Variant 2, que también se parcheó vía software siguiendo el mismo método pero, en esta ocasión encontrándose con un problema inesperado, un alto uso del procesador en Windows 7 y 8.1 que podía afectar al rendimiento del mismo, subiendo las temperaturas y aumentando el ruido de nuestro equipo al querer refrigerarse.
Por suerte, desde hace unas horas Microsoft ha lanzado una nueva actualización para Windows 7 y 8.1 que debería de corregir este problema amén de mejorar la estabilidad del sistema, por lo que es altamente recomendable tener el sistema operativo en su última versión.
Además, con esta actualización también se ha mejorado la seguridad de Windows App Platform, Frameworks, Graphics, Internet Explorer, Wireless Networking, Kernel y Server.
