Quizás alguien puede pensar que Creative Assembly ha decidido llevar a la serie de estrategia Total War a China con Total War: Three Kingdoms porque se le acaban los periodos históricos con la enjundia suficiente, o que lo han hecho para intentar atraer a los millones del país asiático, pero la verdad es que, sea cual sea la razón, el paso de la acción a otro continente no es un simple cambio de escenario y el uso de nombres con los que estamos poco acostumbrados. Por el contrario, implica un cambio de filosofía en la serie con la adaptación de algunos conceptos de la cultura china que el estudio ha incluido en una jugabilidad muy conocida para los aficionados a los juegos de estrategia.
Gameplay comentado
Al empezar a jugar la campaña se podrá elegir entre el modo Records (que se podría traducir como Crónicas) y que se trata de un Total War al uso, tal como se ha jugado siempre la serie, y Romance, en el que los personajes tienen potentes habilidades y resultan claves las relaciones que se establecen entre ellos. Es el resultado de fundir en la serie el Guanxi, un concepto chino que hace referencia a la importancia de los vínculos personajes en la relaciones de poder, las sociales y de negocios, la conexión establecida entre dos personas por la cual una apoya a la otra.
Las relaciones entre los héroes son una de las claves
Cada ejército puede tener hasta tres generales, cada uno con un máximo de seis unidades adscritas, y los que combaten codo con codo llegan a desarrollar una amistad fraternal, pero con algunas acciones del jugador pueden sentirse postergados o celosos de un compañero de facción y, si uno desarrolla desafecto hacia el líder es posible que abandone nuestras filas (y se lleve consigo las tropas que tenía asignadas) o incluso se vaya con el enemigo.
Estas relaciones pueden cambiar el rumbo de una batalla si, por ejemplo, muere en combate un general con el que otro estaba muy unido, es bastante probable que la ira que siente el segundo le infunda fuerzas para atacar con mucha más potencia. El juego va avisando sobre cómo evolucionan estas relaciones, si hay algún líder que no tiene asignada función y se siente dejado a un lado.
Cada uno de los líderes tiene unas habilidades especiales como arengar a las tropas y subir sus estadísticas o porque tenga un golpe especialmente potente para la pelea cuerpo a cuerpo, y algunos pueden convertirse en espías dentro de otras facciones y prosperar hasta ocupar puestos altos y llegar a iniciar una guerra civil.
Three Kingdoms es más personalista que nunca y esto lleva a momentos espectaculares durante las batallas gracias a los enfrentamientos en duelos de dos generales. En cualquier momento podemos retar a un líder enemigo, o recibir una propuesta de enfrentamiento directo y, mientras el resto de los ejércitos siguen combatiendo, las tropas que rodeen a los duelistas paran y miran la lucha, pero hay que saber qué generales son adecuados para este tipo de enfrentamientos. Con la experiencia, los héroes van subiendo de nivel y consiguen un punto que se puede utilizar para mejorar una habilidad o característica, aunque las opciones están limitadas por el tipo de personaje que sea.
Buena parte de los héroes se basa en personajes históricos de finales de la Dinastía Han tal como lo recogió Chen Sou en las Crónicas de los Tres Reinos en el s. III d.C. y a los que confirió un aire mucho más novelado y fantástico Luo Guanzhong en el s. XIV. El juego comienza cuando la Dinastía Han acaba de caer y el objetivo principal es conseguir la reunificación de China bajo el gobierno de nuestra facción. Para conseguirlo hay que crear una facción e ir subiendo en ella escalando a loes puestos más altos hasta el momento en que nos podamos proclamar emperador, pero es probable que el líder de alguna otra facción también se considere merecedor del puesto y habrá que luchar contra él.
Un asentamiento en cada región
Junto a los cambios mostrados en el modo Romance, el estudio ha reescrito la inteligencia artificial y cambiado el sistema de gestión. Ahora no hay provincias con distintos asentamientos, sino que cada región tiene una sola población y luego distintos recursos diseminados. De hecho, lo primero que hicimos fue derrotar a los insurgentes turbantes amarillos que dominaban una mina y hacernos con el control de esta, pero esto solo sirve para debilitar al asentamiento de esa provincia y están muy limitadas las opciones de construcción.
En cuestión de recursos, serán básicos la comida para mantener a la población tranquila y los suministros militares. Estos últimos se van reponiendo automáticamente si estamos en territorio amigo que produzca excedentes, pero cuando las tropas salen de las fronteras empiezan a disminuir los suministros y esto puede llegar a mermar los ejércitos y bajar tanto su moral como para que se produzcan deserciones. Claro que siempre podemos volver a terreno propio, recurrir a alguna de las opciones diplomáticas y negociar o pedir a un aliado nuevos suministros, ya que la diplomacia y el comercio se han reforzado y ahora se pueden plantear muchas más opciones y negociar con comida, dinero o armas.
Hay once facciones entre las que elegir. En la partida que empezamos sólo podíamos jugar con la de Liu Bei, joven de clase humilde -aunque descendiente de un emperador Han- investido de todas las virtudes que cabe pedirle a un héroe clásico: humilde, un ser humano benévolo y brillante político y líder adorado por las multitudes. Esto se traduce en que empieza sin un emplazamiento propio, pero se hace con facilidad con territorios de los Han y consigue aliarse antes con otros bandos.
Como también es muy amigo de sus amigos, su fuerza reside en la unión que tenga con sus compañeros de facción; empezando por los héroes que le acompañan inicialmente: Zhang Fei, cuyo aullido puede poner en fuga a todo un regimiento y Guan Yu, que con su ataque cuerpo a cuerpo "Dios de la Guerra" puede matar a un adversario de un solo golpe en un duelo.
Puntos de extracción en las emboscadas
Otra de las novedades de Three Kingdoms, aplicable en este caso a las batallas, se refiere a las emboscadas, que ahora no hay que disputar hasta conseguir la victoria o ser derrotado, sino que hay un punto de extracción y, si llegan hasta él los héroes se puede superar la fase e incluso conseguir salvar a las unidades que lleguen hasta ese punto, si vemos que la situación no pinta bien para un enfrentamiento total.
Visualmente el juego ha ganado, quizás no tanto en calidad gráfica (aunque el ciclo día y noche y distintas situaciones metereológicas quedan realmente bien) como en estilo artístico.
La interfaz es ahora mucho más bonita,aunque también da la sensación de ser más difícil entender cómo funcionan algunos menús . Los personajes aparecen en pantalla con frecuencia e incluso dialogan en las pantallas de carga o durante el combate, y los menús de cada personaje son dinámicos y con una cantidad ingente de información que aparece en forma de pantallas emergentes al situar el cursor sobre el icono del que queremos saber más. Hay numerosos detalles, como distintas poses de los personajes, que dan encanto a los menús y logran que el juego luzca menos austero y más elegante.
Cada primavera (o, lo que es lo mismo, cada cinco turnos) se puede establecer una norma que desbloquea nuevos edificios, unidades o bonus, y esto se plasma en la forma de un árbol con un claro aire artístico oriental que va perfilándose y floreciendo según avanzamos por sus ramas.
No hemos podido probar el modo de juego similar a lo ya visto en juegos anteriores de la serie, pero esta arriesgada apuesta con Romance es un reto para el estudio y los jugadores, que deben aprender a manejar las complejidades de estos personajes con deseos y anhelos que reescriben las normas del juego. La nueva interfaz y las ventanas explicativas emergentes consiguen que el juego sea más bonito y la información esté visible de un vistazo, pero esto se contrarresta con la increíble cantidad de opciones que hay que tener en cuenta para aprovechar el juego al máximo y algunos menús un poco opacos. Nos dio la sensación de que le faltan algunos puentes para conectar con el jugador, y que este no se sienta perdido o intimidado por lograr descifrar todas las características que el estudio ha incluido.
Total War: Three Kingdoms se pondrá a la venta el 7 de marzo.
Estas impresiones se han escrito tras un viaje a Londres organizador por Koch Media para asistir a una presentación a cargo de Creative Assembly y probar durante más de dos horas el juego.
