Análisis de Kyn (PC)

Los amantes del rol más tradicional y clásico estamos presenciando en el último año un espectacular resurgir del género que casi podríamos describir como "sorprendente". No solo por el hecho de que haya compañías que se hayan atrevido con proyectos de este estilo (eso sí, financiándolos a través de crowdfunding en su mayoría), sino por la enorme calidad que desprenden los títulos que se están lanzando.

Si irnos más lejos, en menos de un año se han llegado a poner a la venta Divinity: Original Sin y Pillars of Eternity, dos auténticos juegazos que no solo han rescatado un género olvidado y que muchos ya dábamos por perdido, sino que le han devuelto gran parte de su esplendor, transportándonos a una época mágica en la que juegos como Baldur's Gate conseguían que el concepto del tiempo se distorsionara y nos impidiera percibir el paso de las horas frente a nuestro monitor.

Lo mejor de todo es que ya hay varios títulos en el horizonte muy prometedores, como Torment: Tides of Numenera. En mitad de todo esto nos llega ahora Kyn, un juego independiente que si bien sigue un camino distinto, sí que toma prestado muchos elementos del género para crear algo más centrado en los combates tácticos por los que siempre se han caracterizado esta clase de títulos. ¿El resultado? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.

Salvando el mundo una vez más

Para que entendáis rápidamente el tipo de juego que es Kyn, decir que estamos ante un título de rol con cámara aérea en el que controlaremos un grupo de hasta seis guerreros a los que podremos darle diferentes órdenes en combate para posicionales estratégicamente y así obtener la ventaja necesaria para derrotar a los enemigos que nos vayan saliendo al paso. Todo se desarrolla en tiempo real, aunque podemos ralentizar el tiempo para dar órdenes con algo más de calma.

El primer punto en el que falla estrepitosamente Kyn lo tenemos en su historia, su narrativa y sus personajes. Los diálogos no están demasiado bien escritos, son insustanciales y no consiguen captar nuestro interés, su argumento nos volverá a llevar a salvar un mundo medieval con inspiraciones nórdicas por enésima vez sin poner de por medio una trama apasionante que nos anime a continuar y sus personajes son demasiado planos y tópicos como para que lleguemos a conectar con mínimamente con ellos.

De este modo tenemos tres pilares básicos del género en los que Kyn fracasa, lo que nos deja únicamente con su sistema de combate y desarrollo para salvar los muebles. En cuanto a las batallas, nos encontramos con un sistema que intenta buscar un punto intermedio entre la acción frenética de Diablo y las luchas pausadas, metódicas y complejas de un Baldur's Gate, quedándose muy lejos de los dos extremos mencionados.

Como ya hemos dicho, tendremos que gestionar a seis personajes diferentes, aunque las posibilidades de cada uno de ellos están demasiado limitadas, ya que solo cuentan con dos habilidades activas (con su consecuente gasto de energía para utilizarlas) y una extra que solo podremos utilizar cuando recarguemos una barra especial. Si bien esto se acaba traduciendo en que tendremos un total de 18 habilidades para poner en práctica en cada combate, al final acabamos echando de menos algo más de versatilidad para cada uno de nuestros héroes (que por cierto, están predefinidos, así que no los podréis crear con un editor).

Al menos los combates consiguen entretener y a medida que avancemos nos daremos cuenta de que realmente es importante utilizar el escenario para ganar ventajas en ciertos enfrentamientos que de otro modo acabarían probablemente en un desastre. Nos ha llamado la atención que la habilidad para ralentizar el tiempo tiene una barra de uso limitada que se regenera en pocos segundos, pero que nos impedirá abusar de ella, obligándonos a estar muy despiertos y a dar órdenes rápidamente, ya que aquí no podremos pausar la acción todo lo que queramos y ponernos a planificar una estrategia con calma y detenimiento, lo que le da un toque de agilidad que le sienta muy bien.

Lo malo es que nuestros héroes no siempre responden todo lo bien que nos gustaría a las órdenes que les damos, lo que nos llevará a tener que realizar todo tipo de microgestiones para reconducirlos y que realmente hagan lo que queramos, ya que suelen escoger las rutas más peligrosas o complicadas, tienden a olvidarse de atacar (aunque la orden esté dada) y si no tienen cerca a un enemigo sentirán el impulso de volver a la posición en la que estaban antes de que comenzara el combate, aunque tengan a menos de dos metros a todos sus camaradas pegándose de tortas con una horda de temibles monstruos.

Como podéis suponer, esto consigue que a veces batallar se convierta en algo tedioso y que acabemos vaciando la barra para ralentizar el tiempo de forma artificial antes de que nos demos cuenta, aunque cuando deciden hacernos caso a la primera y llevar a la práctica la estrategia que hemos diseñado, el resultado suele ser bastante satisfactorio.

La IA enemiga tampoco es ninguna maravilla y la veremos realizando acciones sin demasiado sentido, dudando mucho a la hora de, por ejemplo, perseguir a uno de nuestros personajes (como si le costara encontrar la ruta para hacerlo) y olvidándose de cómo atacar durante unos breves instantes. Al menos tenemos que reconocer que nos han gustado algunas de sus reacciones, como que haya monstruos que se acobarden cuando les queda poca vida o que salgan espantados al acabar con su líder, aportando algo más de estrategia a los enfrentamientos.

En cuanto a su sistema para evolucionar y personalizar a nuestros héroes, este es bastante simple, pero nos da mucha libertad para definir el rol y las características de cada uno. Cada uno tiene tres estadísticas principales y a medida que vayamos subiendo de nivel podremos invertir puntos en ellas. Cada una de ellas nos dará ventajas adicionales, en forma de más vida o ataque, aunque también nos permitirán desbloquear nuevas habilidades en nuestros árboles de habilidades.

De entre todas las que tengamos desbloqueadas, solo podremos equiparnos dos y una especial por personaje, aunque nos dejarán cambiarlas siempre y cuando no estemos en combate. Destacar que esta última variará sus efectos dependiendo de la piedra que le queramos equipar. Evidentemente, tampoco faltan las habituales piezas de equipo con sus diferentes características, por lo que al final podremos tener seis guerreros totalmente diferentes y cada uno con su propio rol en el grupo, algo que se agradece. Lo que ya no nos ha gustado tanto ha sido la interfaz tan caótica de la que hacen gala sus menús, muy poco intuitiva e incómoda, por lo que nos llevará un rato hacernos a ella para saber en qué pestaña está lo que andamos buscando.

Su sistema de desarrollo nos ha chocado bastante, ya que no se trata de un juego en el que tengamos un enorme mundo para explorar a placer, tal y como en un principio podría parecer. En vez de eso, sus desarrolladores han optado por una aventura de corte lineal dividida en misiones. Las ciudades nos servirán como nuestro centro de operaciones, donde podremos hablar con sus habitantes, comerciar, aceptar misiones y partir rumbo a la siguiente "fase" de la historia.

Cada uno de los niveles tiene un camino muy predefinido y fácil de seguir, aunque para añadir algo de variedad nos dejarán cierto margen para explorar sus mapas, lo que nos permitirá descubrir útiles secretos, así como desafíos adicionales. Nos ha alegrado bastante comprobar que en Kyn no todo es combatir, ya que hay un buen número de puzles que aportan variedad y que nos harán fijarnos atentamente en el escenario para descubrir cómo resolverlos, ya que no tendremos más ayudas que las pistas (generalmente de carácter visual) que encontremos.

Llegar a sus títulos de crédito es una tarea que nos llevará entre 20 y 30 horas de juego, dependiendo de lo mucho que os queráis detener a explorar en cada misión, una duración que nos parece más que justa considerando su propuesta, ya que al final su desarrollo tan lineal y encorsetado acaba cansando.

A nivel gráfico se trata de un juego que está lejos de explotar la potencia de vuestros equipos y tanto el diseño como el modelado de los personajes nos ha parecido demasiado pobre y genérico. Ni siquiera hay criaturas que realmente llamen la atención o puedan desprender algo de carisma, lo que es una pena y le resta cierto interés y emoción a los enfrentamientos. Las pocas secuencias de vídeo que hay están muy mal llevadas y los efectos tampoco es que sean ninguna maravilla.

Eso sí, los escenarios tenemos que reconocer que nos han gustado bastante. Dentro de lo que caben son variados y cuentan con una buena dirección artística que sabe transportarnos muy bien a este mundo de fantasía. Por desgracia, hay algunas texturas sin demasiada resolución y el modelado de algunos elementos es ciertamente mejorable, aunque en general consiguen que la experiencia sea agradable a la vista.

Finalmente, decir que la banda sonora del juego ambienta muy bien todas nuestras aventuras, con temas de cierta calidad y con el añadido de alterar su instrumentación de forma dinámica para darle mayor intensidad a lo que escuchamos cuando combatimos. Los efectos cumplen sin más y nos ha sorprendido la total ausencia de doblaje, algo que no le habría venido mal, aunque viendo la profundidad y el carisma de sus personajes tampoco es que sea una pérdida demasiado grande. Eso sí, todos los textos del juego están en completo inglés (o alemán, si así lo preferís).

Conclusiones

Kyn es un juego modesto y con muchos puntos mejorables, empezando por todo lo referente con su narrativa, continuando con la torpeza con la que nuestros personajes responden a nuestras órdenes y terminando con su cuestionable diseño basado en misiones, que no termina de encajar dentro del juego en ningún momento. Sin embargo, se percibe el esfuerzo que sus desarrolladores han puesto para intentar hacer de él un buen juego, con algunas buenas ideas, un sistema de combate con un buen equilibrio entre estrategia y acción y un desarrollo en el que no todo es combatir. Por los 20 euros que cuesta, si os apetece una aventura de rol en la que combatir no sea solo hacer clics descontrolados y en la que darle algo de uso a vuestra materia gris, aquí quizás encontréis una propuesta que os interese.