Krisis, el peculiar cortometraje de David F. Amselem en el que un superhéroe va a terapia

Un aspecto que no ha sido tratado tradicionalmente por los superhéroes sacando todo el jugo que podría haber tenido es el de las crisis existenciales de estos. A pesar de que ha habido ejemplos notables conocidos por todos, como bien pueden ser, por poner un par de ejemplos, los recientes trabajos de Tom King o el Hulk de Peter David, sigue dando la sensación de que se está rascando únicamente la superficie.

A pesar de que algunas de las mejores aportaciones al medio han tratado, precisamente, de la deconstrucción del concepto de superhéroe, son ejercicios de suma complejidad que hacen que sea complicado llevarlo a la regularidad intrínseca al género. También porque es algo que choca frontalmente con lo que se le exige a un cómic de este tipo: peripecia, un personaje inspirador, que el bien gane… El hecho de emplear un conflicto interno en un medio visual siempre es algo que tiene una dificultad con la que hay que ir con cuidado.

Los superhéroes españoles (algo que, a priori, no podría ser más antagónico) es un subgénero que parece estar a punto de eclosionar. Ha habido esfuerzos de distinto calado tanto en cómic como en cine (siendo la adaptación de Superlópez y Orígenes Secretos los de mayor trascendencia para el gran público). Pero eso no quiere decir que no haya otro tipo de proyectos que hayan estado bajando bajo el radar y que merezcan tener visibilidad.

Krisis es un cortometraje en el que un superhéroe que, tal y como muestra la sugerente y metarreferencial apertura del corto, ha estado desempeñando su función hasta el punto en el que en no sabe distinguir entre el bien y el mal. Ante tal diatriba, acude a un psicoterapeuta para que le solucione sus conflictos.  

Póster del corto.

Este corto ha contado con el apoyo de Luxor Cinema, una empresa audiovisual ubicada en Barcelona especializada en la realización de instalaciones. Krisis es su primer proyecto de ficción y se nota que han hecho una apuesta clarísima por el cortometraje. Se deja notar en una cuidadísima estética y en unos valores de producción más que evidentes. Todo funciona en ese aspecto como debería.

El director Daniel F. Amselem toma el guion escrito entre él y Iván Humames y lo transforma en imágenes con acierto. Tiene un buen ritmo y un montaje clasicista y en el que se prioriza el que se entienda todo bien. También se puede decir lo mismo de una planificación en la que, tal vez, se echa en falta algo más de riesgo. Sin embargo, como carta de presentación resulta notable de cara a un público mayor.

Como no podía ser de otra manera cuando se habla de comedias de influencia estadounidense y de vocación internacionalista, se deja notar en su breve duración la influencia hebrea (no solo en el aspecto del protagonista, que recuera a Magneto, el superviviente de los campos de concentración por excelencia del medio). Sus creadores tienen esa ascendencia y es algo que sobrevuela constantemente el cortometraje: se emplean con ingenio algunos de sus tropos.

La premisa es algo, a todas luces, inusual que pretende aunar cuestiones que, a priori, no deberían funcionar. Salvando las distancias, este cortometraje es algo cercano a que Woody Allen (a quien homenajean en los créditos) optase por dirigir una comedia superheroica. Es un ejercicio formal que trata de coger las características más definitivas de un tipo de cine más contemplativo y de aspecto más denso con En cierto sentido, no deja de recordar a ese falso tráiler de un hipotético filme de Flash dirigido por Ingmar Bergman:

Las mayores críticas que se le pueden achacar a esta obra es que algunos chistes se podrían haber perfilado o pulido, algunas referencias pecan de ser demasiado evidentes y que ha habido una gran ambición que no termina de desarrollarse del todo, resultando una pieza que no termina de ahondar del todo en lo que aquí se presenta. Aun así, las intenciones de alejarse de los caminos narrativos comunes y las ganas de lanzar un producto diferente son loables.

El mayor peso interpretativo lo soportan con soltura Octavi Pujades y Joaquín Daniel. A pesar de que son papeles poco usuales en el cine producido en España, ambos logran defenderlos con gran acierto. Pujades logra transmitir la confusión por la que está pasando este héroe y Daniel saca a relucir sus habilidades cómicas.

No voy a decir nada de Pagliaci. Prometido.

Este proyecto ha dado pie a la publicación de un cómic, que expandirá y satisfará a aquellos que se han quedado con ganas de más. Y, además, también han permitido a sus creadores cocinar una serie de futuro estreno. Que un cortometraje de estas características, que buscaba contentar a un público muy nicho, haya encontrado su lugar, debería ser algo motivador para todos aquellos que aspiren a crear.

Krisis es una pieza que está teniendo cierta repercusión en Estados Unidos mientras que, en España, lugar en el que se ha creado, no está teniendo una comparable repercusión. Eso hace que uno se vuelva a cuestionar y a ver unos cuantos puntos de mejoría hacia ciertos mecanismos, funcionamiento y recepción de la cultura dentro de estas fronteras.

A continuación, podéis disfrutar de su cortometraje, que está disponible de forma gratuita en su página web: