Yo, Mentiroso, Antonio Altarriba y Keko cierran la trilogía del ego

España es un país raro. Aunque el aperturismo y la globalización haya supuesto que ha habido cierta influencia internacional, se ha conservado una serie de particularidades que diferencian esta peculiar idiosioncrasia. Es difícil encapsular qué tres cosas son aquellas que la representan. La trilogía del ego lo ha intentado, pasándolo por un filtro inequívocamente personal.

Este mes llega a las librerías el cierre con Yo, Mentiroso. Se trata de un cierre muy esperado, a juzgar la calidad indiscutible de las dos entregas anteriores. Llegar a la conclusión de algo siempre es difícil y lo es particularmente cuando se viene de dos obras de un nivel altísimo. Y esta obra, sin el menor atisbo de duda, cumple con creces todos y cada uno de los objetivos que se propone.

Yo, Mentiroso cuenta el ascenso y caída de Adrián Cuadrado, un asesor político en pleno crecimiento profesional. Pero tendrá que hacer frente a multitud de casos de corrupción del partido, mientras que aparece cierto asesino  esteta que comienza a matar a miembros del grupo y a hacer perfomances artísticas con los cuerpos.  Todo ello mientras intenta esquivar (o usar a su favor) las maquinaciones que se hacen desde arriba e intenta que su familia no se desmorone del todo. Y, por supuesto, la mentira (o, dicho de otro modo, el relato) es su arma más útil para afrontarlo todo. 

Portada del tomo de Norma Editorial.

Antonio Altarriba es un narrador de primera.  Tiene una mirada de lo más afilada y profunda. Maneja una cantidad impresionante de referentes y logra comunicar sus ideas con todos los matices necesarios y con una minuciosidad inabarcable en los tres trabajos.

Pero más allá de las referencias y la documentación, sus guiones siempre logran contar una historia con mucha diligencia. Su trabajo como guionista se nota que ya tiene mucho recorrido al llegar a Yo, Mentiroso. Y es que lo que se propone aquí es una tarea muy ardua: contar la historia de los sucesos políticos de España entre 2016 y 2019, mientras intenta redondear y cohesionar el universo creado en las anteriores partes de la trilogía. Todo ello en clave de thriller psicológico mientras que lanza reflexiones incómodas alrededor de la mentira. Ha tenido que conjugar multitud de cosas y ha logrado hacerlo de la forma más inspirada posible.

Huye de los caminos fáciles y siempre logra ir más allá con una serie de ideas radicales. Sus aportaciones van más lejos de lo que nadie se ha atrevido, sin que lo haga desde el paternalismo ni la pretenciosidad que puede presentar un manifiesto.  Se podría hablar de la ejemplar construcción de la trama y de la manera en la que se conecta todo hasta llegar a un clímax impactante, pero la intencionalidad de esta obra parece querer ir más allá de contar una buena historia de forma interesante.

Por si fuera poco, hay que tener en cuenta de que este tomo es una despedida, pero que tiene que tener su propia autonomía y se rige en base a sus propias características narrativas y formales. Evidentemente, para sorpresa de nadie, todo funciona como debería. Durante buena parte de la historia, lo que se ha desarrollado es un thriller político/conspiraonioco en el que se pone en cuestión constantemente la validez de la verdad y de la existencia de la pureza a día de hoy. Si es que todavía queda algo de eso que sea público…

Yo, Mentiroso es el cierre de muchas cosas. En la misma trama integra la caída de un imperio para el establecimiento de otro distinto (aunque también señala que es más parecido de lo que quieren hacerlo parecer). Es el fin de una etapa de desarrollo que se ha prolongado más de un lustro. Que además coincide en el mundo real con un inesperado punto de inflexión pandémico. Eso quiere decir que los estratos sociales que esta saga ha retratado están más presentes en las vidas de todos que nunca.

El escritor zaragozano exorciza y extrapola sus fobias y filias más oscuras y convertirlas en una guía para entender estos tiempos convulsos. Y Yo, Mentiroso pone el cierre de una forma muy implicada y en el que la crítica al sistema se hace más patente. Por mucho que sea crudo lo que cuenta, se nota que es un trabajo del que se ha disfrutado mucho haciéndolo. Una lectura tan sádica, tristemente humana y ácida como cabría esperar.

Keko haciendo un uso del color rozando lo subliminal.

Keko es capaz generar una atmosfera continuista con lo visto en los anteriores trabajos, a la vez que consigue ser capaz de establecer nuevos ambientes. Hay más blancos que negros, al tratarse de algo más diurno que los libros anteriores, y el uso del color sigue siendo magistral. El verde es empleado de un modo simbólico y es el color que reina este título. Su estilo tenebrista, caricaturesco y tosco alimenta el tono grave del tomo. Es un dibujante muy completo que mantiene una linealidad estilística muy alta. No había otro artista más adecuado para este trabajo y se luce con su obra más ambicioso, con un estilo que recuerda al mejor Breccia.

El tomo de Norma Editorial tiene un mismo formato que los tomos anteriores e incluye las biografías breves de los autores.

Yo, Mentiroso zanja la trilogía del ego (Yo, Asesino y Yo, Loco. Complementada por El Perdón y la Furia). Un tríptico que perfora en la psique de una sociedad narcisista dominada por la violencia, la locura y la mentira. Una obra maestra que será de obligatoria presentación para explicar dónde transita el mundo contemporáneo.

Título: Yo, Mentiroso
Guion: Antonio Altarriba
Dibujo y color: Keko
Edición Original: Norma editorial
Formato: Tomo cartoné de 164 páginas a color
Precio: 19,90€