“Subterráneos” el cómic de ciencia ficción de Romain Baudy que nos recuerda que la unión hace la fuerza

La historia de la minería en nuestro país está plagada de accidentes, huelgas y protestas por parte de los mineros en busca de unas mejores condiciones laborales. Desde la aparición de los sindicatos en el siglo XIX, tal y como los conocemos en la actualidad, no sólo en nuestro país sino en toda Europa, los obreros se unieron al darse cuenta que contra situaciones abusivas por parte de sus jefes no había mayor fuerza que hacer frente común. Y, tal y como ocurrió en la minería española, también en la francesa ocurrió lo mismo. Y en ese contexto aparece Subterráneos un cómic de ciencia ficción y aventuras protagonizado por unos mineros con muy mala suerte.

Roman Baudy, autor de esta obra, hace una mezcla muy interesante entre las reivindicaciones laborales de unos mineros, una aventura al más puro estilo Julio Verne y elementos steampunk que en ningún momento desentonan con lo anterior. Y todo ello queda plasmado en un prólogo de cuatro páginas donde un minero encargado de los últimos caballos de arrastre escucha un fuerte ruido y termina encontrándose con un enorme ser que casi no cabe en la galería. En esas cuatro páginas ya aparecen todos los elementos que conforman la obra.

Tras ese potente prólogo, la primera parte del cómic parece retornar a una historia mucho más convencional. Conocemos el día a día de los mineros, tanto dentro como fuera de la mina, y la relación entre ellos y con sus respectivas familias. Además, a través de las conversaciones que estos tienen de camino al trabajo, y en especial en la taberna tras su horario laboral, Baudy expone la situación política y social de la población. Inicialmente los protagonistas son Henri y Lucien, dos cuñados que trabajan en la misma mina.

Mientras Henri forma parte activa del sindicato y es constante en su crítica a sus superiores, y su forma de gestionar la mina, Lucien tiene algo más de aguante. Esto se debe a que está casado con la hermana de Henri, y tiene una hija, para él no es fácil enfrentarse a quienes le pagan. Quiero algo mejor para su hija. Henri por su parte le permite su indecisión por amor y respeto a su hermana y su sobrina. Sin embargo, avisará en todo momento a su cuñado que los patronos están tramando algo, y es que ha visto las nuevas máquinas que estos están comprando para la mina. Y no duda que en breve serán reemplazados por éstas. Por lo que empezará a unir a sus compañeros para organizarse y luchar por sus derechos laborales.

Por su parte, y debido al miedo, Lucien decidirá presentarse voluntario junto a otros cinco compañeros, para probar las nuevas máquinas. Inicialmente éstas parecen ser una especie de vagonetas transportadoras, sin embargo, una vez en la mina y habiendo firmado un contrato de confidencialidad, Lucien descubrirá que lo que están comprando sus jefes son unos enormes robots que pueden sustituirlos a todos ellos sin problemas. Ya que con un ser metálico que no necesita comer ni descansar, ¿para qué iban a necesitarlos a ellos?

Pero por si esto no fuera poco, en un intento de eliminar al robot, Lucien utilizará un cartucho de dinamita que los llevará hasta una de las galerías más profundas de la mina. Protegidos por el robot, el equipo se verá envuelto en una guerra entre seres tiránicos de las profundidades y los enormes monstruos del prólogo. ¿Conseguirán volver a la superficie o perecerán sin poder avisar a sus compañeros de lo que están maquinando los dueños de la empresa?

Subterráneos es un cómic de ciento cuarenta y cuatro páginas. Mencionamos esto porque trata muchos temas en muy poco espacio y, sin embargo, Baudy crea el equilibrio perfecto entre ambas partes de la historia. Además, en el momento en que el grupo de mineros, y el robot, quedan atrapados en las profundidades de la mina, el autor no se olvida de la superficie. Todo lo que ha construido hasta el momento a nivel social y de historia en la superficie lo mantiene, sin perder efecto ni ritmo en lo que está ocurriendo en el subsuelo.

El apartado gráfico de Baudy es increíblemente detallado, con una mezcla perfectamente equilibrada entre un estilo de dibujo realista, con un toque cartoon (que puede observarse en especial en el tamaño de las narices de algunos de los protagonistas) y un perfecto dominio del color y el movimiento. Sus personajes humanos tienen diseños completamente diferentes entre sí, y son fácilmente reconocibles pese a ir vestidos muy parecido, ya que los protagonistas utilizan uniforme. Respecto a los fondos, Baudy no deja al azar nada en ellos, hasta el último detalle está perfilado. Las escenas de superficie tienen el fondo de página blanco, y predominan los tonos cálidos. Mientras en el subsuelo el fondo de página es negro y predominan los tonos fríos, tanto en el sistema de plantas que ha creado Baudy como en los seres que allí viven. Combina páginas con mucho texto, con otras de ilustración a página completa, además de páginas sin diálogo en la que la acción es trepidante.

Como ya hemos comentado, son ciento cuarenta y cuatro páginas que se hacen muy cortas por lo interesante que es en todo momento el argumento. Y es que Baudy no deja ninguna trama sin explicar. Desde la aparición de los seres del subsuelo, hasta el entramado de los mineros y sus familias, pasando por la aparición del robot y el desarrollo del mismo como personaje. El trabajo de síntesis es excepcional, una aventura de ciencia ficción con toques históricos y sociales muy relevantes.

Además, la edición de Ponent Mon con su tamaño álbum, hace que podamos disfrutar al máximo de las ilustraciones del autor. Una obra muy interesante y de calidad, que recomendamos para aquellos lectores que quieran salirse un poco de la norma y disfrutar de una historia digna de los mundos creados en su momento por Julio Verne, con un apartado gráfico espectacular, en un tomo único que es una delicia.

Título: Subterráneos
Guion, dibujo y color: Romain Baudy
Edición Nacional: Ponent Mon
Edición Original: Casterman
Formato: Cartoné, 144 páginas
Precio: 32,00€