Rosemary Valero-O’Connell presenta “No te vayas sin mí” su primer cómic en solitario dedicado al amor y la memoria

Si os suena el nombre de Rosemary Valero-O’Connell es muy probablemente porque hayáis leído, o escuchado algo sobre, Laura Dean me ha vuelto a dejar (La Cúpula, 2019) la obra premiada con tres galardones en los premios Eisner 2020. Pero esta autora lleva recogiendo premios desde mucho antes, y es que la carrera de Valero-O’Connell está más que reconocida a nivel internacional. Y poco a poco en nuestro país empezamos a poder disfrutar de sus obras en castellano.

No te vayas sin mí es una recopilación de tres historias cortas, dando nombre al volumen la primera de ellas. En ella se presenta a una joven que parece haber perdido a su novia en una realidad paralela. Todo empieza cuando escucha que, en teoría, si cierras los ojos en la parte alta de la escalera de la calle Cereza, al abrirlos estás en otro mundo. Al abrirlos no encontrará a Almendra, su novia, por ningún lado y deberá adentrarse en ese extraño mundo para encontrarla. Para ello irá ofreciendo información sobre Al a los extraños seres que habitan esa tierra sin darse cuenta que al hacerlo está olvidando esos fragmentos de memoria, ¿conseguirá encontrarla antes de olvidarla?

La segunda historia, Lo que queda ya se había publicado en su momento por separado. E incluso recibió una nominación en los premios Eisner 2017. En ella la protagonista es Isla, una biomecánica que viajaba junto a un número indefinido de personas en una nave que se dirigía a una pequeña luna. Dicha nave no funcionaba con los combustibles que conocemos, sino con un sistema que une a la nave con anfitriones humanos voluntarios. A través de una tecnología biomecánica, los donantes se unirán a la máquina a través de un sueño inducido. Y a través de sus memorias y conexiones neuronales se generará una energía inmensa que mantendrá en órbita y dirección a la nave.

Sin embargo, esa energía tan potente es también tremendamente inestable, e Isla será la única superviviente de una terrible explosión. Por suerte, se verá arrastrada a los recuerdos de una de las voluntarias que estaban conectadas en el momento de la explosión. Pero pasar tanto tiempo en dichos recuerdos hará que Isla empiece a plantearse preguntas sobre la huésped, a la que obviamente no puede preguntarle nada. ¿Qué será de Isla, sola en medio del eterno espacio?

Con temor, con ternura, además del título, son las dos actitudes con las que se enfrentan los personajes de la tercera historia ante el supuesto fin del mundo. En ésta encontramos una ciudad costera completamente definida en su cultura, creencias y día a día por la gigante que duerme en el mar junto a ellos. Hace tanto tiempo que la gigante no se mueve que se ha convertido en una reliquia que forma parte de la vida del pueblo. Cada parte de su cuerpo es venerado por unos, temido por otros, usado en algunos casos como puntos de encuentro, e incluso como refugio para marineros. Ya nadie recuerda desde cuando duerme la gigante en esa costa, lo que sí han llegado a descubrir es cuándo despertará. Y los días pasan, y la noche anterior al día más esperado llega. Despertando en todos los habitantes de la ciudad costera sentimientos de lo más variados. Unos creen que será implacable con la humanidad, otros que la protegerá de todo mal llegado el final… pero hasta que no llegue la mañana, sólo pueden desear y vivir Con temor, con ternura.

El apartado gráfico de Rosemary Valero-O’Connell es ligeramente diferente en cada historia, pero siempre igual de sinuoso, ondulado y detallista. Predominan, con mucho, las figuras femeninas (no sólo en el protagonismo) y los diseños basados en elementos naturales como flores y animales. Imprescindible mencionar el dominio del color en esta obra. Así como ya comentamos en su momento, en la reseña de Laura Dean me ha vuelto a dejar, el dominio del color de Valero-O’Connell es increíble. Más, teniendo en cuenta que en esa obra utilizó únicamente el color rosa/salmón, el negro y el gris.

En este caso utiliza una cuatricromía (morado, rosa/salmón, aguamarina y negro) con la que no sólo diferencia cada historia, sino que además dentro de las mismas juega a separar realidades, memorias y posibilidades a través del color. Por no hablar de la espectacular portada, donde no sólo une todas estas tonalidades, eliminando el color frío y añadiendo un amarillo que conjuga perfectamente con el dorado de los elementos que se reflejan tras el cristal. Así como con su nombre. Los elementos dorados no pueden apreciarse en la versión digital de la portada. Salvo el reflejo en los asientos, el resto de amarillos que se ven son dorados en la versión impresa.

No te vayas sin mí es una obra con muchas capas de lectura que, además, ofrece distintas interpretaciones de sus tres historias. Las tres pueden entenderse de forma lineal y directa. Aunque todas tienen un principio indefinido en cuanto a localización y tiempo, Valero-O’Connell es capaz, en dos páginas, de sumergir a los lectores en los complejos mundos que ha creado. Porque en todas ellas lo importante son los sentimientos de sus personajes.

Personajes no normativos que viven unas situaciones que pueden parecer completamente ajenas a nosotros por sus circunstancias pero que, sin embargo, obligan a las protagonistas a tener reacciones de lo más humanas.  Y la autora consigue hacernos empatizar con todas y cada una de ellas. Además de incluir distintos guiños a la cultura española, ya que creció en Zaragoza, Valero-O’Connell se recrea con sus personajes en la huella que estos dejan, o no, en las personas con las que comparten parte de su vida.

Volviendo a las distintas interpretaciones de cada historia, No te vayas sin mí es el ejemplo perfecto de cómo funciona todo el volumen. Puede leerse como si sólo se tratara de un viaje fantástico, en un intento de rescatar a alguien que se ha perdido. Pero, a través del título y otros detalles, podemos entender también que se trata de un viaje personal a través del duelo. Al igual que ocurre con esto, hay distintas capas de lectura e interpretación en las tres historias. Por lo que No te vayas sin mí mejora con cada relectura. Algo muy difícil de conseguir, teniendo en cuenta lo cortas que son las historias.

Astiberri utiliza, como siempre, un papel de gran calidad para la edición de esta obra. Además de incluir los dorados de la portada. Muy interesante también el trabajo de traducción de Diego García Cruz y la decisión de señalar los textos que originalmente eran en castellano, y que aquí se mantienen tal cual. No te vayas sin mí de Rosemary Valero-O’Connell es una increíble obra de ficción que muestra lo más profundo y real del ser humano. Con un guion, un apartado gráfico increíble y una narrativa que sólo nos hace desear que la autora siga escribiendo y dibujando.