Finaliza la publicación de “Ao no flag” el manga de Kaito sobre la amistad, el amor y el descubrimiento personal en forma de triángulo amoroso.

Si hay algo que se repite hasta la saciedad en innumerables obras, ya sean libros, películas, series o cómics, es la estructura del triángulo amoroso. Y cómo este empieza, se desarrolla y termina con dos miembros del triángulo juntos, con todos los miembros separados o cualquier otra variante. Sin embargo, lo que no tantas veces hemos visto en mangas cuyo centro es un triángulo amoroso, es un desarrollo ecuánime de los tres protagonistas y una representación variada y detallada del micro-cosmos alrededor de estos. Y eso es lo que encontramos en Ao no flag de Kaito.

Obviamente, aunque el título de esta reseña haga referencia al final de la publicación de esta serie, esta reseña no contendrá spoilers, pero sí un análisis de aquellas cosas que hacen de Ao no flag una serie muy interesante dentro de su género. Este manga tiene un inicio muy claro y sencillo: Taichi Ichinose, Touma Mita y Futaba Kuze son tres alumnos de un instituto que ese año, por causas del destino, terminarán en la misma clase. Taichi y Touma se conocen desde que eran niños, el primero es un chico discreto, bastante callado, bajito y de pelo oscuro con un grupo de amigos de lo más llamativo. Por el contrario, Touma es el ídolo del instituto, fornido, atlético, súper extrovertido, lleva a todas las chicas de calle y sin embargo es un sol con todo el mundo. Taichi no tiene muy claro por qué siguen siendo amigos, cuando en la actualidad no tienen nada en común. Por último, Futaba, una chica muy tímida que se presenta ante Taichi como una de las tantas admiradoras de su amigo y que, de una forma algo extraña, termina haciéndose amiga de éste para que le ayude a conquistar a Touma. Algo que Taichi acepta a regañadientes, y que termina dándose la vuelta cuando se da cuenta que a él le gusta Futaba.

Lo que podría ser un triángulo sencillo: a Taichi le gusta Fustaba, a Futaba le gusta Touma, y a saber con cuál de todas las chicas que tiene alrededor Touma está él… se complica cuando el lector, desde casi el primer momento, se entera que en realidad a Touma le gusta Taichi. Desde siempre. Pero, obviamente, y como hemos comentado en varias reseñas sobre mangas que tratan temática queer como Sombras sobre Shimanami, por ejemplo, Touma no puede decir nada. A partir de ese momento entran en juego más personajes como los amigos de Taichi, cuyas personalidades y niveles educativos son muy dispares entre ellos; el grupo de fans “oficial” de Touma, encabezado por Mami Yagihara, una chica con las ideas muy claras y mucha perseverancia; o Itachi, la mejor amiga de Futaba que en seguida se percatará del secreto de Touma, pues ella tiene el mismo secreto respecto a su mejor amiga.

Kaito ha creado un micro-universo que no se reduce a los protagonistas, sino que gira en torno al instituto en el que estos se relacionan. Aunque el trío protagonista (además de Itachi) se verán fuera del mismo, y tendrán relación fuera de éste, todo el plantel de personajes se entrecruzará en el instituto. Y en él será donde ocurran los momentos más intensos e importantes de la obra, los que crearán los giros de guion que hacen que Ao no flag se desmarque en su género. Kaito no sólo desarrolla de forma coherente a todos los personajes, incluidos los secundarios, sino que los dota de situaciones que le permite explorar el descubrimiento y crecimiento personal por el que todo adolescente pasa.

Además, las relaciones entre personajes (dentro y fuera del triángulo protagonista) no se reducen a relaciones amorosas, sino que entra también en discusión qué es la amistad, en qué se diferencian un tipo de relaciones personales de otras, y especialmente qué espera la sociedad japonesa de sus jóvenes y cómo estos llegan, o no, a ese entendimiento a través del autodescubrimiento. Sin entrar en mayor especificación, para no destrozar el argumento a nadie, queremos recomendar la lectura de este manga haciendo especial hincapié no sólo en el apartado queer de la misma (representado por Touma y Itachi), sino también en las reacciones de todos los personajes ante distintos eventos ocurridos en el manga. Además de la crítica que hace Kaito a través de Mami Yagihara, un personaje diseñado desde el principio para ser odiado por el lector y que tiene una evolución y crítica excepcional. Mostrando los prejuicios no sólo de sus compañeros del instituto sino también del lector.

El apartado gráfico de Ao no flag es delicado, precioso y expresivo. Kaito no duda en combinar escenas cómicas en el día a día de los protagonistas, con escenas mucho más intensas y llenas de tensión donde avanza la trama y los protagonistas demuestran realmente la edad que tienen con sus reacciones. Aunque es un manga que se centra en las relaciones entre personajes, las escenas no están exentas de fondos, sin embargo, al pasar tanto tiempo en el instituto los mismos parecerán desaparecer ante las conversaciones entre personajes. Por lo que, lo más importante, es el diseño de personajes. Que no se repite en ningún momento, ni siquiera entre los secundarios, y son fácilmente reconocibles todos los personajes desde el principio.

La edición en castellano de Ivrea ha mantenido las portadas originales, y el sentido de lectura oriental, manteniendo lo máximo posible la fidelidad al original. Incluyendo incluso los extras al final de cada volumen, con información de los personajes y tiras cómicas fuera de la trama. Tal y como ocurrió en Japón, la serie ha finalizado en un total de ocho números.

Teniendo en cuenta que la trama central de Ao no flag es un triángulo amoroso, y recordando que no vamos a destripar el final a nadie, obviamente no todo el mundo quedará contento con el final del manga. Sin embargo, desde Sala de Peligro queremos recomendar su lectura por tratar temas muy importantes a través de personajes muy bien construidos y situaciones que podrían pasar en cualquier instituto del mundo. Algo que Kaito ha sabido transmitir a la perfección en esta obra.

Título: Ao no flag
Guion, dibujo y color: Kaito
Edición Nacional: Ivrea
Edición Original: Shueisha
Formato: Rústica con sobrecubiertas, 200 páginas
Precio: 8,50€