Negan Lives!, viejos rockeros nunca mueren

¿Qué es lo que hace que un villano sea un villano? Un antagonista es la fuerza opositora del protagonista, eso es evidentes. Pero desde un punto de vista moral en las mejores historias no está claro desde un punto de vista moral cuán alejado está el héroe del villano.

Siempre el protagonista es alguien que tiende hacia la virtud porque se da por hecho que el lector puede enfatizar más fácilmente con personajes eminentemente buenos. Cuando no es así, no son los caballeros de la blanca armadura quienes pueden dar respuestas. Son necesarios personajes que derrumben nuestro sistema de valores y de entender el mundo para poder repensar lo que se da por hecho.

Y esa es la figura que juega Negan en el panorama de Los Muertos Vivientes. El cabronazo (disculpad el lenguaje, pero el propio Negan no aceptaría una reseña sin una palabrota) que todo el mundo ama odiar. Sin embargo, más de uno, en unas circunstancias similares, se terminaría convirtiendo en él. No hay más que ver las noticias cada día para ver que hay unos cuantos psicópatas oportunistas. Algunos hasta ostentan cierto poder.

Imagen de la portada del número,

Si sucediese un apocalipsis como el que plantea Los Muertos Vivientes la moralidad pretérita no serviría para sobrevivir en ese contexto. Negan lo ha sabido y ha actuado en consecuencia. Demasiado en consecuencia, tal vez. Ha sido la figura más perturbadora (y también carismática) que ha tenido toda la serie. Y cuando el lector se despidió de él, era un personaje que había sufrido un arco de transformación. En su spin-off se dio a conocer sus motivaciones y se permitió entender mejor al personaje.

Parecía que estaba todo contado. De hecho, según cuenta el propio Robert Kirkman en el epílogo pensaban matarlo y fue Charlie Adlard quien le convenció de lo contrario. Con ello, el villano de la función no fue ejecutado en favor de una tortura mayor: seguir viviendo totalmente aislado y con el pesar de haberlo perdido todo y no tener nada por lo que seguir respirando.

Y todo quedó allí hasta la pandemia. Todo parecía indicar que había un plan para Negan gracias a esa pequeña posdata incluido en el texto de despedida del último número elaborado Kirkman. Pero no es así. El guionista confesó que este proyecto nace por una iniciativa que le llegó del editor que consistía que en la reaperura de las tiendas se lanzasen títulos potentes para motivar a la gente a comprar esos cómics. Y el retorno de Negan fue lo más atrayente que se le ocurrió.

 

Este número único sirve de anexo a Los Muertos Vivientes. En el mejor sentido. Es un número autocontenido ambientado tras el final que responde aclara el destino del Negan, tras un final cerrado emocionalmente, aunque también abierto a muchas posibilidades. Por tanto, no es una continuación directa si no una expansión. Tiene suficiente contenido para tenerlo en consideración y se puede leer de forma completamente independiente. De hecho, aunque no es lo más recomendable, pero un lector neófito puede entender esa historia.

El autor demuestra que sigue en forma y consigue contar una historia que engloba muchas cosas. Es un homenaje a todo lo que se representa el célebre personaje además de un posible relanzamiento hacían nuevos horizontes para un personaje que parecía agotado y que ahora ha demostrado que podría (que no quiere decir que deba hacerse) aguantar por sí mismo nuevas tramas.

Todo ello cabe en un único número que mantiene tono, forma. Pero al ser una historia corta, el ritmo es mucho mayor y eso hace que funcione perfectamente. Con Negan no puede haber algo particularmente pausado nunca. No es una estructura sorprendente: parte de la premisa de que alguien perturba su retiro espiritual y eso le lanza hacia nuevos horizontes, hace que recupere cierta chispa.

Eso no quiere decir que sea un cómic plácido, reflexivo ni agradable. Volver a ser quien era no significa algo precisamente positivo y eso se traduce en un conflicto externo que si es simple está resuelto de una forma muy efectiva y satisfactoria. Y, por supuesto, no exenta de violencia.

Contrapicado para Negan, como debe ser.

Las ilustraciones de Charlie Adlard no dan nada que no se haya visto ya en la serie madre. Y eso no es malo. Este producto es una continuación directa de Los Muertos Vivientes y debe mantener sus señas de identidad. Eso no quiere decir que su trazo no siga manteniendo un gran nivel y que no deje imágenes de una crudeza brutal. Además, es un gran narrador de cómics un tanto clasicista que logra crear viñetas impactantes. Su Negan tiene todo lo que tiene que tener: vulnerabilidad, peligrosidad e iconicidad. Ver otro número dibujado por alguien que se ha tirado tantos años metido en ese mundo y lo conoce tan al dedillo, siempre es un placer. Leer este Negan Lives! es como volver a casa.

Negan Lives! puede que sea nuestra despedida definitiva a un villano definitivo. Pero, desde luego, no sabe a ello en absoluto. Más bien parece una condensación de sus grandes éxitos y una celebración de uno de los ¿villanos? más imponentes que ha dado la cultura popular en lo  que se lleva de siglo.

Queda por esperar para ver hacia donde se conduce esta franquicia que, como uno de los caminantes del título, ha vuelto a la vida. En la nueva posdata, dan una pista que parece indicar que la protagonista del multipremiado videojuego de Telltale parece que hará su incursión en el mundo del cómic. El tiempo lo dirá.