Crossed, cuando el gore se vuelve aburrido

AVISO: Dado la naturaleza del cómic es imposible evitar mostrar algunas imágenes con contenido adulto tanto sexuales como sangrientas. Casi siempre a la vez. También de violencia animal.

Muchos lectores disfrutan del contenido “vacío”. Es normal por otro lado. Igual que en el cine o los videojuegos, en los cómics hay muchos trabajos hechos con simple objetivo da entretener sin más, sin pretensiones. Y por supuesto es normal disfrutar de ello, desconectar y dejarse llevar, en el caso que nos ocupa, por un río de sangre desmedida sin importar mucho a donde lleve.

En realidad no se puede decir que Crossed no tuviera pretensiones. En sus primeros números, Garth Ennis y Jacen Burrows, pretendían dar una vuelta de tuerca a los clichés de las historias apocalípticas. La frase “el mayor peligro somos nosotros mismos” tomaba aquí un significado que iba más allá con una infección/mutación/desastre inexplicable que desfrontalizaba a las víctimas convirtiéndolas en Cruzados. Estos cruzados son llamados así por la llaga en forma de cruz que les marca el rostro al infectarse pero  eso no lo más importante, el problema viene cuando todas esas personas pierden el control sobre sí mismas y dejan salir su instinto más bajo, más depravado, sin límite alguno. Y por supuesto hay un grupo de supervivientes tratando de sobrevivir.

Contado así tampoco parece para tanto. Son muchas las historias postapocalipticas en las que hay caníbales, o criminales, o zombies que se meriendan a la gente. Aquí Ennis quiso dejarse llevar, divertirse y se dedicó a dibujar lo primero que enturbiase su cabeza. ¿Un tipo que va pegando palizas a otros con la verga de un caballo? Por qué no. ¿Una pareja que son violados mientras ven como parten a su hija por la mitad? Splashpage, joder. ¿Un tipo que se pone la cara del novio de una tipa encima de la suya para torturarla? Algo light, pero por que no. Y así con todo.

Debemos hablar, eso si, de los distintos números que no son pocos y cuya calidad varía mucho. En los tres primeros números que corresponden a la serie de Crossed original, La serie de Crossed: Valores Familiares y la serie de Crossed: Psicópata (estos dos últmos escritos por David Lapham y dibujados por Javier Barreno y Raulo Cáceres) podemos encontrar que toda esta violencia desmedida tiene un sentido, un objetivo. Es el marco, al igual que en Los Muertos vivientes el marco son los zombies, donde se desarrolla una historia. Una trama mas o menos típica de supervivencia. Y está claro que esa era la clave por que funcionaba bastante bien. No era solo las escenas de gore desmedido o de imágenes sexuales altamente ofensivas lo que realmente hacían daño sino que el lector podía meterse un poquito en la piel de los personajes y sudar tinta con las cosas que les ocurrían o las decisiones, casi siempre horribles, que debían tomar.

Esto no es algo que hayan inventado sus autores. En el cine de miedo las escenas funcionan según la empatía o no que tengas con sus personajes. El espectador disfruta viendo como torturan a gente en Hostel por que la primera mitad de la película consiguen presentarlos de modo que se les coja manía y caigan mal. Igual que en otras películas el espectador sufre en muchas otra por que ha conectado con ellos de alguna forma y no quiere que el fantasma/asesino/zombi les atrape y los mate. Y de nuevo, las tres primeras series de Crossed consiguen eso hasta cierto punto.

El problema llega después. Sus autores originales se desligan del proyecto poco a poco y otros dibujantes y guionistas comienzan a hacer pequeñas historias. Hay tantos números que es difícil analizarlas una a una. Hay algunas, pocas, que pretenden mantener un poco la esencia de la serie y hasta trae de nuevo a algún personaje de esas series, sin mucha gracia, pero la verdad es que la mayoría de ellas son prescindibles.

Crossed se convierte aquí en una especie de ventana para que los autores dibujen lo que quieran sin límites, lo cual permite a veces que experimenten con composiciones de páginas o tramas originales pero no tarda en convertirse en una competición de ver quien dibuja la brutalidad más grande. Y no pasa nada por disfrutar de ello, quién escribe estas líneas lo hace, pero el problema es que deja de ser novedoso. La mutilación número 63 empieza a hacerse aburrida y la violación innecesaria número 24 empieza a desagradar pero no por el hecho en sí, lo que sería muy loable, sino por que canta demasiado que no encaja en ningún lado y que solo está ahí por “morbo”. Deja de tener sentido todo e insensibiliza al lector de una página a otra. Los personajes que salen no son muy trabajados ni profundos, ni siquiera como clichés llegan a cumplir, por lo que empieza a dar igual lo que les pase o les deje de pasar. Tanto si tienen éxito como si fracasan da un poco igual. Es como ir a un bufé libre donde todos los platos son espagueti boloñesa, el primero está delicioso pero al tercer plato uno busca variedad. Pero el postre son espagueti boloñesa.

Solo hay una serie que varía lo suficiente de la fórmula para dar un poco de variedad y novedad al asunto. No es lo suficientemente original, no cambia tanto la serie como para que haga perder la cabeza al lector, pero su guionista os sonará. Alan Moore, si si, el de Watchmen y V de Vendeta, hizo una serie que se publicó en España en 3 tomos llamada Crossed +100. Esta serie avanzaba 100 años al futuro después del cataclismo donde empezaron a surgir los cruzados. A la humanidad no le ha ido muy bien y básicamente viven todos en un mundo apocalíptico a lo Mad Max, viviendo en fortalezas  a salvo de las tríbus de cruzados que hay fuera de ellas. El detalle más curioso aquí es que Alan Moore cambia el lenguaje haciendo un ejercicio de imaginación para tratar de discernir como hablaría la gente en un futuro así. ¿Me craneas? La serie sigue un camino muy sencillo y de hecho bastante menos sangrienta y brutal que las originales. Eso sí con un par de giros en la trama que hacen que la serie tenga un poco más de sentido y mantenga el interés. No esperéis una gran serie de Moore pero desde luego es un soplo de aire fresco en una serie que estaba tan viciada desde hacía muchos número.

En resumen Crossed es una serie que empieza bien pero que ha acabado alargándose tanto que ya no tiene sentido y que no se disfruta de manera ni remotamente parecida. En España  Panini ha editado ya 13 tomos y aún quedan series por editar que han sido publicadas en inglés pero no ha llegado a salir castellano asi que aún queda Crossed para rato para los que sigan disfrutándolo. La parte buena es que el lector que esté dudoso puede leer cualquiera de los primeros tomos y plantarse sin necesidad de tener que leer los otros 10 puesto que son autoconclusivos. Es una gran serie, pese a la gran cantidad de alarmas que puede hacer saltar a cualquier persona, que tenía buenas ideas y se atrevía a llevar al extremo ciertas ideas pero es una lástima que se haya ido desvirtuando tanto con el tiempo.