Gabriel Hernández Walta: «El ritmo mensual tiene consecuencias artísticas positivas, pero llega un momento en el que te dices que tienes que parar»

El jueves pasado se anunciaban los nominados a los Premios Eisner del 2020, que se entregarán en el próximo mes. En la categoría de nominados a Mejor Serie Limitada se encontraba Sentient, el proyecto que Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta firmaron el pasado año para la nueva editorial TKO. Cuando esta miniserie se publicó en noviembre, en las ediciones de tapa blanda y estuche con seis grapas individuales dentro, en Sala de Peligro tuvimos la oportunidad de entrevistar en nuestro podcast a Gabriel Hernández Walta (La Visión, Doctor Extraño) sobre la génesis de este proyecto, sus características, su salida de Marvel, la editorial TKO. Hoy, aprovechando la nominación y deseándole toda la suerte del mundo para alzarse con un premio que no le es ajeno para nada, hemos querido transcribir aquella entrevista.

Entrevista con Gabriel Hernández Walta (Sentient)

¡Muy buenas, Gabriel!

¿Qué hay? Muy buenas tardes.

Aquí estamos para hablar de lo último tuyo. Primera pregunta, la más fácil. ¿Cómo surge la oportunidad de trabajar con Jeff Lemire, con quien no habías trabajado hasta ahora? Y, ¿Cómo surgió lo de TKO en este proyecto ultrasecreto del que no podías decir nada hasta hacer unos meses? ¿Cómo se pasa de trabajar en Marvel a meterse en este…

En este embolado.

En este embolado, sí. [Risas]

Yo tenía en mente ir probando a hacer cosas fuera de Marvel porque me lo pedía el cuerpo. Y, realmente, lo que más me apetecía era hablar con guionistas. Sabes que Marvel normalmente adjudica los proyectos y no te preguntas con qué guionista quieres trabajar. Normalmente, si la labor del editor es buena hace equipos que sean compatibles. De hecho, en el caso de La Visión fue, al contrario: primero me escogió a mí como dibujante y después buscó un guionista. O sea, que, aunque he tenido mucha suerte en Marvel nunca he dado el paso de decir “quiero trabajar con tal o cual escritor”.

Quizá sea porque me faltó iniciativa porque, en todo caso, en Marvel también lo puedes hacer…

No podías elegir, pero ¿Podías decir que no querías trabajar con un guionista concreto, si se hubiera dado el caso?

Realmente nunca me lo he planteado. Tengo que decir que he sido afortunado porque los proyectos de larga duración (no me refiero a los fill-in que hice al principio) fueron iniciados por editores que conocían mi estilo, mis inquietudes y mi forma de trabajar. Por eso nunca me adjudicaron un proyecto o un guionista que a mí no me resultara atractivo, en ese sentido.   Yo me refería a más bien a… A mí me gusta mucho Jeff Lemire. Mi mujer me compró todos sus tebeos por mi cumpleaños porque de vez en cuando me dan esas fiebres. Descubres a un autor y quieres completar esa parte.

Y, entonces, yo estaba pensando en cómo buscarme la vida fuera de Marvel y le escribí un mensaje a Jeff. Simplemente era para decirle que me había gustado mucho Black Hammer. Pero él tenía contrato en exclusiva, tampoco es que pudiéramos hacer nada juntos. Y vi los tres puntos suspensivos, con lo que él me estaba respondiendo en ese momento. Y me dijo que a él le gustaba mucho mi trabajo y que teníamos que hacer algo juntos.

¡Qué bueno!

Y fue sobre la marcha. Le dije que estaba buscando algo fuera de Marvel. Y él me dijo: “Entonces, tengo un proyecto que te puede ir bien”. A la semana me mandó el resumen de todos los números de Sentient, ya sabía cómo acababa la historia. Y entonces me di cuenta de que él ya tenía este proyecto apalabrado con la editorial.

De hecho, luego me enteré de que el proyecto surgió porque el jefe de TKO le dio esa premisa. O sea, que esa premisa no partió de Jeff. Esta es la primera vez que él trabaja de esa forma. El jefe de la editorial le propuso hacer un cómic con esa premisa de que unos niños se quedan huérfanos en una nave.

Y entonces montó esa historia y cuando le dije de hacer algo juntos, lo completó. Pero la editorial ya estaba emparejada al proyecto. No tuve que buscar editor ni nada de eso porque la editorial ya estaba unida a ese proyecto desde el principio.

Por aquel entonces, no había publicado nada esa editorial. ¿Y te daba “vértigo” o “miedo” meterte en ese embolado sin saber cómo iría?

Sí, vamos a ver. Llevo ya casi dos años fuera de Marvel y la verdad es que estoy muy contento [Nota del editor: la entrevista se hizo hace ya medio año, por lo que actualmente habría que sumar medio año más a la cifra que dice Gabriel]. El simple hecho de salirte de un contrato en exclusiva y tener que buscarte la vida ya de por sí supone un paso arriesgado.

Mi idea, así de forma nebulosa, era dirigirme a editoriales de las que conocía ya su trayectoria, como Image o Dark Horse. En abstracto, ese me parecía que era el destino menos arriesgado, sabiendo que ya había habido editores de ambas editoriales que me habían propuesto hacer algo.

En este caso, que sea una editorial nueva, lo que tú dices, añade un poco de respeto, por decirlo de una forma suave, a la idea de salirse de la rueda de Marvel. Pero tanto Jeff como otras personalidades que ya habían trabajado con TKO… Porque, aunque no tuvieran trabajos ya publicados, ya tenías trabajos, proyectos terminados. Entonces, yo me puse en contacto con ellos, cosa que es muy común en la profesión, siempre me he encontrado mucha solidaridad entre compañeros. Pedí referencias y todos me hablaron bien de ellos.

Y, vamos, en el momento en el que comencé a trabajar con ellos, comprobé que era verdad. Realmente se plantean mucho que esté el autor contento, que el producto esté cuidado… O sea, todas estas premisas que, en principio, pueden ser promesas que no se cumples, no fue el caso. Solo puedo hablar bien de esta editorial, la verdad.

¿Cómo es “desaparecer” del mercado del mes a mes? Porque, claro, quizá la gente no lo sepa, pero el modelo de TKO es un modelo más parecido al de Netflix, de estrenar todo de golpe. ¿Cómo es desaparecer de ese mercado y dejar de recibir un feedback todos los miércoles?

Tiene su parte positiva. Marvel y DC, estas empresas, no pueden parar. Entonces, tú te ves metido en eso. Como trabajador, es positivo por lo que comentas, estás continuamente en el mercado, todo el mundo sabe lo que estás haciendo y tiene su difusión. Pero, claro, por otro lado, de vez en cuando, tú necesitas recargar pilas porque hay una faceta en todo esto: tú produces una mercancía, pero esa mercancía tiene su base en nuestras hendiduras artísticas, por más que se diga. Y hay veces que esa paradoja tiene unos resultados positivos y otras en las que una u otra faceta, notas que se están, de alguna forma, perjudicando.

Entonces, claro, el hecho de decir que estás fuera de ese circuito permite alejarte un poco, tomar distancias, y ya no solo dedicarle tiempo a ese proyecto que tienes entre manos sin el agobio de tener algo nuevo todos los meses…

Sin la fecha de entrega.

¡Claro, la fecha de entrega! Te replanteas también qué quieres hacer con tu vida, de alguna forma. Entonces, muchas veces no te deja tiempo ese ritmo mensual. Ese ritmo mensual, tiene consecuencias artísticas muy positivas y yo las he experimentado, pero llega un momento en el que te dices que tienes que parar.

El colorear con acuarelas, un hecho tan prosaico, te lleva a replantearte muchas cosas. Y luego, también he comprobado que, aparte de haber hecho trabajos sueltos haciendo portadas, supongo que es un tópico, pero las redes sociales te mantienen en contacto con los lectores. En cuanto yo pude comenzar a mostrar trabajos, la gente estaba ya desesperada por ver cuando salía el tebeo porque llegó muy retrasado. Pero la gente, aun así, sabe lo que estás haciendo.

Sí, creo que fueron un par de meses. Diría que estaba previsto para agosto…

¡Sí! Pero, precisamente, se han hecho pruebas. A mí me mandaron pruebas finales para que corrigiera diálogos si algo no me gustaba. En ese sentido, he hablado con el diseñador para el diseño final, he hecho ilustraciones extra para la carpeta final… Son un tipo de trabajos que no te puedes permitir en el trabajo mensual.

Y en cuanto a lo de que la gente te pierda de vista… Bueno, mucha gente sabía que estaba haciendo este cómic. Y todo lo que hace Jeff tiene mucha repercusión.

Sí, el tío es una máquina de productividad. A mí me chifla Jeff Lemire. Hay una cosa que mucha gente no sabe y no sé si contigo fue así, pero él lo que hace no es mandar el guion por partes o por números, él te manda el guion completo, todo el proyecto. Se pega la matada una semana o un mes y no va alternando su escritura de las distintas series que hace, va por arcos argumentales.

Sí, eso me lo comentó David Rubín, que ha trabajado mucho con él.

Sí, eso me lo contó también él.

Los guionistas tienen cuatro o cinco proyectos a la vez y los dibujantes solo podemos llevar uno. Jeff Lemire lleva como quinientos.

[Risas] Eso te iba a decir. El tío tiene la gema del infinito de la omnipresencia.

Y él dice que esa ética del trabajo la aprendió en la granja de sus padres. O trabajando en el campo o algo así. Sí es verdad que él se organiza de esa forma. En vez de hacer un número de una serie y luego otro, hace como cinco o seis del tirón, como tú dices.

Eso también lleva a que puedes dar al dibujante… A mí me dio la serie completa porque lo nuestro era una miniserie. Pero en una serie regular te viene bien saber por adelantado lo que va a suceder en la serie. Eso yo lo veo mucho mejor. Luego hay que ir número a número y tienes que dedicarle un tiempo a ese número en particular, pero necesitas saber si un personaje va a ser importante, si una localización se va a repetir… O simplemente saber hacia dónde va la historia. Porque esa noción de que un dibujante recibe el guion y se pone a dibujar como si fuera un resorte es completamente falsa. Necesitas, incluso, identificarte con la historia. Hay historias que empiezan bien y luego tienen una deriva con la que puedes no identificarte. Aunque tú no seas el escritor, tú lo estás narrando y necesitas, de alguna forma, saber adónde se dirige.

Claro, tú al crear un villano en el número uno haces un diseño y luego el villano puede tener la capacidad de triplicarse y luego tienes que dibujar ochenta veces ese diseño en el número cinco.

Claro. Siempre con la salvedad de que el guionista vaya reaccionado a lo que tú le mandes y haya un margen. Que el guion no sea, como dicen los ingleses, algo escrito en piedra. Pero más allá de eso, hombre, a mí me gusta saber cómo va a acabar la historia.

En Sentient es algo que he notado muchísimo. He podido cambiar varias la ropa que lleva uno de los personajes… Básicamente he diseñado el arco del personaje con la ropa. Entonces, claro si tú no sabes de antemano que desarrollo va a tener, no puedes hacerlo.

Siempre has dicho que el gran objetivo de tu carrera no era trabajar para Marvel o hacer superhéroes Yo he hablado con muchos dibujantes que han dejado Marvel en un momento superálgido de su carrera y que luego, me han comentado, que desde la editorial sí que se vio ese movimiento como… No voy a hablar de listas negras o de poner cruces, pero con cierto enfado. “¿Cómo te vas? ¿Cómo puedes hacernos esto?” En ese sentido tan americano a veces. ¿Has notado cierto recelo por parte de Marvel?

No, la verdad es que no. Tampoco es que tuviéramos ese encuentro. No lo sé. No sé si me consideraban un dibujante de plantilla. Tampoco es que sea una estrella. Entonces, yo no tenía problema de seguir con Marvel. Además, estaba haciendo el Doctor Extraño, que llevaba desde que entré en Marvel queriendo hacer una serie de este tipo. Además, no conocía a Donny Cates, que ya ves tú donde está Donny ahora. Y los guiones que me envió Donny me encantaron. Estaba contento.

Pero mi idea a medio plazo era hacer algo como lo que he hecho en Sentient o, incluso, hacer un proyecto propio. Tenía eso en cartera. Entonces, básicamente, pensé en qué era mejor en ese momento y decidí. Pero no hubo problema. Si me fui de Marvel fue como… Vamos a ver, que me fui… Tampoco es que me fuera. De entre todos los empleadores que puedes tener, puedes decidir ser freelance otra vez, ¿no?

El caso es que, si me fui en febrero, en primavera Tom Brevoort ya me estaba ofreciendo series diciendo que habían series que me podían ir bien. Y yo le dije que estaba en un proyecto que va a tardar mucho… Pero he hecho un par de portadas. Y se me han puesto en contacto otras veces para hacer páginas sueltas, pero no he podido hacerlas. Y con Rickey Purdin, que es quien gestiona las relaciones con dibujantes ningún problema.

Tú estuviste en la Metropoli Comic Con de Gijón el año pasado. Este año ha estado Javier Fernández y estuve hablando con él. Ahora lo tienen como alguien superprometedor, una rising star, como lo llamarían ellos. Le pregunté qué en qué momento de su trabajo se dio cuenta de que hiciera lo que hiciera, nunca le faltaría trabajo. Y me dijo que nunca iba a pasar, que siempre estaría ese miedo. ¿A ti eso te ha pasado? ¿Tienes esa valentía o seguridad o todavía tienes dudas de que la siguiente salga mal y se acabe todo?

Nosotros trabajamos para el mercado estadounidense y lo bueno que tiene es también lo malo, que es muy dinámico. No me voy a dar de entendido, pero la sociedad entera tiene eso de dinámica. Realmente, si hemos entrado en esa industria es porque siempre hay sitio, porque se va renovando, porque va variando… De hecho, seguramente, yo entré en Marvel por una casualidad de que el editor que me vio, que era Daniel Ketchum, y el editor jefe en ese momento, que era Axel Alonso, igual tenían un gusto más indie en ese momento, viniendo Axel de Vertigo, como venía. 

Entonces, había una ventana por la que yo podía entrar en esa empresa cuando, en realidad, a lo mejor dos años antes o tres años después, no le habría interesado lo que yo hacía. Esa es la parte positiva.

Yo entiendo que las cosas que he hecho hacen que ahora mismo no parte de cero. Yo puedo saber que hay escritores, editores y lectores que conocen mi trabajo y eso me facilita empezar un proyecto en una editorial u otra. Pero eso es ahora. Yo ahora mismo estoy aprovechando precisamente, básicamente, de La Visión y de los Premios Eisner para poder hacer proyectos que me gusten más. Ahora mismo aprovecho porque me he dado cuenta de que…  Ya digo, yo hablo con un guionista que me gusta mucho, conoce mi trabajo y quiere trabajar conmigo. Y si cuela, cuela. Lo cual no quiere decir que el año que viene o dentro de dos años, a lo mejor, esté en otra situación.

No creo que un dibujante pueda plantearse vivir de las rentas… Bueno, puedes vivir de las rentas si tienes derechos de autor. Pero en ese sentido, no. Tú ves a dibujantes de cómic que eran famosísimos en los salones de cómic esperando a que alguien pase por su mesa. Ves a Michael Golden solo. ¡¿Qué hace Michael Golden y toda esa gente que deberían tener un sueldo vitalicio?! No sé…  

El término inglés creator owned aquí lo solemos traducir como creación propia muchas veces. Pero para mí no es una traducción 100% literal porque a mí, al menos, al leer creator owned sí que me da la sensación de que eres el dueño de los derechos, por el “owned”. Lo de creación propia lo veo más como un término medio. ¿TKO cómo funciona exactamente? Tenemos el ejemplo de Afteshock en la que parece que los creadores tienen los derechos de sus obras, pero luego es la propia editorial quien negocia los derechos internacionales. ¿En TKO podéis negociar vosotros por vuestra cuenta?

En TKO han hecho una especie de fórmula mixta. Las propiedades son suyas, que es una de las cosas que en el principio me hacían dudar. Lo que pasa es que, primero, lo que pagan por página está muy bien y luego sí que tienes un porcentaje de royalties. Sobre todo lo que se haga, sobre todo lo que negocie. Y de forma perpetua. Es un trato que no suelen ofrecer. No es mi propiedad, pero sí que tengo una participación. Y, aparte, lo que me pagaron por página no era un anticipo de mis derechos de autor. Entonces, sale ventajoso.

Sí que es verdad que la distinción que tú dices, en el anglosajón lleva implícito que lo que tú creas es de tu propiedad. Lo de owned significa que es de tu propiedad, que lo posees. Es lo que estaba diciendo, creas una mercancía artística o intelectual y luego los beneficios son tuyos. Mientras que creación propia… Bueno, vamos a ver… Nosotros nos inventamos a la familia de La Visión. De hecho, la hija de La Visión se basa en buena parta en mi propia hija, de adolescente. Es de mi creación, mía y de Tom (King). A mí me dieron un par de referencias, pero visualmente fue creación mía y yo no tengo los derechos. Ahí la distinción, la frontera es más borrosa. Pueden hacer un juego de Lego en el que salga la hija de La Visión y yo no poseo ese personaje.

Si algún día de llega a editar esto en España para todo aquel que nos esté escuchando o igual que no domine tanto el inglés, tendrá que ser porque TKO negocie colectivamente la publicación de esos cómics. No podéis ir vosotros y negociar por vuestra cuenta…

¡Claro! Yo no soy ahí el que tiene la última palabra. En este caso, si a mí me pidieran referencias, yo podría decir qué tipo de editorial… Conozco el mercado aquí, pero yo no tengo la última palabra. Pero sí me llevaría un porcentaje de esa venta de derechos.

Sí, además que aquí funcionamos de manera distinta. Aquí sería imposible sacar ese collector box con todas las grapas y el tomo a la vez. Sería un poco suicidio, un tiro en el píe. ¿Cómo ha sido esa experiencia de publicar de esa manera?

Hombre, no lo sé… Vamos a ver… Para ponerte en antecedentes, el jefe de nuestra editorial, que se llama Tze Chun resulta que viene del mundo del cine. Siempre le han gustado los tebeos, pero ha sido director de series como Gotham. De hecho, ahora ha presentado un pitch para lo que será una precuela de Los Gremlins, está trabajando en Warner Bros… Y ese mundo se maneja en, digamos, otros sueldos. 

Y no es que se haya dado el capricho porque él quiere que TKO sea rentable. Pero puedes correr más riesgos si tienes las espaldas cubiertas. Y él ha pretendido… Bueno, ellos, porque en esa editorial hay más gente trabajando. Pero se ha pretendido cambiar el modelo. Y por eso lo de publicar seis grapas a la vez que el tomo. Por eso lo de que solo se lo puedas comprar a ellos. No lo sé. Es una apuesta arriesgada pero la verdad es que, si una serie te gusta, te quieres leer los seis números a la vez. De hecho, la gente que ha comenzado a poner críticas del cómic dicen que se lo han leído de una sentada. Yo lo veo bien.

No sé si os lo consultaron, pero sí que me fijé que, desde la primera generación de títulos, han subido los precios. Y ha sido en nada, en cinco meses. Porque originalmente estaban a dieciocho y veinticinco la caja y ahora lo han subido a veinte y a treinta. Y no me di cuenta hasta que no hice el pedido.

¡Ah! Pues yo no lo sabía. La verdad es que es la primera noticia.

Ahora, claro, no sé si hará que menos gente se acerque, aun a pesar de vuestros royalties. Aunque pueden ser más, porque esa caja tiene un punto fetichista. No sé si habrás visto alguna.

Sí, a mí me mandaron todos los tebeos de la primera hornada. Sin haber yo empezado Sentient y me mandaron todos los números. Y ahora me han mando el mío y también el de los demás. Así que sí, conocía la caja.

Yo al ver la subida de los precios me preguntaba si a vosotros os lo consultarían o no.

No, no nos preguntan. De todas formas, siguen siendo seis números. Y yo te digo que la caja de la grapa es muy chula. Y, de hecho, la primera se doblaba más porque era como un cofre que se doblaba hacia un lado. Y esto son como uno que encaja en el otro.

Sí, y el cartoncillo es mucho más rígido.

Y el formato es mucho más grande, el papel es de gramaje… No es por venderte el artículo, pero realmente… De hecho, se imprime mejor. O sea, el papel este americano es malo e, incluso, en la edición que hicieron buena de La Visión seguía siendo ese papel. Es como mate.

Tiene un punto fetichista. Esto está hecho para los fans, para los lectores de cómic que somos así de disfrutarlo, está muy bien eso. Oye, la última pregunta, que en cualquier otra entrevista hubiese sido la primera pero no lo he hecho así por evitar spoilers.

(risas)

Para los indecisos que no sepas de qué va esto, ¿Cómo se lo cuentas? Porque sigue habiendo esa impresión de que va a ser El Señor de las Moscas en el espacio, pero, aunque sea igual de crudo, es una obra mucho más familiar. Pero sigue habiendo esa calma tensa, esa violencia latente tan propia de ti. Sin llegar a ser de terror, porque es lo que dicen que siempre haces.

Sí. Y eso que no es un género que me agrade siempre. Pero bueno…

Es un cómic más de atmósfera, de esa calma tensa, como dije. ¿Cómo les venderías la serie a quienes estén escuchando?

En este caso, hay momentos puntuales de violencia, pero no creo que el ambiente sea de mal rollo continuo. De hecho, el tono fue lo que más me costó al principio porque, realmente, los protagonistas son niños, sin ser un tebeo para niños. Hay momentos que no me hubiera importado desarrollar más, como eso de que los niños sean astronautas y son ellos los que están llevando una nave. Tiene esa parte que, no diría tanto como lúdica…  Pero como los niños, al ser protagonistas y al tener la relación que tienen con el ordenador de a bordo, hace que el ambiente general no sea tan de mal rollo. O, al menos, yo lo veo así.

Entonces, no sé. Para venderlo diría que a pesar de ser ciencia ficción que siempre está como orientada a hacer hipótesis, algo demasiado global, una hipótesis social… Aunque aquí hay que provoca la premisa, aquí la historia es más pequeña.

Más Jeff Lemire.

Claro, exactamente. El otro día me preguntó también un articulista de El Ideal, de Granada, que dijera alguna obra de referencia. Y no supe decir que se pareciera a tal o cual película. Lo que si te gusta la obra de Jeff Lemire puedo decir que lo compres porque es Jeff Lemire. Va sobre la familia, sobre padres ausentes… Y también tiene ese punto que tenía Plutona, que era de adolescentes, pero con ese punto crudo.

Sí, puede ser una obra del espacio, pero no deja de ser un concepto rural, de un grupito que se asocian, que es lo que me chifla.

Sí, totalmente.

Lo repite en todas sus obras, pero con un papel de regalo distinto súper bueno.

Sí. Además, él comenta que él no se plantea ese tema. Recuerda, precisamente, al libro Mientras Escribo de Stephen King. Él habla sobre su proceso y comenta que a él le gusta hacer algo del tirón y luego ya lo corrige. Pero él ve que hay temas que afloran, que él no los busca.

A mí también me gusta en mi proceso creativo alternar partes instintivas y partes más de reconducir ese primer impulso. Y Jeff comenta eso, que él no se plantea hacer una obra sobre un tema u otro. Ya con la experiencia y con las críticas que le hace otro, se da cuenta de que repite algunos temas. Pero no es una cosa sobre la que él decida escribir.

Lo que pasa en que en este caso se repite este tema y es algo que a mí también me llama la atención. A mí una saga intergaláctica tipo Dune… Igual me gusta verlo o leerlo, pero para dibujarlo me resulta más ajeno. Más que las grandes aventuras de Los Vengadores a mí me lo que me gusta son los cuatro en familia encerrados en casa.

Sí, no llega a ser ni un El Juego de Ender ni un Horizonte Final.

¡Claro! No, no, no. 

Lo has dicho tú. Es más Plutona o Descender. Aunque esto tiene menos ciencia ficción todavía.

Sí, pero Descender sí tiene ese… Aunque luego se basa en personajes más concretos, sí que tiene ese más… No sé… Esa pretensión de abarcar el devenir de la humanidad, no sé decir. O de hablar de la robótica en general.

Sentient no tiene eso en absoluto.  Y lo cierto es que luego, pensando a posteriori o mientras hacía el tebeo, tuve tiempo para pensar en qué tipo de historia era. Y en este caso sabes que es un grupo reducido que va en una nave a una colonia de colonos que abandonaron la tierra. Pero si ves a esos doce niños, ves como una metáfora de lo que tendría que hacer la humanidad para poder continuar. En algún momento hay gente que tiene disensiones, pero también hay solidaridad, hay unos bebés que no se valen por sí mismos… Y, entonces, yo, aunque no estuviera incluido ni en un par de líneas de guion, hice que, por lo menos, un par de niños cuidaran de los bebés. Luego, si lo piensas, puedes hacer analogías de ese grupo con muchas cosas. Pero en sí, la historia es bastante pequeña en ese sentido. 

Oye, un gustazo verte hablar de la obra con tanta pasión. Se nota que te lo has pasado bien y lo has disfrutado. Tanto con la colaboración como con volver a las acuarelas.

Sí. El siguiente no lo voy a colaborar yo, pero meh. Es demasiado trabajo. Pero sí que está bien decir que a esta historia le pega una técnica, a esta otra, otra técnica… Realmente tengo la impresión de que la he hecho mía desde el principio.

Se transmite tanto en las viñetas como a la hora de hablar contigo. No te robo más tiempo. Un placer, Gabriel.

Igualmente. Han sido muy buenas preguntas.