Blueberry el clásico del Western que acabó marcando el camino

El Western es un género que todo el mundo conoce. Tuvo su época dorada entre los años 30 y 50 con las películas de John Ford como La Diligencia (1939) y, aunque después el género del oeste empezó a decaer, quedaron algunas excepciones que hoy en día son de las más conocidas como La trilogía del Dólar de Sergio Leone.

El cómic a su vez también tuvo su momento de «tebeos de vaqueros» que compartían o imitaban las características del cine: trascurría en el territorio occidental de EEUU durante el siglo XIX, mantenía los tópicos de los indios contra los vaqueros, sus personajes no tenían grises o eran buenos y querían vivir en paz o eran malos que se aprovechaban de los débiles.  La iconografía también se mantuvo y es la que se conoce hoy en día: sombrero tejano, revólveres, chalecos, caballos, coronas de plumas, los Saloons, diligencias y un largo etc.  Si se piensa en publicaciones más actuales, aquí vamos a referirnos con actuales a partir de la década de los 60, hay multitud de ejemplos. Es fácil encontrar algunos como Jonah  Hex (Albano y DeZuniga) un cómic del oeste cuyo protagonista, curiosamente, tuvo su primera aparición en un número de Batman, Ken Parker (Berardi y Milazzo) un tebeo italiano donde acompañando a su antihéroe protagonista se tratan temas como la homosexualidad, la ecología o el racismo o Jim Cutlass (Charlier y Giraud) que asentó la base del cómic del que vamos a hablar.

Los lectores que no suelan leer o interesarse por el BD europeo quizás el nombre de Jean Giraud no les suene de mucho en cambio es más posible que hayan oído hablar de Moebius, el pseudonimo con el que escribió obras muy reconocidas dentro del mundo del cómic como El Incal, junto a Alejandro Jodorowsky. Es normal y creo que es correcto diferenciar a Jean Giraud de Moebius, como si fueran personas distintas, pues el estilo que utiliza es completamente diferente. Y la verdad, quien escribe estas palabras prefiere el estilo más clásico de Blueberry.

Blueberry nace de la idea de Charlier de hacer una historia del oeste con un amigo suyo. La idea era hacer una serie muy clásica, siguiendo todos esos clichés de esta clase de historias americanas de una manera realista algo que, además, era poco habitual de encontrar en el cómic europeo.  Sin embargo el dibujante no quiso participar en el proyecto como dibujante y recomendó en su lugar a Jean Giraud que por aquel entonces solo era una joven promesa y no se le conocía como hoy en día.

Esto dio como resultado un primer número titulado Fort Navajo que seguía un guion muy sencillo, un poco casi en el “subgénero” de asalto a la comisaría, que se centraba en el enfrentamiento entre los indígenas y los soldados atrincherados en dicho fuerte. Este número ni siquiera se centraba en el teniente Blueberry como protagonista especialmente y se adaptaba a una narrativa sencilla aunque efectiva.

Con el tiempo la serie dejó claro que el protagonista era el Teniente Blueberry personaje que bebía de Jim Cutlass pues ambos tienen un desarrollo inicial parecido. En 1861 Mike Donovan, hijo de un hacendado sudista de Georgia, es acusado de asesinar al padre de su prometida, Harriet Tucker. Perseguido por el auténtico asesino, un esclavo huido le ayuda a pasar a las líneas nordistas en el preciso momento de estallar la Guerra de Secesión. Adopta el nombre de Mike S. Blueberry y pasa a ser corneta del regimiento de caballería. Pendenciero, aficionado al juego, al alcohol y a las mujeres, es un militar íntegro, audaz y con sentido de la estrategia que asciende hasta ser nombrado Teniente al final de la Guerra de Secesión.

Las aventuras del Teniente le llevan a conocer y salvar la vida del General nordista Dodge durante la guerra. Éste le devolverá el favor más tarde, intercediendo por Blueberry ante el presidente Ulisses S. Grant. Blueberry vivirá un tiempo entre los apaches  y llegará a contar con la amistad del Gran Jefe Cochise y el amor de su hija, Chini. Así mismo, conoce y se enfrenta al mayor Chamán de Guerra apache, Gokhlayeh, más tarde conocido como Gerónimo, en una aventura que le lleva a Tombstone donde coincide Wyatt Hearp y Doc Hollyday durante los acontecimientos del Ok Corral.

Sabiendo todo esto uno esperaría que la serie en su conjunto siguiera la premisa inicial de mantenerse firme con las historias clásicas y los tropos del género para seguir contando historias bélicas del oeste. Pero no fue así del todo. La serie comenzó a centrarse más en su protagonista y en su evolución personal por encima de las historias bélicas. El motivo principal de la serie estaba centrado en la evolución del personaje dejando el género en algo secundario, en el medio para conseguir el fin que ahora se proponían los autores.  Este cambio pasa también por el de sus autores, cada vez más maduros en su narrativa, empiezan a adaptar el mensaje a los tiempos que corrían. Su personaje se aleja del estereotipo a medida que van avanzando los álbumes para ser cada vez más introspectivo. Un claro ejemplo de esto es el cambio que va surgiendo de él siendo cada vez más cercano a la causa de los indios y desentendiéndose cada vez más de su pasado militar hasta el punto de ser reconocido por los indígenas como el héroe llamado Tsi-na-pah (Nariz rota en Navajo).

Todo este cambio y evolución se hace a través de historias muy bien escritas y muy bien narradas por Jean-Michel Charlier quien no deja solo a su protagonista. Sin llegar a tener la misma presencia que él se suceden algunos personajes secundarios de cosecha propia muy interesantes como Chihuahua Pearl, quien tiene su propio arco dentro de la serie, hasta otros históricos como el presidente Lincoln o Gerónimo. También recorre algunos sucesos históricos y los muestra muy hábilmente como la famosa batalla de Gettysburg, la mayor batalla que se recuerda de la Guerra Civil Americana.

Paralelamente a la historia principal escrita y dibujada por sus creadores se empezó a publicar también La juventud de Blueberry donde se dan a conocer sus inicios y como llegó a ser Teniente. Esta serie sobre los inicios del protagonista no perdió un ápice de calidad tanto narrativamente como en el dibujo está llevada por otros autores siendo los dos principales François Corteggiani al guión y Michel Blanc-Dumont a los lápices aunque metieron cuchara otros dibujantes y coloristas como William Vance, que trabajó más tarde con Charlier en la serie XIII.

La serie parecía terminada tras la muerte de Charlier en 1989 pero unos años después Giraud, quien ya era conocido de pleno como Moebius, hizo la continuación en un nuevo ciclo titulado Marshall Blueberry y en concreto la etapa de Mister Blueberry. Normalmente cuando una serie pierde a su guionista principal deja de ser lo mismo, véase Asterix y Obelix, pero por suerte aquí el dibujante supo plasmar la evolución del personaje, una evolución de casi 20 años. Aquí nos encontramos a un Blueberry más maduro, al que el tiempo y la experiencia lo ha cambiado tanto física como psicológicamente. Se nos retrata aquí como un personaje de leyenda que ha ido aprendiendo lecciones a la fuerza y se dedica a vivir la vida sin más ambición que pasar sus días tranquilamente y sin problemas. Este ciclo se centra en un momento conocido como el Duelo en O.K. Corral, un evento famoso de la historia del Salvaje Oeste, donde nuestro protagonista se ve metido contra su voluntad. Más allá de la habilidad del dibujante a los lápices también se puede ver en este ciclo el respeto del dibujante por el creador del personaje, que mantiene las bases del personaje fielmente, ensalzándolas en un gran tributo.

Un historia muy completa y entretenida tanto para los seguidores del Western clásico como para quien no ha prestado atención al género porque cada número de Blueberry hace todo lo posible por atrapar y enseñar al lector de una manera que muy pocos han conseguido. La forma de recrear, no solo personajes u objetos de una época muy concreta sino de mostrar de una manera única paisajes y eventos históricos hacen de éste un cómic único.

Esta serie se inició en 1965 y su último número salió en 2016. Si las cuentas no fallan eso son 51 años de Blueberry. Un trabajo que se ha ganado por méritos propios ser uno de los cómics europeos más importantes. Uno que, además de mostrar la vida del salvaje oeste, de los vaqueros, de mostrar sucesos históricos es en sí misma una recopilación de la evolución del cómic europeo durante medio siglo. Blueberry ha sido una gran influencia en el mundo de la narrativa gráfica demostrando que se pueden hacer historias adultas. Un cómic que es difícil dejar pasar de largo una vez te sumerges entre sus páginas.