«El Festival de los Dragones de Té» se convierte en la precuela más inclusiva del mercado actual.

Título: El Festival de los Dragones de Té
Guion, dibujo y color: Katie O’Neill
Edición Nacional: La Cúpula y Brúfalo Lector
Edición Original: Oni Press
Formato: cartoné, 144 páginas
Precio: 22,50€

La primera obra que se publicó en España de Katie O’Neill fue La Sociedad de los Dragones de Té donde se presentaba un mundo fantástico regido por la naturaleza y donde las hojas de té crecían en la cabeza de unos pequeños dragones. Además, los y las protagonistas de la historia eran de distintas razas y colores, pero ninguna de ellas era humana. Y eso abría el abanico de posibilidades al máximo.

En este caso, El Festival de los Dragones de Té es la precuela de La Sociedad de los Dragones de Té. En ella la protagonista es Rinn, una joven que ha vivido siempre en un pueblo muy escondido entre montañas. Bastante aislado de localidades más grandes, el pueblo siempre ha sido autosuficiente y todos sus vecinos se conocen y apoyan. Además, el pueblo está tan escondido que ha conseguido mantener la relación con los dragones de té. Por lo que Rinn ha crecido rodeada de ellos.

Rinn recolecta setas, y otras hierbas, tanto para ella como para sus vecinos. Ya que en su pueblo gran parte de la comida proviene únicamente del mundo vegetal. Y algunas de esas plantas son de difícil acceso. En uno de sus paseos para recolectar ingredientes, y acompañada por uno de los dragones de té del pueblo, Rinn encuentra un dragón real dormido en una casa abandonada.

Aedhan, el joven dragón, se despertará tras ser molestado por el pequeño dragón de té que acompaña a Rinn. Aedhan resulta ser el antiguo protector de la aldea en la que vive Rinn. Sin embargo, ochenta años atrás se quedó dormido y no ha podido despertar hasta el momento. Rinn lo lleva consigo hasta su casa, y a partir de ese momento el pueblo lo acogerá de nuevo, y le hará entender que el tiempo perdido no puede recuperarse.

Además, llegarán en ese momento al pueblo Erik (el tío de Rinn) y su compañero Hesekiel. Dos aventureros que no sólo han ido a visitar a la familia de Erik, sino también a investigar un ser raro que en teoría ha sido visto en esa zona. Cuando conocen a Aedhan decidirán ayudarle tanto a él como a Rinn a averiguar por qué éste se quedó dormido. ¿Conseguirán Rinn y el pueblo que Aedhan vuelva a ser feliz?

Todas las obras de Katie O’Neill se basan en mundos fantásticos, donde lo principal es la diversidad y la inclusión, y para ello la autora rodea a sus protagonistas de magia, y seres que ella misma crea. Con un detallismo preciosista. O’Neill es una artista neozelandesa, y los paisajes que dibuja recuerdan a la grandiosidad de su naturaleza. Pero, además, ella los adorna con seres de todo tipo e historias sencillas, pero con mucho significado.

Katie O’Neill trabaja sus obras directamente en digital, sin embargo, su estilo de coloreado es muy cercano a la acuarela. Da esa sensación. Unido a su estilo de narrativa, y diseños, crea un mundo cálido y de aceptación para cualquier tipo de lector. Sus cómics se centran, como ya se ha comentado, en la representación de la diversidad. No sólo sexual sino también de género. Además de darlo por sentado, normalizando esa diversidad real a modo de fantasía, lo que consigue en los lectores más jóvenes es que lo que diferencia a la gente, es lo que la hace única e interesante. Ya sea el color de los ojos, o la forma de relacionarse y comunicarse.

Un buen ejemplo de esto último es cómo en El Festival de los Dragones de Té un personaje secundario se comunica con lenguaje de signos. Todo el pueblo ha aprendido por ello a comunicarse así, para que esa persona sea completamente independiente en el día a día. Y nadie trata a ese personaje de forma diferente. Por lo que la autora consigue incluir en la historia diferencias reales en personajes ficticios, normalizando su aparición y desarrollo entre un amplio abanico de personajes y tramas.

O’Neill ha tratado en sus obras publicadas en nuestro país temas como la diversidad de género y sexual, la importancia de proteger el océano (y las consecuencias del cambio climático), y en ésta la importancia de creer en aquello que cada uno hace. Ya que, por nimio que parezca, todos aportamos de una forma u otra, siempre que se haga desde el respeto y el amor.

Las obras de Katie O’Neill son aptas para todos los públicos. Al tratarse de cómics catalogados como infantiles y juveniles, pueden quedar fuera del campo de interés de algunos lectores. Sin embargo, es importante saber ver más allá de esa etiqueta. Entrar en el mundo de los cómics infantiles y juveniles de la mano de esta autora es un acierto asegurado.